COMPROMISO EDUCATIVO Y SOCIAL

La gestión del conocimiento es una realidad en el mundo lucrativo desde hace años. Son muchas las empresas que han avanzado en este ámbito y han creado las condiciones necesarias que posibiliten y potencien la creación, transmisión y utilización del conocimiento y los aprendizajes generados en su campo de trabajo como vía para aumentar su valor añadido. Para estas organizaciones la gestión del conocimiento es la base para la toma de decisiones informadas, sin perder nunca de vista la estrategia organizacional.

En el Tercer Sector, sin embargo, son pocas las entidades que han implementado sistemas de gestión del conocimiento a pesar de los múltiples beneficios que conlleva como por ejemplo la mejora de la eficiencia, la eficacia y el impacto social de las actividades de las propias entidades. Conceptos clave para las personas que formamos parte de las organizaciones no lucrativas.

Para avanzar en esta línea es necesario que las entidades faciliten y promuevan la creación de rutinas, procesos, prácticas y normas para el desarrollo y la implementación de sistemas de gestión del conocimiento. Sólo de este modo las entidades podrán experimentar un cambio en su cultura organizativa.

A continuación se detallan algunos de los aspectos a tener en cuenta a la hora de poner en marcha un sistema de gestión del conocimiento adaptado a la realidad de cada organización.

• Implicación de los órganos de gobierno en el diseño y puesta en marcha del sistema de gestión del conocimiento. Es clave disponer de los recursos humanos, técnicos, materiales y económicos para la implementación y mantenimiento de este sistema.
• Apoyo y asesoramiento externo para ayudar a la entidad a aplicar de forma útil y práctica los criterios y conceptos clave de la gestión del conocimiento a su realidad y necesidades específicas.
• Disponer de los conocimientos y capacidades técnicas en el ámbito de la gestión del conocimiento por parte de los equipos. En este sentido, hay que potenciar e incorporar en el día a día el uso de las herramientas más adecuadas en cada contexto y situación.
• Evitar la burocratización de los procesos y simplificar la documentación generada. Este elemento es especialmente relevante en un sector donde la gestión puede ser percibida como un elemento que resta tiempo al hecho y a las actividades misionales para las que se creó la entidad. Además, en el tercer sector hay dificultades para conseguir financiación externa que no esté vinculado a actividades y proyectos concretos.
• Promover la participación de las personas que integran la organización en el proceso de diseño e implementación. Hay que evitar las resistencias al cambio y fomentar que las personas del equipo vivan este proceso como una oportunidad de mejora y no como una sobrecarga de trabajo.

La gestión del conocimiento es un gran reto para el tercer sector, especialmente para anticiparse y adaptarse a los cambios constantes y dar respuesta a las nuevas necesidades. Debemos ser capaces de generar este cambio en la cultura organizativa e incluir en los planes de acciones futuros estas líneas de acción. Sólo aquellas organizaciones que pongan en marcha sistemas de gestión de conocimiento adecuados, coherentes y alineados con su misión, visión y valores podrán continuar trabajando para la transformación social de forma sostenible y eficiente.