FAMILIAS

BLOG DE LA FUNDACIÓN PERE TARRÉS

Esta Navidad juguemos en familia y eduquemos como es debido

Esta Navidad juguemos en familia y eduquemos como es debido

Bet Bartrina Comalat
Docente de cursos de tiempo libre educativo
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03.12.18

Apenas hemos terminado de celebrar la Castañada, comiendo panellets y moniatos, que ya estamos pensando en cómo planificaremos las fiestas navideñas.

Una buena manera de hacer la mejor selección de lo que “cagará el tió” o de lo que traerán los Reyes es pensar en si aquello que compraremos será educativo o no y, por tanto, nosotros seremos los responsables.

Educar no es un hecho puntual. Es un proceso con una clara intencionalidad y esta acción la podemos continuar trabajando durante estas fechas tan especiales que se acercan: días cargados de componentes como la magia, los colores y unos personajes fantásticos que hacen vibrar la imaginación y la ilusión de muchos niños y niñas.

¿Cómo podemos hacerlo? ¿Qué aspectos clave debemos tener en cuenta?

A continuación, os mostramos una serie de recomendaciones que os pueden ayudar:

1. Escuchar y leer bien qué nos piden los niños y jóvenes, mirar el amplio abanico de juegos y juguetes que nos ofrece el mercado y seleccionar, con intencionalidad educativa, aquello que vamos a comprar.

2. Escoger aquellos juegos y juguetes que estén fabricados con materiales como cartón madera, ropa o papel, que son materiales naturales y, por tanto, más respetuosos con el medio ambiente y menos perjudiciales para la salud de las personas que los manipulen.

3. Preferiblemente, seleccionar juegos y juguetes donde sea necesaria la interacción de más de un participante para poder incentivar relaciones afectivo-emocionales entre las personas que juegan. Podemos aprovechar la misma dinámica del juego para transmitir valores como la justicia, la libertad, la honestidad i la solidaridad, entre otros. Recordad que hay juegos que ya están creados para trabajar la cooperación y el trabajo en equipo. Construir conjuntamente fortalece el vínculo entre las personas implicadas.

4. Optar por los juegos de mesa implica la necesidad de buscar un momento del día para estar todos juntos. Aprovechar el mismo día de Reyes para probar aquel juego nuevo servirá para disfrutarlo mientras trabajamos hábitos como respetar el turno, saber esperar, utilizar buenas maneras, saber perder, saber ganar, mantener la atención durante un rato determinado... Hay muchos tipos de juegos de mesa: cartas, dados, fichas, de tablero... Es bueno pensar en la variedad de juegos que nos ofrece el mercado y no quedarnos sólo con una única tipología. Existen tiendas donde antes de comprar el juego te lo dejan probar y de esta manera puedes decidir mejor si es el adecuado para la persona en quien estabas pensando y si cumple los requisitos que tú buscabas.

5. Las fiestas navideñas son momentos de reunión y encuentro con las diferentes personas que conforman nuestra familia. Es fácil, y muy probable, que compartamos algún rato del día con personas de diferentes edades: abuelos y abuelas, tíos y tías, hermanos y hermanas, padres y madres... Regalar juegos tradicionales y sencillos como unas cuerdas, gomas, tizas, cordones de colores, tabas o peonzas de madera es económico y anima a compartir, a salir a la calle y a jugar juntos.

6. Intentemos tener cuidado con aquello que nos transmite la publicidad sobre el producto que estamos a punto de comprar. Pensemos en aquello que, realmente, quiere el niño o la niña para jugar y recordemos que nuestra actitud ha de ser educativa. Evitemos los juguetes sexistas i que incluyen estereotipos de género. Todos y todas podemos jugar a las familias, a crear hospitales, hacer de bomberos y bomberas, tenderos y tenderas... Los modelos que perciben los niños y niñas cuando son pequeños son más fáciles de ser reproducidos cuando sean adultos y, por este motivo, es necesario ampliar la visión y dejar los estereotipos de lado.

7. Pensemos en juguetes que estimulen la creatividad y el intelecto de los niños. Hay que dejarles ratos para crear y reinventarse. Estemos a su lado y, si nos lo piden, compartamos el espacio de juego juntos.

8. Vivimos en la era digital y, por este motivo, los niños y jóvenes continúan pidiendo videojuegos los Reyes. Si hacemos un buen uso pueden ser una herramienta para aprender y para desarrollar diferentes habilidades y estrategias. Cuando regalemos un videojuego hay que tener en cuenta la edad recomendada, la tipología de juego y qué contenidos aparecen. Nunca está de más pensar en juegos para jugar en familia, donde tengamos que pasar pruebas todos juntos, podamos practicar deportes o bailar alguna danza intentando que el menor no se aísle.

9. Recordemos qué valores son los que queremos transmitir y fijémonos en el mundo en el que nos encontramos. La interculturalidad podemos trabajarla si pensamos en juegos de alrededor del mundo. El juego forma parte de la cultura de un lugar; la manera de jugar, los recursos que se utilizan y la historia del juego en sí forman parte de la memoria histórica de una cultura. Si buscamos por internet descubriremos juegos nuevos para nosotros pero que son tradicionales de otros lugares del mundo.

10. Y, para acabar, evitemos comprar juguetes bélicos que inciten a la violencia, en general. ¿Qué mensaje es el que transmite al niño o niña un juguete de este tipo? ¿Es coherente con nuestra manera de ser y con los valores que queremos transmitir?

El objetivo de este decálogo es doble. Por un lado, echaros una mano facilitándoos un conjunto de pistas que os ayudarán, seguramente, a escoger con acierto un juguete. Y por otro, aprovechar las fiestas para reflexionar sobre el sentido del juego y de los juguetes durante la Navidad y cómo podemos usarlos para educar a las personas más importantes del mundo de hoy que serán los responsables de construir el mundo de mañana.