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El Servicio de Atención a Domicilio (SAD). Un reto de presente y futuro

El Servicio de Atención a Domicilio (SAD). Un reto de presente y futuro

Pau Berbel
Director de proyectos del Área de Consultoría y Estudios y cooordinador del proyecto sobre vulnerabilidad y cáncer con la Asociación Contra el Cáncer
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13.01.23

El SAD, un servicio cada vez más demandado

Podemos entender los servicios de atención domiciliaria (SAD) como un conjunto organizado y coordinado de acciones, prestaciones y/o soporte tecnológico que se presta en el domicilio de la persona o en su entorno, para ofrecer una atención integral a las personas y/o las unidades de convivencia. Este conjunto de actuaciones o servicios se organiza mediante un plan de atención social individual, familiar o de convivencia.

El SAD forma parte de la atención domiciliaria, que abarca más recursos y agentes, como la rehabilitación domiciliaria, la atención de los equipos de atención primaria, la tele asistencia, el PADES o el banco de ayudas técnicas. 

Las tendencias sociodemográficas en el norte global indican que la demanda de este tipo de servicios se incrementará notablemente en las próximas décadas. 

Por un lado, los procesos demográficos como el envejecimiento de la población y la necesidad de cuidado de largo plazo dibujan un contexto social europeo con más personas mayores con necesidad de ser atendidas y serlo durante más tiempo. También, la concentración de población en espacios urbanos y los procesos de individualización de las sociedades post-modernas debilitan las redes informales de apoyo a las personas dependientes. 

Por otra parte, las transformaciones de los modelos de producción y trabajo que precarizan las condiciones de vida de las familias, aumentando la vulnerabilidad social e incrementando los problemas de conciliación entre la vida familiar, laboral y personal, entre otros efectos, están impactando en la demanda de Servicios de Atención Domiciliaria. 

En este contexto cambiante y en expansión que suponen los SAD, resulta importante poder conocer, en mayor profundidad, las principales tendencias y retos que actualmente existen en el sector. 

¿Cuáles son las principales tendencias y retos de futuro?

1. La digitalización

Que permita fomentar un mayor aprovechamiento de las tecnologías avanzadas en la prestación del SAD y en la articulación de los cuidados y soportes a domicilio. 

Uno de los retos será que estas tecnologías no sean algo aislado y que su propio diseño e implementación se integre en el propio plan de intervención y con el resto de servicios. 

Algunas de las principales líneas serían:

  • La mejora de los dispositivos tecnológicos utilizados por las empresas, las personas cuidadoras y las personas que prestan el servicio para la transmisión de información y la supervisión del servicio.
  • La prestación de servicios de soporte psicosocial, la estimulación cognitiva y el acompañamiento social en remoto.
  • La aplicación de herramientas de inteligencia artificial para una estratificación de las personas usuarias y la planificación de los servicios.
  • Mejorar la disponibilidad de datos relativos al SAD en el municipio, mediante la creación de un cuadro de mando de acceso público. 

2. Complementariedad y diversidad en los servicios a domicilio

El SAD forma parte de un paquete más amplio de servicios y soportes diversificados. Esta realidad debe permitir potenciar la complementariedad entre estos recursos y evitar la duplicidad definiendo bien los objetivos de cada uno de ellos.

Uno de los retos clave será avanzar en una mayor coordinación entre el SAD y tele asistencia, de forma más continuada y compartida.

3. Capacitación y condiciones laborales de los y las profesionales

Una mejora en la capacitación permitirá una mayor profesionalización y mejora en la intervención. 

Por otra parte, potenciar el reconocimiento y el valor que aportan los y las profesionales se convertirá en algo fundamental para generar un empleo estable, que respete el derecho de los trabajadores y trabajadoras y que mejore la calidad del empleo y las posibilidades de desarrollo profesional.

4. Autogestión, proximidad y acción comunitaria

La atención domiciliaria debe incluir a la comunidad como parte del domicilio.

En este sentido, será un reto promover modelos orientados a reforzar áreas territoriales y comunitarias y que fomenten la autogestión de los y las profesionales, no solo en la ejecución, también en el diseño e implementación del plan de intervención. 

Estas modelos deberían poder generar: mayores posibilidades de personalización, proximidad y anclaje territorial en áreas pequeñas, utilización de recursos comunitarios, apoderamiento y autogestión de las profesionales, y énfasis en las fortalezas y no en las dificultades de los usuarios.

5. Personalización y atención integral centrada en la persona

La atención integral centrada en la persona implica generar cambios organizacionales que vayan más allá de las figuras de coordinación o gestor de casos, y que permitan una mayor autogestión y participación de las personas trabajadoras de atención directa y una continuidad en las intervenciones. 

El hecho de implementar programas de integración de servicios en el domicilio hace que la gestión de los casos sea intensiva y que un profesional especializado pueda gestionar un paquete amplio de soportes diversos para un grupo reducido de usuarios, y permite que la coordinación de casos sea más eficaz.

6. La evaluación

A nivel europeo, ya se han empezado a crear agencias de evaluación para el control y seguimiento a las empresas de SAD. Estas agencias no solo evalúan el cumplimiento de los requisitos, sino también el impacto del servicio en la calidad de vida de los usuarios. 

En esta línea, incorporar la evaluación como aspecto fundamental para la mejora del servicio, incorporando metodologías cualitativas y de impacto, será algo a potenciar en los próximos años.

7. Libre elección y diversidad de entidades proveedoras del SAD

En dos líneas principales:

  • Fomentar la libre elección de las personas usuarias y la posibilidad de acceder a determinados servicios de soporte y cuidados mediante el uso de prestaciones económicas.
  • Fomentar la diversificación de las entidades proveedoras de servicios, la cooperativización del sector y la participación de entidades sin ánimo de lucro en la prestación del servicio.

8. Revertir las desigualdades

Incorporando una perspectiva de género e interseccional, teniendo en cuenta la variabilidad territorial y, por tanto, las desigualdades existentes en el acceso al servicio y a su calidad.

9. Sostenibilidad económica y social

Plantear modelos que mejoren en eficiencia y gestión de costes será clave en un contexto creciente en demanda y complejidad. 

Como conclusiones

Como hemos visto, el SAD y la atención a domicilio, por lo general, presentan una serie de retos que son clave para atender más y mejor las necesidades que puedan surgir en el domicilio, sobre todo en situaciones de dependencia. 

En este sentido y añadiendo los cambios sociodemográficos que ya se están produciendo y las reflexiones que se han generado a raíz de la pandemia, tenemos un reto esencial de presente y futuro que es urgente que empecemos a abordar desde una perspectiva sociosanitaria y con una apuesta clave por la transformación y la generación de un mayor impacto del SAD que revierta en la calidad de vida de las personas en el domicilio y en la comunidad.