13.09.22
El Estado español se encuentra a la cola de Europa en cuanto a los datos referentes al éxito académico y las actividades de ocio fuera del horario lectivo pueden contribuir a revertir esta situación y a favorecer la igualdad de oportunidades para ninos, niñas y jóvenes de familias en situación de vulnerabilidad. Con esta premisa y con el objetivo de compartir experiencias y proponer nuevas soluciones a esta vieja problemática, hoy se ha celebrado en la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés-URL la jornada “La mejora de las competencias académicas de los niños y adolescentes en situaciones de vulnerabilidad: un reto para la comunidad educativa”.
Durante la jornada, organizada por la Cátedra de Ocio Educativo y Acción Sociocultural de la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés-URL, expertos académicos y educadores y educadoras que trabajan en centros socioeducativos y centros abiertos han puesto sobre la mesa los retos a los que se enfrenta la comunidad educativa hoy en día. La clave es la consecución en los niños y jóvenes de las 7 competencias que tanto la UNESCO como el Gobierno español marcan como esenciales para el desarrollo académico. Ahora bien, ¿cómo conseguir potenciar estas competencias en el alumnado para conseguir un mejor rendimiento escolar, especialmente en los niños y jóvenes que se encuentran en contextos de vulnerabilidad? La clave son las actividades de ocio fuera de la escuela, como los casals, las colonias, las actividades extraescolares o también las actividades que se realizan en los centros socioeducativos que, según las investigaciones promovidas por la Cátedra que se han presentado hoy, pueden mejorar el rendimiento en múltiples aspectos: "Según su propia percepción, los niños perciben mejoras en su rendimiento académico después de pasar por espacios como el tiempo libre educativo y los centros socioeducativos. La conclusión es que estos espacios les permiten superar las dificultades que presentan en el área académica", explica Txus Morata, directora de la Cátedra.
Por eso, representantes de la Cátedra de Ocio Educativo pero también de diversas organizaciones educativas han puesto sobre la mesa una serie de propuestas para desarrollar las competencias necesarias en los niños a través de actividades de tiempo libre educativo, como por ejemplo: poner en marcha metodologías muy prácticas, conectar los recursos didácticos con las experiencias y aprendizajes de los niños, incorporar de manera decidida las TIC en el aprendizaje, diseñar programas muy transversales, hacer que los niños se sientan protagonistas del proceso de aprendizaje o crear espacios para poder compartir experiencias y trabajar en red entre los profesionales, entre otros.
“El modelo educativo que tenemos no responde a los retos de lo que necesitan los niños o niñas ni tampoco a los retos globales de la sociedad. Debemos poner el foco en el desarrollo de competencias para que los niños puedan seguir su proyecto de vida superando el modelo educativo basado en la reproducción sistemática de contenidos y en la memoria”, ha diagnosticado Carles López, director de la Fundación Empieza por Educar en Cataluña.
Pero una cosa es acertar con el diagnóstico y la otra curar la enfermedad. Los ponentes han coincidido en que todavía hay mucho trabajo por hacer. En el ámbito de los retos pendientes, Ceci Monteis, coordinadora pedagógica de Programas de Acción Social de la Fundación Pere Tarrés, ha destacado dos importantes barreras que habría que superar para alcanzar la igualdad de oportunidades educativas: “Los niños que llegan a los centros socioeducativos tienen un autoconcepto y una autoestima muy bajos, por lo que es muy difícil trabajar competencias con ellos. Por otra parte, con la pandemia, la brecha digital ha hecho aún más daño del que ya estaba haciendo. Ahora los deberes llegan en formato digital y cada vez más muchas familias no tienen acceso a ellos para poder ayudar a sus hijos. Esto complica el acompañamiento.”
Por su parte, Ma Àngels Pavón, coordinadora del Servicio de Asesoramiento Psicopedagógico en Salesianos Sant Vicenç dels Horts y profesora asociada de la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés, ha añadido la salud mental como otro aspecto clave a tener muy en cuenta: "Es imprescindible una atención prioritaria hacia la salud mental de los jóvenes, la de sus familias y la de los profesionales: es necesario un acompañamiento a los equipos para conseguir profesionales cuidados."
En resumen, según el director adjunto de la Fundación Pere Tarrés, Rafael Ruiz de Gauna, que ha cerrado la jornada, “se trata de no olvidar los retos que tiene la educación en el siglo XXI, que debe atender a las necesidades reales de los ciudadanos. En este sentido, el mundo fuera del aula es un espacio privilegiado para avanzar."
"Hay que preguntarnos si el trabajo que estamos haciendo con los niños y niñas es el mejor que podríamos hacer o si deberíamos cambiar determinadas actividades para contribuir a progresar", ha concluido Ruiz de Gauna.
La jornada se enmarca en la campaña anual de la Fundación Pere Tarrés, que cada curso se centra en sensibilizar en torno a una causa diferente, y que este curso quiere poner en valor el ocio educativo como uno de los tres pilares básicos (junto con familias y escuelas) que acompañan a los niños y jóvenes en su proceso educativo y que deberían garantizarse como aprendizajes universales más allá del nivel adquisitivo de cada hogar.