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¿Qué es lo que nos mueve a vivir una vida feliz?

¿Qué es lo que nos mueve a vivir una vida feliz?

Enric Benavent Vallès
Profesor de los Grados en Educación Social y en Trabajo Social
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04.10.17

Es importante cuidar nuestro interior, es aquí donde se forja, de alguna manera, el sentido de la vida, las ilusiones, los valores. Los profesionales que acompañan personas deben tener presente su dimensión interior.

Viktor Frankl, el psiquiatra que sobrevivió a unos campos de concentración explica en su libro "El hombre en busca del sentido" que es la búsqueda de sentido el motor principal de la persona. Él se daba cuenta que incluso en situaciones de gran sufrimiento como era un fin de concentración, las personas podrían dar sentido a aquella situación. Él veía como había compañeros que iban de un barracón a otro animando a otros compañeros o incluso, compartiendo un trozo de pan que les había quedado. Aquel gesto provenía de una decisión íntima, de una decisión interior, fruto de la libertad última de la persona, este espacio de libertad que nunca nadie te podrá tomar. Es la búsqueda de sentido la que ayudaba a las personas a sobrevivir a aquellas situaciones, los que no turbaban sentido, o los que no podían dar sentido al sufrimiento acababan muriendo o acababan suicidándose.

María Victoria Molins explica un caso que ella vivió acompañando a un joven en una prisión. Los profesionales le dijeron que no sabían cómo abordar el caso de aquel chico que estaba desesperado y angustiado, no tenía ni familia, no tenía ni siquiera nombre inscrito en ningún registro. Se sentía solo. No quería ni siquiera salir de la cárcel, nadie le esperaba fuera. La Viki Molins se acercó a este joven desde su yo interior y le ayudó a recuperar la identidad, le ayudó a recuperar sus ganas de vivir, a perdonar la gente que le había hecho daño, a perdonarse a él mismo por todo lo que había hecho mal en la vida. Poco a poco, a partir de este acercamiento le ayudó a tener ganas de vivir. Esto es lo que le dijo uno de los últimos días que la vio: "Me has ayudado a recuperar el sentido y las ganas de vivir".

Atender las personas en su globalidad

En un centro de día para personas mayores vi que había una sala dedicada al silencio. Me sorprendió, porque no es habitual en un equipamiento encontrar un sala dedicada a esta actividad. Y hablando con los profesionales me explicaron que querían atender a las personas en su globalidad y que darles un espacio para poder estar tranquilas, para poder estar en silencio, tener una conversación íntima, meditar o rezar, les era muy conveniente. Al final de la vida la persona necesita recuperar esa paz interior, necesita pasar balance de su vida y le van muy bien estos momentos de intimidad y de silencio. En paralelo con ello comenzaron a montar talleres de meditación para la tercera edad, unos talleres que tuvieron un éxito impresionante y que tuvieron que triplicar incluso en sus horarios. Cuentan los profesionales del centro que desde que atienden la dimensión interior de las personas mayores que en el centro hay otro ambiente, que se vive mucho mejor y que realmente las personas agradecen poder tener este espacio de interioridad.

La necesidad de ser alguien para alguien

Una alumna me contaba que un señor que estaba pidiendo a la entrada de un establecimiento de comida rápida un día se le abrazó. Ella de entrada sintió un poco de incomodidad por aquel abrazo, pero inmediatamente entendió que tenía que aceptarla y devolverle el abrazo. Este gesto transformó la vida de ambos. Por un lado ella no paraba de preguntarse cuánto tiempo debería hacer que esta persona no la abrazaba nadie, cuánto tiempo sintiéndose ignorado por todo el que pasaba a su alrededor. También pensaba como nos cuesta acercarnos y acercarnos realmente a las personas que necesitan nuestra ayuda. Al señor aquel gesto también le representó un cambio para que desde hacía mucho tiempo que no se había sentido tratado como una persona. Este gesto lo alimentó mucho más que cualquiera de los alimentos que le daban y el hecho de poder sentir persona era un donativo mucho más importante que cualquiera de las monedas que le habían dejado.

En estas cuatro situaciones hemos visto lo importante que es cuidar de la dimensión interior de la persona. ¿Cómo de importante es dar pie a que las necesidades espirituales estén bien cubiertas y bien alimentadas. Si nos olvidamos de la dimensión espiritual es como si estuviéramos amputando de una parte de la persona. Tener cuidado de esta dimensión interior es dar alimento a la esperanza, a la ilusión y al sentido de vivir.

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