COMPROMISO EDUCATIVO Y SOCIAL

Son muchas las entidades que ya han aprendido que comunicar es existir. Y se han dado cuenta que si no hacen un esfuerzo para explicarse en el mundo, no serán capaces de lograr sus objetivos. Ahora bien, todavía hay muchas entidades que no han pensado en un hecho capital para mejorar su comunicación; explicarse de puertas adentro.

La comunicación interna es clave para el buen funcionamiento de toda organización. Es muy difícil tener a un equipo comprometido con las causas que defendemos si no están al corriente de que se está haciendo en los diferentes departamentos o qué iniciativas ha emprendido el equipo directivo.

Hay tres niveles de comunicación interna:

1. De arriba hacia bajo: El equipo directivo tiene que velar porque los departamentos y el personal estén informados de todo aquello que se decide y que los afecta, así como de las diferentes iniciativas o logros que deciden llevar, o han llevado, a término.
2. De bajo hacia arriba: Los equipos tienen que hacer un esfuerzo para comunicar a los directivos todo aquello que los preocupa, que han logrado o simplemente, aquello en que están trabajando. Este flujo a veces es un chico costoso, pero la dirección tiene que velar para hacerlo posible y cómodo.
3. Entre iguales: Es básico el diálogo y el intercambio entre departamentos, entre personas trabajadoras, entre equipos. Hay que explicarse porque todo el mundo tenga claro en qué momento estamos.

Además, en el caso de las organizaciones sin ánimo de lucro contamos con un cuarto nivel comunicativo, se trata de la comunicación hacia los socios, el voluntariado o las personas en prácticas que podamos tener. También es clave que tengan información suficiente para sentirse parte de la entidad.

Si llevamos a cabo un buen proceso de comunicación interna y creemos conseguiremos, en primer lugar, evitar la duplicación de tareas y por lo tanto, también, dar una imagen de cohesión ante posibles clientes. Esto indudablemente nos llevará a ser más eficientes y nos permitirá detectar y solucionar problemas. Con el equipo conocedor de la realidad, cohesionado e implicado muy probablemente mejorará la calidad y el ambiente de trabajo y esto llevará inevitablemente a un crecimiento de nuestra entidad.

Si todo ello lo tenemos claro. Ahora sólo nos hay que pensar qué comunicaremos y como lo comunicaremos. Y el más importante de todo, pensamos que si lo hacemos bien, generaremos nuevos agentes comunicadores gracias a su conocimiento.