COMPROMISO EDUCATIVO Y SOCIAL
BLOG FUNDACIÓN PERE TARRÉS
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Judith Hernández Juárez
Coordinadora General de Acción Social
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02.12.17
Alguna vez he escuchado afirmar:
La violencia hacia las mujeres forma parte de las violencias, en general,
porque también hay mujeres que ejercen violencia hacia los hombres.
Creo que es importante establecer una aclaración conceptual al respecto.
La violencia machista es toda aquella violencia que se ejerce contra las mujeres por el hecho de ser mujeres y como manifestación de la discriminación y situación de desigualdad en el marco de un sistema de relaciones de poder. Es decir, la violencia hacia las mujeres responde a una desigualdad estructural dentro del sistema patriarcal donde hombres y mujeres no son iguales.
Esto significa que si no existiera el sistema patriarcal,
y hombres y mujeres fuéramos iguales, no existiría la violencia machista?
Así es.
Pero no nos encontramos en esta situación, y el sistema patriarcal sigue vigente en nuestras sociedades. Ciertos avances hacia la igualdad no deshacen un sistema. Por otra parte, 44 mujeres muertas por violencia machista en menos de un año en España, pone de manifiesto que estamos muy lejos de vivir en un sistema igualitario. Es un dato sumamente triste como sociedad, ya que, el asesinato de estas mujeres no es un tema privado, sino público, que nos afecta a todos y todas. Es una derrota social.
Pero, si bien la muerte es la manifestación más cruenta de la violencia hacia las mujeres, no es la única. Debemos tener en cuenta que la violencia de género contempla múltiples formas de violencia.
Así, las manifestaciones de las violencias machistas en nuestro país tiene múltiples formas, a las que a menudo cerramos los ojos para no temblar-ante la flagrante vulneración de derechos humanos.
Pienso en el tráfico de mujeres obligadas a prostituirse en nuestras calles, pienso en las jóvenes obligadas a casarse con hombres con los que no quieren casarse, pienso en las niñas que sufren tocamientos y agresiones sexuales por familiares, pienso en adolescentes nacidas en Cataluña que un verano se las llevan de vacaciones y les realizan mutilaciones genitales, pienso en abuelas que han tenido que sufrir durante todas sus vidas relaciones sexuales no consentidas dentro del matrimonio, pienso en chicas que vuelven intranquilas por la noche porque las acosan hombres por la calle, pienso en jóvenes violadas en espacios de fiesta, pienso en mujeres que durante su embarazo y su parte, han sido excluidas de la toma de decisiones sobre su cuerpo, pienso en mujeres que son acosadas física o psíquicamente en su ámbito laboral, pienso en mujeres con parejas que controlan con quien y como visten, pienso en cualquier mujer que ha sufrido o es susceptible de sufrir violencia por el hecho de ser mujer. Pienso en todas nosotros.
Ante estas situaciones que reconocemos como cotidianas el conjunto de la sociedad no queda impassiva:
El parlamento de Cataluña aprobó la Ley 5/2008, de 24 de abril, del derecho de las mujeres a erradicar la violencia machista que reconoce la violencia machista como una forma de violencia de carácter estructural propia del sistema patriarcal.
Las instituciones y administraciones públicas se esfuerzan en realizar dispositivos de atención, servicios de acompañamiento e información, medios de denuncia, campañas de sensibilización, formaciones, exposiciones, talleres, etc. para desterrar estas situaciones, sensibilizar a la población y proteger a las mujeres.
Desde los movimientos feministas se sigue denunciando al patriarcado y todas las formas de violencia hacia las mujeres, pidiendo a las administraciones publicas fórmulas para eliminar el sistema patriarcal, proteger a las víctimas y sensibilizar a la violencia cero.
Personalmente considero que la violencia hacia las mujeres es la herramienta ejecutiva y violenta del sistema patriarcal, en el que todos y todas estamos inmersos. El primer qué podemos hacer es ser conscientes y distinguirlos, para después, tomar conciencia, no aceptar y luchar con todas las formas de violencias.
Así, si bien, algunas manifestaciones del machismos y de las violencias pueden ser más sutiles, no por ello son menos importantes. Hablo del chistes machistas, hablo de los comentarios de los hombres que cosifican y sexualizado a amigas y compañeras, hablo de los "piropos" que un desconocido dice por la calle a una mujer, hablo de los comentarios despectivos que un amigo hace para con su pareja, estas manifestaciones aparantment inofensivas, son formas, pequeñas, aunque, de lo que es el acoso y la violencia hacia las mujeres.
Si queremos que no haya "ni una más", si "queremos vivas", si no queremos seguir afirmando "#metoo", hay tolerancia cero para con el machismo y las formas de violencias hacia las mujeres. Y la tolerancia cero depende de los hombres, de las mujeres y de los poderes públicos, para que 44 mujeres muertas en un estado es un fracaso social, no una amenaza (como se refieren para con el terrorismo) es un hecho que requiere de voluntad política e inversión pública .
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