La escucha genuina y con empatía es una competencia que se puede desarrollar en contextos en los que se busque promover una cultura de buen trato para prevenir situaciones de violencia. Comunicarnos, expresarnos adecuadamente con palabras y gestos es fundamental para generar espacios de convivencia seguros. Para ello será necesario crear un clima de confianza, identificando claramente los límites en las relaciones adulto-niño/a y adolescentes, que favorezca la comunicación asertiva (Rueda, 2021; López y Navarro, 2015).
Desde un enfoque propio de los derechos de la infancia y la adolescencia, que es precisamente el que se promueve desde el marco de la LOPVI, debe ponerse particular atención a las diferentes formas que niños, niñas y adolescentes encuentran para comunicarse. Muchas veces la palabra oral y escrita no es suficiente para transmitir las ideas, percepciones e imaginarios que se van generando durante la infancia. Por ello, es importante considerar métodos novedosos de comunicación en el momento de interactuar con la infancia y la adolescencia. El uso del lenguaje corporal a través de dinámicas lúdicas que acentúan y refuerzan la autonomía y la autoestima son imprescindibles en cualquier estrategia que se plantee trabajar con personas menores de edad.
Área temática. Contenido que trabaja
Comunicación verbal y no verbal y empatía.
Número de participantes
Mínimo 10, máximo 50.
Destinatarios
Participantes desde 1º de primaria a 4º de ESO.
Espacio recomendado
Indiferente. Se adapta a las necesidades del contexto de intervención.
Duración aproximada de la actividad
1 hora y media.
Tipo de actividad
Juegos deportivos para trabajar la comunicación y su importancia. La actividad plantea otorgar importancia a la comunicación verbal y no verbal además de promover la empatía entre los y las participantes respecto a diferentes tipos de personas. Se puede llevar a cabo en contextos de centros educativos, campus o actividades de verano o actividades programadas en el ámbito del ocio educativo.
Se realizan cinco pruebas competitivas que refuerzan el trabajo en equipo y las habilidades y capacidades de comunicación. Se compite entre dos equipos, pero esto se puede modificar en función de las necesidades del grupo participante.
En primer lugar, se procede a la explicación de las actividades y a la formación de los grupos participantes. Se recomienda, en caso de participar familias completas o personas de diferentes edades, mezclar los grupos de forma más o menos equitativa.
Cada juego tendrá una duración de quince minutos más el tiempo de explicación. Habrá cinco juegos que mezclarán deporte y comunicación, más el partido.
Comenzaremos con una dinámica en la que el monitor/a explicará que nos hemos quedado sin voz y para recuperarla tendremos que realizar con éxito todos los juegos.
Realizar una dinámica a partir de dos preguntas sobre la utilidad y los aprendizajes obtenidos mediante la actividad.
Es una actividad que proporciona que los y las participantes desarrollen capacidades comunicativas y se hagan conscientes de la importancia de los diferentes tipos de comunicación con los que se encuentran en su día a día.
Se valora que es una actividad que tiene potencial para ser realizada en más ocasiones con diferentes edades y en diferentes barrios, principalmente en barrios en situaciones de riesgo de exclusión social, donde las habilidades para relacionarse son más limitadas y el contexto no fomenta aprendizajes y prácticas para la comunicación verbal y no verbal.
Se podrían añadir entre dos y tres pruebas más donde los y las participantes puedan trabajar más tiempo los objetivos y que el formato se adapte al contexto.
Todas las actividades que se implementen con niños, niñas y adolescentes es necesario adaptarlas a los idiomas propios de los y las participantes y a situaciones de diversidad funcional, dado que todos los objetivos contemplan un trato igualitario entre los y las participantes, y tener este aspecto en cuenta en la implementación da fuerza a estos valores, además de normalizar este tipo de adaptación tan necesaria.
Bibliografía
otras observaciones
Dedicar, al menos, 15 minutos a una explicación previa de la actividad y de los objetivos tanto a los monitores/as que participaban como a los niños, niñas y adolescentes que han realizado la actividad. La explicación a los monitores/as que vayan a dirigir la actividad debe efectuarse previamente dejando claros los aspectos que deban observarse durante su implementación. Es importante dedicar este espacio de tiempo a contextualizar y explicar la actividad para favorecer un desarrollo correcto de la misma, así como también poder integrar internamente los objetivos que la orientan.