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La gestión alternativa de conflictos en el ámbito deportivo

La gestión alternativa de conflictos en el ámbito deportivo

Judith Hernández Juárez
Coordinadora General de Acción Social
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13.02.24

El mundo del deporte contempla valores humanos beneficiosos para las personas que lo practican y lo disfrutan, como son la cohesión social, el esfuerzo, el compañerismo, el fomento de hábitos saludables y el respeto a las normas, entre otros. Se trata un espacio de relación de primer orden, puesto que muchos niños y jóvenes practican deporte y, por lo tanto, muchas familias acaban por estar implicadas en el ámbito deportivo. Como afición, es en las gradas donde las familias y amigos coinciden y se producen estas relaciones sociales en el marco de la comunidad deportiva municipal.

La realidad nos lleva a observar que, como todo espacio de relación, también lo son de potenciales conflictos y conductas incívicas y, si no se interviene específicamente sobre las relaciones de convivencia entre los miembros de la comunidad, se pueden originar situaciones de escalada de conflicto.

Tras observar este tipo de conductas que se producen en los partidos percibimos: faltas de respeto, insultos y agresiones entre aficiones, a los jugadores/as, al personal de conserjería, al arbitraje (que en el caso de categorías infantiles son menores); incumplimiento de normas de civismo en entradas y salidas de las instalaciones municipales que generan molestias al vecindario; destrozos en los equipamientos municipales (vestuarios, WC, etc.); consumo de tóxicos en las instalaciones deportivas, entre otros. Comportamientos que distan mucho de los valores a los que aspira el mundo deportivo.

Si bien en los partidos entran en juego muchas emociones por parte de todos los miembros de la comunidad deportiva, algunas de ellas no favorecen relaciones convivenciales positivas. A menudo se ve el contexto del partido como un espacio donde descargar las frustraciones y preocupaciones cotidianas y, por lo tanto, se normalizan gritos e insultos que en ciertos casos podrían considerarse delictivos y, en consecuencia, inaceptables.

Romper con la naturalización y aceptación de las malas prácticas en el ámbito deportivo pasa por la reflexión y el acompañamiento en la corresponsabilización de los clubes deportivos para que introduzcan prácticas preventivas y restaurativas en caso de incumplimiento de las normas.

Desde los programas de convivencia que la Fundación Pere Tarrés gestiona en Castelldefels, estamos llevando a cabo un proceso de diagnosis y de acompañamiento a los clubes deportivos para la corresponsabilización en las relaciones y comportamientos de sus miembros, en el que se introducen propuestas preventivas e interventivas que desemboquen en una mejora de la convivencia en las instalaciones deportivas y transformen las situaciones actuales de conflicto en escenarios de convivencia. El análisis, realizado a través de la observación externa, las opiniones de las familias y entrevistas a los referentes de convivencia de los clubes deportivos, pone en evidencia la necesidad de ejecutar acciones al respecto.

Dando por sentado que desde los programas de intervención en el espacio público y servicios de mediación tenemos como objetivo la gestión de conflictos de manera alternativa y no violenta, hallamos en el ámbito deportivo un espacio que debería ser de especial interés municipal para intervenir en la gestión positiva de los conflictos, puesto que dan lugar a una interacción ciudadana donde se relacionan colectivos varios. Asimismo, se pretende que los aprendizajes que se generan en el ámbito deportivo impacten en otros espacios para promover relaciones de convivencia positivas y la gestión pacífica de los conflictos en toda la comunidad.

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