La percepción del concepto de discapacidad ha experimentado una gran transformación en las últimas décadas. El tradicional enfoque paternalista ha evolucionado hacia un modelo basado en el desarrollo de los derechos humanos y la integración social de las personas. Sin embargo, todavía queda un largo camino para alcanzar la plena inclusión de las personas que tienen alguna diversidad funcional, física o mental.
Precisamente para promover la toma de conciencia en torno a las dificultades que sufren todavía hoy en día, las Naciones Unidas instauró el 3 de diciembre como el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Es una fecha que debe servirnos para poner el foco sobre cuestiones clave aún por resolver como la accesibilidad o el derecho a la plena autonomía de las personas con diversidades funcionales.
La joven activista madrileña Cristina Paredero Morato experimentó de pequeña la discriminación, el bullying y la incomprensión de su entorno. Paredero, que al cumplir la mayoría de edad fue diagnosticada de Asperger, un síndrome incluido en el espectro autista y que afecta a la interacción social y la comunicación verbal y no verbal, ha explicado en numerosas conferencias y actos públicos cómo sus padres la sometieron a un ligamento de trompas sin su consentimiento. Espoleada por este trauma prematuro, ha dedicado su juventud al activismo por los derechos, la inclusión y el bienestar de las personas con discapacidad, especialmente para los de las mujeres y niñas.
Su lucha llegó al Congreso y facilitó la modificación del Código Penal para erradicar las esterilizaciones forzosas a personas con discapacidad, antes toleradas con el aval de un juez, pero sin necesidad del consentimiento de la persona. Según la plataforma española CERMI, se calcula que un millar de mujeres han sido sometidas desde 2008 a este tipo de intervenciones no consentidas.
Actualmente, Cristina Paredero forma parte del Comité de Naciones Unidas de apoyo a los derechos de las personas con discapacidad y de la junta directiva de la entidad Plena Inclusión. También es la creadora del programa "¿TEApuntas?", un espacio de encuentro y apoyo mutuo completamente autogestionado por personas con autismo, y del blog de sensibilización “Realidad TEA y Diversidad”. A consecuencia de su activismo, en 2021 el Injuve, el Instituto de la Juventud español, le otorgó el Premio Nacional de la Juventud en la categoría de derechos humanos. “Mucha gente no entiende que la diversidad es enriquecedora”, ha dicho reiteradamente.