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La importancia del derecho de participación entre los niños, niñas y jóvenes

La importancia del derecho de participación entre los niños, niñas y jóvenes

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Infancia  

24.02.22

El 20 de noviembre de 1989, la Asamblea de las Naciones Unidas aprobó la Convención de los Derechos del Niño y la Niña, en la que se dejó de ver a los niños y niñas como un sujeto de protección para ser considerados como ciudadanos con derechos, explica Aleix Masramon, coordinador de Acción Social y Comunitaria de la Fundación Pere Tarrés. Entre estos derechos, destaca Masramon, se encuentra el de participación que incluye a los de opinión, el de decidir, el de la conciencia o el de la libertad de expresión, entre otros.

Precisamente, para dar respuesta a este derecho, relata Masramon, desde la Generalitat se ha desplegado lo que se conoce como Consejos de Niños, Niñas y Adolescentes a través de los cuales los niños y niñas debaten y toman decisiones sobre acciones que se pueden realizar en el ámbito local.

Lo primero que se hace en estos consejos es que, a través de dinámicas de participación, niños, niñas y jóvenes escogen a sus representantes dentro de un municipio. A continuación, detalla, se desarrollan todas las fases que comporta un proceso de participación que son: el análisis y diagnosis de una determinada cuestión que se ha dado desde el municipio; después, la elaboración de propuestas para escoger las que son válidas o no; y, por último, su ejecución.

La Fundación Pere Tarrés, desde hace siete años, vela por el cumplimiento de este derecho fundamental, el de participación, que se recoge en el artículo 12 de la Convención de la ONU. En concreto, lo hace con la gestión de Consejos de Niños, Niñas y Adolescentes por alumnos de entre 9 y 11 años y 12 y 14 años respectivamente. Al detalle, gestiona el Consejo de Niños y Niñas de Esplugues, el Consejo de Niños y Niñas de Palau y el Consejo de Adolescentes de Montcada i Reixac. Actualmente, un total de 450 niños y niñas participan en esta iniciativa de forma directa e indirecta.

Las dificultades con la pandemia

El confinamiento que se estableció de marzo a junio de 2020 y las posteriores cuarentenas han dificultado que pueda garantizarse el derecho a participación infantil. En este sentido, Masramon expone que durante la pandemia se ha tenido que articular mecanismos como sistemas telemáticos, para poder garantizarlo.

Ahora bien, esta situación también ha puesto de manifiesto la brecha digital existente en Cataluña, puesto que no todos los hogares tienen acceso a un aparato electrónico. Por eso, Masramon explica que, conjuntamente con los ayuntamientos, se consiguió que todos los niños y jóvenes tuvieran el material necesario para que no se viera ese derecho vulnerado y, por ejemplo, se habilitaron ordenadores a los alumnos que no disponían. “Una de las cosas que deben tenerse en cuenta es que los derechos de participación tienen como objetivo subyacente la igualdad de oportunidades”, resalta el coordinador de Acción Social y Comunitaria de la Fundación Pere Tarrés que añade: “Por eso no podíamos trasladar el proceso participativo en formato telemático y excluir a aquellos niños que no disponían de medios electrónicos en casa”.

Sin embargo, argumenta que la pandemia ha puesto sobre la mesa que uno de los retos para alcanzar este derecho es aplicar las metodologías telemáticas. "No siempre debe ser de forma presencial también puede ser de otras formas y es bueno que apliquemos las tecnologías de la comunicación y de la información en el derecho de participación infantil", defiende Masramon.

El segundo gran reto pendiente, afirma, es que las propuestas que hacen los niños y niñas se ejecuten. Por ello, considera que desde las instituciones competentes debe garantizarse que este derecho sea vinculante, es decir, que “los propios niños acaben escogiendo propuestas que sean realizables, tengan un sentido y un impacto sobre lo que les incumbe”.

 

¿Por qué es importante ese derecho?

Para el coordinador de Acción Social y Comunitaria de la Fundación Pere Tarrés, este derecho es relevante porque toca dos líneas: la educativa y la política. En clave educativa, la participación es un aprendizaje que facilita adquirir competencias que ayuda al proceso de desarrollo del niño, y en clave, política, se garantiza un derecho civil y político que implica hacer efectiva a la ciudadanía.

Por eso, uno de los objetivos de la Fundación Pere Tarrés es garantizar este derecho de participación de los niños, niñas y jóvenes, así como ofrecer recursos a las administraciones para que sea efectivo. Una buena muestra de ello es que el calendario escolar de la Fundación Pere Tarrés para este curso 2021-2022 trata sobre los Derechos de los Niños y Niñas. Cada mes se propone una serie de actividades para trabajar con niños, jóvenes y adolescentes sobre un derecho en concreto. En el caso de febrero se aborda su derecho de participación mediante diversas iniciativas como, por ejemplo, llevar a cabo una asamblea.

"Debemos poner sobre la mesa la importancia de estos procesos participativos, en tanto se plantean con ellos y para ellos, donde nosotros acompañamos en el proceso, pero son ellos quienes opinan, consensúan y deciden", concluye Masramon.