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Cómo conseguir una buena transferencia de la sabiduría: de generación en generación

Cómo conseguir una buena transferencia de la sabiduría: de generación en generación

Erika Tobalina
Jefa académica en Formación, Consultoría y Estudios de la Fundación Pere Tarrés
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09.01.24

En una sociedad que busca promover constantemente la innovación y el progreso, a menudo pasamos por alto la inestimable riqueza de la sabiduría acumulada de las personas mayores. Por eso queremos reconocer, valorar y, lo más importante, aprovechar este legado de conocimiento para construir un futuro más rico y sostenible para todos. Las personas mayores no sólo llevan una vida llena de experiencias en sus mochilas, sino también una perspectiva única que puede enriquecernos en todos los ámbitos de nuestra sociedad.

La sabiduría, al contrario que el simple conocimiento, no se mide en volumen de datos adquiridos, sino en la capacidad de comprender la complejidad de la vida, de asimilar experiencias variadas y de aplicar ese aprendizaje en la toma de decisiones. Es una luz interior que ilumina caminos que los conocimientos por sí solos podrían pasar por alto. Valorar la sabiduría significa reconocer la riqueza inherente a las perspectivas moldeadas por la vida y entender que esta forma de inteligencia trasciende las líneas de libros y las aulas.

En una sociedad impulsada por el progreso tecnológico, otorgar la importancia adecuada a la sabiduría es construir una fundación sólida para el futuro, donde la experiencia y la intuición se conviertan en guías respetadas en medio del rítmico latido del cambio constante.

Para garantizar una buena transferencia de esa sabiduría, la formación es una oportunidad clave. Se puede conseguir poniendo en práctica en las programaciones y dinámicas de clase, en cualquier nivel y ámbito educativo, algunas estrategias específicas como las que se describen a continuación.

Valoración de la sabiduría interpersonal

Se basa en la experiencia y las interacciones con otras personas, especialmente con aquellas de distintas edades y etapas de la vida. E implica reconocer que las relaciones humanas, con todas sus complejidades, son una fuente inagotable de conocimiento práctico, ya que a través de estos vínculos se adquiere una comprensión más profunda de la vida, las relaciones y las dinámicas sociales, y eso puede ser extremadamente valioso para la formación y el desarrollo especialmente de los y las más jóvenes.

Como propuestas prácticas podríamos incluir el llamado mentorado intergeneracional, en el que personas mayores asumen roles de mentorado para orientar e inspirar a las nuevas generaciones, ya sea a nivel profesional, académico o personal. O el análisis de relaciones familiares, para entender cómo crear vínculos más fuertes y sólidos entre las generaciones.

Integración de la sabiduría en los ámbitos profesionales

La integración de la sabiduría en los ámbitos profesionales busca desafiar los estereotipos que pueden existir respecto a la capacidad de las personas mayores en el ámbito laboral y promover un reconocimiento más amplio de sus potenciales contribuciones. Esta integración no sólo beneficia a las personas, sino que también mejora la dinámica general y la eficacia de los entornos de trabajo.

Una forma sencilla de llevarlo a la práctica es generando entornos de trabajo multigeneracionales y analizar después cómo las entidades pueden beneficiarse de la diversidad de edades. También puede ser muy útil en formaciones ocupacionales y profesionales destacar ejemplos de personas emprendedoras seniors que han canalizado su sabiduría en la creación de nuevas y exitosas empresas.

Educación con la historia de vida

Es clave poder integrar las experiencias personales y las narrativas individuales de las personas mayores en los procesos educativos. Esta aproximación puede ayudar al alumnado a conectarse emocionalmente con el contenido, al tiempo que fomenta una apreciación más profunda de las diferencias individuales y la riqueza que aporta cada vida. 

Por eso, se puede invitar a personas mayores del entorno cercano al alumnado, o no, para conectarlos con la historia viva. Y también implementar proyectos colaborativos entre personas mayores y alumnado como una forma efectiva de transmitir conocimientos prácticos y experiencias de vida. 

Reconocer y valorar la sabiduría de las personas mayores no es sólo una cuestión de justicia social, sino también una inversión en nuestro futuro colectivo. Al fomentar la transmisión de este conocimiento, no sólo estamos construyendo un puente entre generaciones, sino que estamos construyendo cimientos sólidos para una sociedad más informada, respetuosa y armoniosa. En este viaje, todos podemos aprender, crecer y contribuir al tejido rico de nuestra comunidad.

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