COMPROMISO EDUCATIVO Y SOCIAL
BLOG FUNDACIÓN PERE TARRÉS
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Monts Romagosa
Consultora en Formación, Consultoría y Estudios de la Fundación Pere Tarrés
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09.10.23
En una visión utópica, todas las organizaciones tienen una misión y finalidad, que se materializan a través de los distintos proyectos que realizan. Esto hace que exista una relación intrínseca entre el ser de una entidad y lo que persigue.
Y hablo de utopía, ya que si nos ponemos a mirar la realidad de las organizaciones, vemos que la mayoría parte de otros aspectos: personas que se mueven ante situaciones de actualidad (catástrofes naturales, injusticias, guerras, estilos de vida, etc.), personas que llenan las necesidades que tiene una sociedad (y que la administración no puede o no llega a solucionar), personas que quieren cambiar y/o mejorar su sociedad; e incluso personas que aprovechando su carisma o habilidades ayudan a la sociedad que les rodea.
Pero si hablamos de la realidad y el día a día de las organizaciones, lo que hace que funcionen verdaderamente, aparte del capital humano, son sus fondos monetarios y cómo se gestionan.
Por tanto, si las organizaciones son intrínsecas a su misión y fines, la gestión del fondo económico también debería serlo.
Cómo consiguen las entidades cubrir económicamente sus proyectos... Hay muchas formas de captar fondos:
Seguramente, ya existe alguna nueva que me deje, pero independientemente de la que utilicen, los pasos a seguir serían:
Si dentro de las herramientas mencionadas, habéis elegido las subvenciones gubernamentales y las financiaciones internacionales, os explicamos cómo estar al día y qué aspectos hay que tener en consideración.
Dentro de la financiación, debemos diferenciar entre subvenciones, que son aquellas que “requieren un comportamiento, acción o proyecto”, las ayudas, que son de “naturaleza indemnizadora o compensatoria”, y los premios, “reconocimientos por el proyecto realizado”.
Estas fuentes de financiación a su vez se pueden clasificar entre públicas o privadas, según el ente concedente. Y el hecho de elegir una u otra marcará la estrategia para estar al día de las vigentes.
Las fuentes de financiación pública son aquellas que da la administración: gobiernos, entes descentralizados, consorcios, etc. Están ligadas al organismo que las convoca y las políticas del territorio. Esto hará que quizás añadamos distancia a los requisitos para obtenerla de la misión/objetivos de la entidad/proyecto. A pesar de este inconveniente, normalmente son las más fáciles de encontrar y acceder a ellas, ya que las administraciones (en todas las escalas) elaboran un Plan Estratégico de Subvenciones (PES).
El PES tiene como objetivo que los ciudadanos conozcan cómo se toman las decisiones que les afectan, cómo se manejan los fondos públicos o bajo qué criterios actúan las instituciones. Y también sirven de forma indirecta a las organizaciones, dando pistas de cuáles son las líneas de la administración y dónde darán subvenciones.
Será preciso, pues, estar al corriente del calendario de convocatorias de subvenciones y de los criterios de admisión, que encontraremos fácilmente en las páginas web de las administraciones. También encontraremos sus PES, las subvenciones de las que disponen, buscadores especializados, boletines y alertas electrónicas.
Las fuentes de financiación privadas son las que dan las empresas u organizaciones, y éstas no tienen unas reglas básicas, lo que hará que sea algo más complicado estar al día.
Por tanto, será necesario un trabajo previo de buscar y hacernos un listado de aquellas empresas u organizaciones que:
Una vez listados, será necesario realizar una serie de acciones para estar al día de las ayudas que pueden ofrecer: suscribirse a los boletines que, junto con la visita a la web y las redes sociales, nos permitirá estar al corriente de la mayoría de las convocatorias.
El primer paso para estar al día es realizar estas tareas, por tanto, será necesario que sistematicemos la investigación semanalmente, ya que las convocatorias a menudo tienen plazos cortos que no sobrepasan los quince días.
Y a partir de aquí se establece un calendario anual que incluya cada convocatoria y de forma desglosada: las fechas de plazo, de la presentación de las solicitudes y de revisión y notificación (si las hubiere) de cada una de las subvenciones que nos interesen.
En conclusión, será necesario sistematizar y organizar la búsqueda activa, estudiar si nos queremos presentar a la convocatoria y, finalmente, anotarlo en un calendario de seguimiento.
¡Hay que repetir cíclicamente este proceso para no perder ninguna oportunidad!
En este proceso de buscar y obtener subvenciones para las entidades, vale la pena no sólo enfocarse en lo económico, sino también en generar aprendizaje a partir de la experiencia. Este proceso ofrece a las entidades una valiosa oportunidad para aprender sobre la presentación de exitosas propuestas, comprender las necesidades de la comunidad y mejorar su enfoque estratégico. Reflexionar sobre cada solicitud y resultado permite perfeccionar futuras estrategias y maximizar nuestras posibilidades de éxito en la obtención de subvenciones, contribuyendo así al crecimiento y sostenibilidad de nuestros proyectos.
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