12.09.22
Numerosos estudios remarcan desde hace tiempo la importancia de las actividades de ocio educativo, como los casals, las colonias, los centros de esplai o las actividades extraescolares, entre otros, en el desarrollo emocional, social y competencial. En concreto, estas investigaciones indican que los niños y niñas que participan de forma habitual en actividades de educación en el tiempo libre desarrollan y potencian las 7 competencias personales y profesionales clave que instituciones como la UNESCO o el Ministerio de Educación definen como las aptitudes básicas que los niños y jóvenes deben alcanzar en la etapa educativa para convertirse en personas íntegras y profesionales.
La Fundación Pere Tarrés entiende la educación desde una vertiente integral, y este año ha querido dedicar su campaña anual -que cada curso se centra en sensibilizar en torno a una causa diferente- a poner en valor el ocio educativo como uno de los tres pilares básicos (junto con familias y escuelas) que acompañan a los ninos, niñas y jóvenes en su proceso educativo y que deberían garantizarse como aprendizajes universales más allá del nivel adquisitivo de cada hogar. La Fundación considera que sólo así, contando con el ocio como uno de los vértices de este triángulo educativo, se podrá generar una sociedad más inclusiva y favorecer la igualdad de oportunidades.
Cómo el ocio contribuye a las 7 competencias educativas
Varias instituciones educativas como la UNESCO (la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) han definido cuáles son las competencias académicas que mejoran la empleabilidad y deben adquirir niños, adolescentes y jóvenes para su futuro personal y profesional. También el Ministerio de Educación y Formación Profesional del Gobierno ha descrito las competencias y contenidos esenciales de la educación primaria y secundaria. Estas 7 competencias centrales en el aprendizaje son la analítica, la comunicativa, la digital, la social o relacional, la artística o creativa, la de liderazgo y la competencia de aprender a aprender.
Uno de los materiales centrales de esta campaña anual es el calendario en formato papel y virtual que desde hace varios años se envía a centros escolares, centros de esplai, centros socioeducativos, bibliotecas y otros espacios educativos. El calendario va desglosando y explicando cada mes en qué consisten estas 7 competencias y qué conocimientos aportan, y ejemplifica de forma práctica cómo las actividades de educación en el ocio contribuyen a alcanzarlas. Por ejemplo, la elaboración de un presupuesto en un campamento de verano o en una ruta con adolescentes potencia la lógica, la agilidad mental y la capacidad de resolución de problemas (competencia analítica); la participación en asambleas o debates permite expresar ideas de forma ordenada y clara y mejorar la comunicación en público (competencia comunicativa); la búsqueda de información en medios digitales facilita el conocimiento de herramientas y plataformas y también una educación digital responsable o un criterio frente a las fake news (competencia digital). Por otra parte, los centros de interés que forman el eje educativo de colonias o casals de verano potencian a menudo el desarrollo del talento o la expresión corporal (competencia artística y creativa).
De hecho, la práctica totalidad de los proyectos transversales desarrollados en actividades de ocio educativo como los esplais o las extraescolares generan espacios que permiten aprender a escuchar a los demás, despertar la curiosidad y mantener una actitud abierta y receptiva (competencia de aprender a aprender) y también a compartir, negociar, respetar la forma de ser de los compañeros y compañeras y desarrollar el pensamiento crítico a través de la participación (competencia social y relacional). Esta participación junto al resto de niños y jóvenes que también participan en el mismo espacio potencian la responsabilidad, la perseverancia o la capacidad de trabajar en equipo, que están directamente relacionadas con la competencia de liderazgo.
La adquisición de estas competencias a través de la participación en actividades no lectivas tiene correlaciones importantísimas en el bienestar y el éxito académico. De ahí que la educación en el tiempo libre se convierte en un agente educativo clave que contribuye a romper el círculo de la pobreza infantil y a prevenir la exclusión social de ninos, niñas y jóvenes de familias en situación de vulnerabilidad.
Un calendario con voluntad pedagógica y de sensibilización
Más allá de ser un instrumento de planificación del curso escolar, el calendario tiene voluntad pedagógica. Así, cada bloque de contenidos relacionado con una competencia va acompañado de propuestas educativas, ideadas por un equipo de docentes, formadores y pedagogos de la Fundación Pere Tarrés y dirigidas a ninos/niñas de primaria, jóvenes de secundaria y familias, para fomentar estas competencias educativas en el aula, en el centro de esplai, en el centro socioeducativo o en casa. También se facilitan recursos digitales y propuestas relacionadas con cada una de las competencias.
El bloque de septiembre se centra en explicar qué son las 7 competencias y cómo las actividades de ocio contribuyen a adquirirlas, mientras que la propuesta pedagógica de octubre está dedicada a la primera competencia, la analítica, y plantea la realización de dos actividades (un taller de maquetas de una ciudad realizadas con materiales diversos y el juego "La Torre de Hanoi") que pretenden ayudar a desarrollar y aplicar el razonamiento matemático para resolver problemas vinculados a situaciones cotidianas.
Más allá del calendario, la campaña se complementa con diversas acciones que tienen el objetivo de poner en valor la educación en el tiempo libre como herramienta clave para contribuir a mejorar el rendimiento académico y la empleabilidad de niños y jóvenes, como la jornada "La mejora de las competencias académicas de los niños y adolescentes en situaciones de vulnerabilidad: un reto para la comunidad educativa", organizada por la Cátedra de Ocio Educativo y Acción Sociocultural de la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés.
La Fundación Pere Tarrés destina cada año su campaña anual a través del calendario escolar a sensibilizar sobre una causa social distinta. En cursos anteriores, el calendario ha puesto sobre la mesa cuestiones como los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para mejorar el planeta antes del año 2030, los derechos de los ninos y niñas recogidos en la Convención sobre los derechos del niño aprobada en 1989 por las Naciones Unidas o la divulgación de las aportaciones de la mujer a lo largo de la historia, con el objetivo de generar referentes femeninos en el imaginario de las nuevas generaciones.