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Alergias e intolerancias, ¡situaciones de riesgo!

Alergias e intolerancias, ¡situaciones de riesgo!

Olga Barrera
Docente de la Fundación Pere Tarrés
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25.06.19

Es un hecho constatado que actualmente hay un aumento de casos de alergias e intolerancias producidos por determinados alimentos. Esto supone un problema de salud cada vez más importante.

Actualmente, el número de niños y niñas con alergias e intolerancias es una realidad que crece. Según un estudio realizado por ARA.CAT en el que participaron 129 escuelas con un total de 50.000 alumnos, un 4,1% de los niños y niñas presentan alguna de estas patologías.

La presencia de las alergias y las intolerancias alimentarias es un hecho que inquieta cada vez más a los padres y madres, sobre todo si el alimento es de consumo habitual. La situación se agrava más cuando los niños y niñas deben asistir a la escuela, centro de ocio o incluso a unas colonias de verano. A los padres y madres, entonces les surgen una serie de preguntas respecto como atienden a sus hijos e hijas. ¿Tendrán cuidado los educadores/as o monitores/as? ¿Tomarán las medidas preventivas necesarias? ¿Se aplicarán los protocolos necesarios para que el niño/a no coma los alimentos a los cuales tiene alergia o intolerancia? ¿Serán sus cuidadores capaces de reconocer los síntomas que anuncian una reacción grave? ¿Le administrarán su medicación correctamente? ¿Avisarán a un servicio médico si es necesario?

Normalmente, para la gran mayoría de las personas, el hecho de consumir una gran variedad de alimentos no supone ningún problema. Pero en los últimos años se ha podido comprobar que se ha producido un aumento de los casos de alergias e intolerancias alimentarias, sobre todo, entre la población infantil. 

La alergia a los alimentos supone para los niños y sus familias una carga importante, seguir una estricta dieta y eliminar un gran abanico de productos de consumo muy habitual.

Se trata de una enfermedad poco y mal conocida por la población en general y por muchos sectores sanitarios y de la educación. La gravedad de los cuadros de alergia es variable y con mucha frecuencia infravalorada.

En algunas ocasiones las alergias alimentarias pueden provocar trastornos graves, e incluso llegar a comprometer la vida de las personas: esto ocurre cuando se desencadena lo que se conoce como anafilaxia, un proceso de mucha gravedad que puede afectar a todo el organismo y que requiere atención médica urgente. En estos casos nuestra actuación será determinante, sobre todo si hay dificultades respiratorias que pueden llevar a la víctima al choque anafiláctico.

Teniendo en cuenta que las alergias pueden producirse por inhalación, ingesta y contacto, es imprescindible que los cuidadores de los niños y niñas sigan unas recomendaciones generales para prevenir situaciones de riesgo.                                                           

Hay que diferenciar que, si en el caso de un niño con alergia se debe eliminar el alimento causante de la reacción, en el caso de los niños con intolerancia, éstos pueden consumir el alimento en pequeñas cantidades sin que sufran ningún síntoma (excepto los niños que sean sensibles al gluten).

Ante una reacción adversa causada por este tipo de patología (alergia o intolerancia alimentaria) es fundamental saber actuar. Pero antes de actuar, hay que ser minuciosos a la hora de prevenir este tipo de situaciones de riesgo, pues se puede poner en peligro la vida, en este caso, de los más pequeños.

Son numerosos los centros de tiempo libre y educativos que ofrecen servicio de comedor, es importante que estos propongan dietas adaptadas a las características de los niños y adolescentes, encontrando soluciones culinarias a las necesidades alimentarias de las personas afectadas por trastornos de salud, alergias y / o intolerancias.

Es por esta razón que, no sólo son los familiares los que deben informar y guiar a los responsables del cuidado de sus hijos e hijas, sino que se trata de que toda la comunidad educativa sea consciente de lo que supone una alergia o una intolerancia alimentaria. Hay que contribuir a crear un entorno seguro, lúdico, educativo y, al mismo tiempo, no discriminatorio.

Precisamente por todo esto, es interesante que las personas que están a cargo de niños y jóvenes sean conocedoras y conscientes de las alteraciones que ciertos alimentos pueden producir. Formarse en este tipo de patologías comienza a ser un tema relevante y de vital importancia.

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