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L’Educador/a Ambiental, una profesión imprescindible para el siglo XXI

L’Educador/a Ambiental,  una profesión imprescindible para el siglo XXI

Gessamí Deu i Ruiz
Profesora de Tiempo Libre Educativo y Educación ambiental de la Fundación Pere Tarrés y docente del CP de Interpretación y Educación Ambiental
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25.01.19

El 26 de enero se celebra el Día Internacional de la Educación Ambiental. Este puede ser un buen momento para reflexionar sobre la profesión de educador/a ambiental que, en pleno siglo XXI, se ha convertido realmente en imprescindible.

Teniendo en cuenta el panorama actual, en el que el cambio climático ya no es una previsión de futuro sino que es una realidad del presente, la Educación Ambiental ha de ser un medio necesario para poder transformar la sociedad y evolucionar hacia un desarrollo sostenible real.

Hay que considerar que la Educación Ambiental tiene ya varias décadas de existencia y con los años ha ido evolucionando desde una educación muy centrada en el conocimiento de la naturaleza y de los problemas que le afectan, hasta una educación que incorpora criterios de sostenibilidad (intentando adaptarse a los cambios a nivel social, económico y, sobre todo, ambiental) y que trabaja tanto en el medio natural como en los medios rural y urbano.

Los que nos hemos dedicado y nos dedicamos a la Educación Ambiental, además, tenemos la suerte de disfrutar de una profesión muy enriquecedora en la que se unen las ventajas de ser educador/a con las que trabajar en el medio, por al medio ya través del medio. Trabajar como educador/a ambiental permite disfrutar del contacto con la naturaleza y con las personas, así como, ayudar a los participantes de las actividades a descubrir el entorno, disfrutarlo y, sobre todo, protegerlo. Una de las situaciones más gratificantes para un educador ambiental se da cuando los educandos toman conciencia de la interrelación del ser humano con el medio y empiezan a cuestionarse su estilo de vida con el fin de avanzar en el camino hacia una sociedad más sostenible.

Sin embargo, cuando una persona escoge la Educación Ambiental como profesión debe saber que se enfrentará a una serie de dificultades. Una de ellas es el desconocimiento social, que comportará preguntas por parte de familiares y amigos que no acaban de entender en que consiste la tarea de educador ambiental. En ciertas ocasiones también habrá que enfrentarse a una falta de reconocimiento, probablemente relacionado con el desconocimiento social, que hace que la Educación Ambiental no siempre esté en la agenda de las prioridades de la Administración Pública y que muchas personas no le den a la profesión la importancia que tiene. También hay que ir actualizando y renovando la metodología educativa de manera constante con el fin de adaptarla a nuevas realidades y conseguir que el cambio social perdure en el tiempo y por lo tanto sea significativo.

Como vemos, los retos de la Educación Ambiental durante el siglo XXI son muchos y hay que seguir trabajando conjuntamente y de manera intensa e ininterrumpida para lograr cambios reales y significativos en el estilo de vida de las personas del presente y del futuro. Por este motivo, la formación de los educadores y educadoras se convierte en una pieza clave en su trayectoria profesional. Una formación de calidad permite adquirir conocimientos básicos para desarrollar la tarea, compartir experiencias con profesionales o futuros profesionales del sector y, en definitiva, adquirir herramientas para poder abordar estos y otros retos.

La Fundación Pere Tarrés tiene una amplia experiencia en la formación de educadores ambientales. Entre los años 1991 y 2014 el Programa de Educación Ambiental formó a cientos de personas siendo un referente de la formación de este colectivo. Desde el año 2016, la Fundación Pere Tarrés imparte el Certificado de Profesionalidad de Interpretación y Educación Ambiental, titulación válida a nivel europeo, que capacita para poder desarrollar esta profesión tan gratificante y necesaria a la vez.

Como dice Jane Goodall "No se puede pasar un solo día sin tener un impacto en el mundo que nos rodea. Lo que hacemos marca la diferencia, y tenemos que decidir qué tipo de diferencia queremos hacer". Seguro que, dedicándonos a la Educación Ambiental, podremos marcar una gran diferencia.