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La prevención de relaciones abusivas

La prevención de relaciones abusivas

Míriam San José Cirera
Coordinadora de programas de acción social de la Fundación Pere Tarrés
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10.07.17

Las relaciones abusivas son cada vez más presentes entre niños, adolescentes y jóvenes. El concepto relación abusiva se puede dar en todos los ámbitos relacionales de las personas, pero concretamente nos centraremos en el que hace referencia a las relaciones abusivas entre niños y adolescentes, y en todas aquellas acciones que se pueden llevar a cabo a fin y efecto de prevenirlas. En este sentido, ya son muchas las experiencias innovadoras en educación formal y no formal que tienen como objetivo el fomento de las relaciones positivas e igualitarias entre los grupos de pequeños y adolescentes.

En primer lugar, hay que tener claro que una relación abusiva es aquella que se fundamenta en un abuso de poder de una persona hacia la otra, y que puede llegar a comportar consecuencias como el acoso escolar. Este abuso de poder, además, se puede dar tanto en la escuela, como en las redes sociales, como en las actividades de ocio que el niño o joven realice... La clave que permite evitarlo es la prevención desde edades muy tempranas, educando desde el autoconocimiento, la gestión de las propias emociones y la comunicación asertiva.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) en su novena recomendación en el ámbito de el género y la salud de la mujer, hace un llamamiento muy claro a los centros educativos como agentes clave en la prevención, indicando que hay que “Involucrar el sector de la educación, haciendo que las escuelas sean un lugar seguro para las niñas”.

Por eso, en los centros educativos son muchas las experiencias que se están llevando a cabo para establecer nuevos modelos relacionales y educar con valores como la no violencia, la convivencia y el respeto. Para los niños que estudian en la escuela primaria, existe el teléfono Infancia Responde (116 111) que atiende 24h y 365 días el año para prevenir y detectar los maltratos de niños y adolescentes, poniendo especial atención en los casos de acoso a las escuelas, "ciberacoso", violencia machista en adolescentes y abusos sexuales.

En los centros de educación secundaria, el enfoque es también preventivo, pero apoderando los jóvenes como agentes activos de esta prevención. En este sentido, muchos centros educativos hace años que incorporan la figura del mediador escolar en la aula. La mediación escolar es un programa que involucra los alumnos como agentes que promueven y velan por la resolución de conflictos y la buena convivencia a los centros. Para ser mediador escolar, hace falta que el centro educativo, bien por sí solo, bien en relación con el servicio de mediación municipal promueva este programa, en el que a través de una formación especializada, el alumnado que lo desee sea formado en la gestión alternativa de conflictos con objeto de detectar proactivamente los conflictos que se generen, y dotarlos de herramientas para la resolución pacífica de los mismos. Los programas de mediación escolar también permiten detectar aquellos conflictos que a los adultos se nos escapan, y permitir llevar a cabo una mediación eficaz cuando el conflicto coge una dimensión no gestionable por los mediadores naturales.

En el ámbito de la educación no formal, encontramos muchas oportunidades puesto que trabajamos desde la educación en valores que es un elemento que permite actuar desde una perspectiva más transversal e integral del niño o joven. En este sentido, desde la Fundación Pere Tarrés tenemos una larga trayectoria que nos permite disponer de una experiencia muy amplia en la educación no formal, ya esté en centros de educación en el ocio, como en centros socioeducatius que intervienen con niños y adolescentes en situaciones de vulnerabilidad. Es en el marco de estos centros, donde se están llevando a cabo prácticas como el Club de Valientes y Cobardes, o el Círculo de la Palabra.

Por un lado, el Club de Valientes y Cobardes es un cuento que reflexiona sobre los roles de las personas, cambiando el sentido puesto que el valiente no es aquel que se pelea o se enfrenta al resto con violencia, sino que la valentía implica: dialogar, tratarse bien, respetar, ignorar aquellos que no me tratan con respeto, romper el silencio y el miedo y decir la verdad... Una vez reflexionado y trabajado el cuento con los niños, son ellos y ellas las que día a día reflexionan sobre su comportamiento y si este refleja valentía o cobardía, de tal manera que reflexionan sobre estos valores asociados a comportamientos roles, desde la propia experiencia.

Por otro lado, son muchos los centros abiertos y diarios que incorporan el Círculo de la Palabra, como un espacio reflexivo diario que se hace a nivel grupal y que acompaña en la gestión y comunicación de las emociones, así como en la cohesión grupal, desde la participación. Este es una espacio libre, de asamblea, en que sólo hay tres normas: hablar con y desde el corazón, escuchar los compañeros y hablar sólo cuando se tiene el tótem (que es el objeto simbólico creado entre todo el grupo al empezar el círculo al inicio de curso).

En definitiva, desde cualquier ámbito de la educación es posible construir relaciones igualitarias, libres de violencias, contribuyendo a que las relaciones abusivas dejen de estar presentes en las vidas cotidianas.

Tal como dijo PiagetEl objetivo de la educación es crear personas que puedan hacer cosas nuevas en vez de repetir las que otras generaciones hemos hecho”.