COMPROMISO EDUCATIVO Y SOCIAL

BLOG FUNDACIÓN PERE TARRÉS

Educación social: una profesión esencial que debe ser visibilizada

Educación social: una profesión esencial que debe ser visibilizada

Jesús Vilar Martín
Director Académico de Grado y profesor de la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés-URL
Ver todos los artículos | Ficha de experto

28.09.20

La esencia de la Educación social es la promoción de los derechos básicos de las personas mediante procesos educativos. Así ha sido siempre, especialmente desde la transición democrática, punto que podemos considerar como el origen de la profesión tal y como la conocemos a día de hoy. Las diferentes etapas de la Educación social evidencian que, de una forma o de otra, nunca ha perdido el horizonte de los derechos fundamentales de las personas.

Si hacemos una breve y esquemática mirada histórica, podemos constatar que la Educación social ha estado especialmente presente en las situaciones de crisis social desde sus inicios hasta la actualidad. En los años 70, estuvo al lado de los movimientos vecinales y de los colectivos más desfavorecidos cuando aún estaban por construir las bases del Estado del bienestar. Después, a partir del 1991, cuando se reconocen los estudios en la universidad y se crea el primer colegio profesional en 1996, su presencia se hizo más explícita y podemos ver una gran diversidad de recursos y esferas de acción para contener las consecuencias de las diferentes crisis económicas y sociales. 

La globalización ha hecho que, en los últimos años, la Educación social haya estado presente también en fenómenos importantes derivados de sus efectos, como las diferentes manifestaciones económicas, sociales y humanitarias del hecho migratorio, siempre con la voluntad de construir sociedades inclusivas. 

Actualmente, la pandemia generada por el covid-19 es un claro ejemplo de situación de alta complejidad, es decir, multivariable, cambiante, incierta, interactiva y de efectos no previstos en amplias áreas de la vida humana. Aunque su origen es de carácter sanitario, las repercusiones son evidentes en la economía, el medio ambiente, la vida personal y la vida social. Así, desde esta perspectiva, la presencia de la Educación social es y será importante para reconstruir puentes entre personas y comunidades. Podemos decir que hoy en día nadie niega que la Educación social es una actividad ampliamente aceptada y reconocida, aunque no siempre promocionada. 

Seguramente, uno de los problemas principales de la Educación social es el hecho de trabajar con colectivos invisibles o invisibilizados por la sociedad, lo que también invisibiliza los y las profesionales. Un ejemplo claro en esta pandemia es como social y políticamente han reconocido los esfuerzos y el estrés sufrido por el personal sanitario y, en menor medida ahora, los maestros, mientras que ha quedado totalmente escondido el colectivo de profesionales del campo socioeducativo. Prisiones, trabajo domiciliario, centros residenciales, centros de día, personas sin hogar... Todos ellos escenarios donde los profesionales tratan con grupos olvidados para el conjunto de la sociedad que están sufriendo de manera traumática y anónima las consecuencias del covid-19. 

Después de 25 años de la primera promoción de educadores y educadoras sociales, es el momento de hacer ver a la sociedad de manera más explícita la gran tarea discreta, silenciosa, pero esencial, que desarrolla la Educación social. Se debe mostrar la complejidad de los fenómenos que trata, como efectos secundarios de cuestiones estructurales; debe evidenciar el conocimiento y el rigor técnico para el tratamiento de estas problemáticas. Y se ha de evidenciar el alto nivel de implicación que supone dedicarse a trabajar en aquellas cuestiones que la sociedad no quiere ver, así como el altísimo nivel de estrés que puede suponer enfrentarse sin reconocimiento social a problemáticas que en sentido estricto no tienen solución. 

Se ha recorrido un largo camino y se han alcanzado grandes metas. Ahora hay que dar un paso más para consolidar y hacer visible lo que la Educación social aporta a la sociedad. Para hacer este nuevo paso es imprescindible la implicación y la colaboración activa de las nuevas generaciones de profesionales. El futuro depende del esfuerzo individual de cada uno y cada una de nosotros.

Comparte el artículo

Etiquetas