COMPROMISO EDUCATIVO Y SOCIAL
BLOG FUNDACIÓN PERE TARRÉS
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Óscar Martínez
Profesor contratado y doctor de la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés (URL)
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| Ficha de experto
31.08.17
Hoy hace exactamente 20 años que empezaba a trabajar como educador social. Ya había colaborado con otras entidades en temas de ocio con jóvenes e infancia, pero aquel era el primer día en un centro residencial, un hogar, donde tenía que responsabilizarme de 8 persones adultas con diversidad funcional. Y lo tenía que hacer en un lugar tant especial su casa.
Es muy fácil acordarse ya que Cristina, la educadora que había en el otro hogar dos pisos por debajo, estaba muy agobiada con la noticía de la muerte de Lady Di. Seguía las noticías con las señoras que vivían en la otra vivienda y me lo iban explicando.
Pero era mi primer día de trabajo y yo ya tenía bastante con las mil indicaciones que tenía para conseguir llegar lo más dignamente posible al final de mi jornada laboral. El primer día es de un nivel de estrés bastante importante. El educador anterior me dejó todos los ingredientes para hacer una crema de champiñones que yo no había hecho en mi vida.
Por supuesto, el primer día da la sensación que es imposible poder acordarse de todas las consignas a tener en cuenta en cualquier recurso. Es una idea bastante generalizada, pero poco a poco ves como no sólo eres capaz de sobrevivir si no que, además, puedes disfrutar de tu trabajo.
Al fin y al cabo, lo más importante llega una vez has conseguido generar cierto vínculo con las personas con las que trabajas y puedes realmente desarrollar tus habilidades desde la educación social. Y esto diría que no le ha pasado a nadie el primer día.
El miedo inicial es absolutamente razonable porque te enfrentas a la complejidad de un trabajo en que cada día pasan cosas absolutamente diferentes. Es evidente que hay que planificar y practicar muy profesionalmente, pero esto no quita que las situaciones siempre serán unas muy determinadas que quizás nunca habías imaginado.
Para ser un buen conductor hay que haber hecho mucha práctica y para tener más destreza en situaciones complicadas te pueden entrenar con diferentes tipos de climatología o carretera, pero nunca podrán hacer la simulación de todo lo que puede llegar a pasarte a la carretera. El aprendizaje en la educación social consiste en una cosa muy similar dadas las posibilidades de personas a las que atenderemos y las situaciones que estarán viviendo.
Volviendo a mi primer día de trabajo tengo que reconocer que seguro que se me pasaron muchas cosas que ni me di cuenta. Ninguno de ellas importantes. Pero esto no quiere decir que más adelante cometí errores de los que tuvimos que plantear con el equipo.
Los estudiantes del primer curso siempre sufren, de manera general, por estos primeros momentos como profesionales. O al menos lo expresan mucho más que en cursos superiores. Pero todo se tiene que decir, la mayoría de las cosas por las que sufren son situaciones de conflicto personal y profesional durante toda la vida al oficio. Pero en este caso, acostumbramos a digerir estas cuestiones algo mejor con la experiencia y con la construcción personal que hacemos de la profesión. Y no quiere decir que no continúen siendo de máxima preocupación, si no que las acostumbramos a saber trabajar para digerirlas, como digo, personalmente. Pero la digestión no siempre funciona, esto lo podéis dar por hecho... y es por eso que la profesión es tant apasionante.
Las dudas de sí soy la persona idónea para esta profesión o si seré capaz son cuestiones que van y vienen a lo largo de la vida profesional. En algunos momentos pueden decaer los ánimos porque la fortaleza no siempre nos acompaña 365 días al año, pero después llegan las experiencias positivas, las relaciones con los usuarios o simplemente los ratos en que hemos visto que acertamamos en elegir esta profesión.
A los que nos gusta esta profesión recordamos aquellos primeros momentos como muy emocionantes, porque personalmente son muy gratificantes y ves como poco a poco vas sintiéndote más cómodo. De aquellos inicios todo el mundo guardamos muchas anécdotas.
A lo largo del tiempo los que nos dedicamos en la educación social vemos las cosas de diferentes maneras respeto el primer día. Evolucionamos y fundamentalmente vemos mucho más la globalidad de las situaciones ya que al inicio nos preocupa más aquello inmediato. A pesar de que continúa siendo complicado priorizar tantas situaciones acostumbramos a conseguir mejores estrategias y planificaciones. Todo ello acaba formando una profesión que vale mucho la pena ejercer. A un día del comienzo del próximo curso ya tengo ganas de sentir los miedos e inquietudes de las futuras y futuros educadores.
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