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La atención a las personas a partir del modelo de Atención Centrada en la Persona

La atención a las personas a partir del modelo de Atención Centrada en la Persona

Montserrat Garcia Oliva
Directora del grado en Educación Social. Directora del Máster en gerontología. Directora del PUGG. Docente/investigadora de la Facultad.
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08.11.21

Cuando estamos atendiendo a una persona mayor, con algún tipo de dependencia o enfermedad, ¿estamos seguros de que estamos poniendo su dignidad en el centro de nuestra actuación, ya sea como profesionales o como cuidadores no profesionales? Seguramente, podríamos asegurar que estamos pendientes de cubrir sus necesidades, pero ... ¿y si esto no fuera suficiente? ¿Nos hemos preguntado alguna vez si la atención a una persona con situación de dependencia debería de ir más allá de cubrir sus necesidades básicas?  ¿Esto es posible? La respuesta es que no se trata tanto de si cubrimos o no sus necesidades, sino de CÓMO las cubrimos.

El modelo de Atención Centrada en la Persona (ACP) se centra en este CÓMO. Y este CÓMO implica realizar las intervenciones desde la perspectiva de la persona que ha de ser atendida. Esto quiere decir tener una visión, en esta misma línea, de todos aquellos que tienen que intervenir. En el ámbito de los cuidadores no profesionales han de tener en cuenta el modelo para actuar según el CÓMO. En un ámbito residencial o de servicios es un modelo que abarca a todos los profesionales de un servicio – desde los gestores y directores, pasando por el personal de atención directa e indirecta- bajo una misma mirada que huye de una aplicación excesivamente técnica o asistencial para centrarse en una visión más humana.

En la ACP se establece un papel terapéutico de aquello que es cotidiano (alimentarse, ir al baño, vestirse...) a la vez que se resalta aquello que es significativo para cada individuo. Todo esto se hace desde el prisma que define la atención gerontológica y que se basa en: personalización, mirada integral, promoción de la autonomía, participación, bienestar subjetivo, privacidad, integración social, continuidad, independencia. Bajo una premisa básica: la DIGNIDAD.

¿Y qué quiere decir mantener la dignidad? La principal característica que define a los modelos de atención orientados en la persona, a diferencia de otros modelos tradicionalmente diseñados desde la óptica de los servicios, es que reconoce el papel central de la persona usuaria en su atención y, en consecuencia, se proponen estrategias para que sea ella misma quien realmente ejerza el control sobre los asuntos que le afectan. Y esto tiene mucho que ver con mantener la dignidad.

Si el modelo se implementa en el ámbito residencial, se tendrá cuidado de la persona a nivel personal. La gerontóloga Teresa Martínez nos explica cómo también tendremos cuidado de su entorno. Para conseguirlo aplicaremos el Modelo Housing que permite vivir fuera de casa, pero como en casa. Podrán estar rodeados de sus pertenencias y recuerdos y podrán preservar su independencia y privacidad tomando sus propias decisiones y controlando su día a día.

Por ejemplo, si una persona tiene la costumbre de ducharse a primera hora de la mañana, ¿por qué no miramos de mantener esta costumbre en nuestra planificación de duchas? Y, ¿por qué no podemos organizar varias comisiones participativas donde los residentes digan la suya y consensúen con los profesionales pertinentes? Una comisión de alimentación donde se participe en la elaboración de los menús donde también integraríamos el personal de cocina y el personal sanitario. Una comisión de salidas y/o fiestas donde integraríamos al educador o educadora social, el o la terapeuta, el trabajador o trabajadora social, etc.

Una herramienta muy eficaz para conseguir saber todo lo que nos interesa para aplicar el modelo ACP es la historia de vida. Se trata de un documento que iremos completando conforme vayamos hablando con la persona y nos explique su trayectoria vital, con vivencias positivas y negativas, con ilusiones y decepciones, con historias felices y trágicas. Una historia de vida detallada, completa..., que nos muestre todas las peculiaridades, los gustos, e incluso, las excentricidades. Solo conociendo a fondo cada una de las personas que atendemos podemos darles esta atención personalizada con ellos y para ellos. Y si ellos ya no pueden explicárnoslo seguro que lo podrán hacer sus familiares más cercanos, amigos y vecinos.

Cada persona es un mundo. Solo conociendo este mundo podremos ofrecerles una atención centrada en ellos mismos. Velemos para que así sea. Velemos para que sean propietarios de sus vidas.

Quiero acabar con una frase de la escritora norteamericana Laura Hillenbrand,  que sufre el síndrome de fatiga crónica. Ella nos dice: la dignidad es esencial para la vida humana, así como lo es el agua, el alimento y el oxígeno. Su retención obstinada, incluso a través de un extenuante esfuerzo físico, puede mantener el alma de un hombre en su cuerpo, más allá de lo que el cuerpo puede soportar.