Decía Óscar Wilde que las peores obras se suelen hacer con las mejores intenciones.
Nos parece evidente que una parte del malestar y el sufrimiento de los seres humanos nace de acciones reprobables, egoístas o que buscan el beneficio propio. Sin embargo, aunque no resulte tan evidente, existe otra parte de ese malestar que es fruto de acciones hechas con la mejor de las intenciones. Quiero poner el foco sobre ellas.