COMPROMISO EDUCATIVO Y SOCIAL

El binomio niños - confinamiento ha sido muy recurrente en los medios a nivel mediático ya que ha generado polémica después de que los niños y niñas estuvieran 40 días sin salir de casa. Ciertamente, muchos derechos de los niños se han visto vulnerados en este periodo de medidas para combatir la pandemia mundial que tenemos. Del mismo modo, como ya se ha venido comentando, la crisis sanitaria generada por la pandemia de la Covid-19 se ha gestionado a partir de una mirada adulto-centrista, lo que ha dejado relegadas en un segundo plano las necesidades de los niños. 

En un momento en que se ha decretado el aislamiento de la sociedad para disminuir el contacto entre las personas y, por tanto, aplicar criterios de distanciamiento físico entre nosotros para evitar los contagios, la participación de las personas en la comunidad o la vida pública se ha visto afectada. Como sociedad no estábamos preparados para hacer paulatinamente esta transición hacia el uso de las nuevas tecnologías para seguir participando y manteniendo la vida comunitaria activa. Si algo hemos aprendido es, justamente, que una nueva crisis sanitaria no puede detener por completo los patrones comunitarios existentes en la sociedad, sino que nos tenemos que reinventar e incorporar desde un inicio cuestiones telemáticas que han surgido en este último tramo de confinamiento. 

Si hablamos de la participación infantil y de cómo se han escuchado las voces de los niños y niñas en época de confinamiento, extraeríamos las conclusiones de que se les ha tenido en cuenta con menos frecuencia de la que nos gustaría. Y ese mantra que repetimos continuamente que explica que los niños son ciudadanos de pleno derecho, ha quedado de nuevo mermado. Debido a que la mayoría de acciones y procesos participativos institucionalizados realizados en el seno de los pueblos, barrios o ciudades, donde los niños son los protagonistas, como son los Consejos de Niños y las Audiencias, se han visto alterados debido a la llegada de las medidas de distanciamiento físico. A pesar de ello, como Fundación hemos intentado que estos episodios de distanciamiento físico y aislamiento social, afectaran lo menos posible en la participación de los niños en estos órganos de participación. Para que los Consejos de Niños continuaran con su actividad, aplicamos metodologías nuevas a través de plataformas virtuales. Visto en perspectiva y una vez finalizados los Consejos, hemos superado el contratiempo de forma bastante exitosa. 

Si bien es cierto que el espacio de participación del Consejo de Niños ha revertido su actividad adaptándola a las nuevas necesidades, las nuevas necesidades detectadas tras realizar las primeras sesiones plenarias fueron reconvertir el espacio en un lugar más de apoyo y acompañamiento mutuo entre los mismos niños y replantear el enfoque del centro de interés (temática de un Consejo de Niños). 

Es vox populi que nos enfrentamos a la posibilidad de revivir un confinamiento y es bastante probable que sea más pronto de lo que desearíamos. En otoño, dicen. Tenemos que estar preparados y aprender de los errores. Las nuevas tecnologías pueden ayudar a completar un gran diseño para los espacios de participación como el Consejo de Niños, sin embargo, también surgen incertidumbres en cómo aplicarlo teniendo en cuenta las casuísticas de todos y cada uno de los menores.