EDUCACIÓN SOCIAL Y TRABAJO SOCIAL
BLOG DE LA FACULTAD PERE TARRÉS
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Jordi Sabater
Profesor de Historia Social y Política Social de la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés - URL
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| Ficha de experto
02.05.18
Estamos en un mundo global, en el que la libertad de movimiento se ha convertido en la norma. Se mueven capitales, información, productos ... En cambio, las personas, buena parte de las personas, están inmovilizadas. En lugar de derribar fronteras, construimos muros.
Un fantasma recorrió Europa, y no es el fantasma el comunismo, como vaticinaban Marx y Engels en 1848, es el fantasma de la xenofobia. La oposición a la llegada de inmigrantes, la expansión de la extrema derecha, el triunfo de Trump. Todo ello nos muestra que no estamos en una aldea global abierta y cosmopolita, sino en un montón de aldeas que se imaginan cerradas, que, en lugar de mirar un futuro, que ven incierto y peligroso, miran hacia el pasado. Estamos en un juego violento y preocupante, no de tronos, sino de identidades.
Las crisis económicas siempre han provocado actitudes defensivas, el problema es más de fondo, es de modelo de sociedad. La hegemonía neoliberal está remercantilizando las personas. La gente se siente ahogada por el tsunami de los mercados, la gente busca anclas donde fijarse, certezas, y las encuentra muy a menudo en visiones esencialistas de su propia comunidad y en un pasado inventado, como todos los pasados.
Seguir por este camino nos llevará a sociedades cada vez más fracturadas, cada vez más divididas, y con graves peligros para la democracia. Por ello, y no precisamente por ningún tipo de "buenismo" es necesario que recuperemos una utopía que mire hacia un futuro en el que la libertad, la igualdad y el reconocimiento de la diferencia vayan de la mano.
Bueno es recordar a este respecto, que, si todos somos seres humanos, todos somos inmigrantes. Cualquier comunidad en cualquier parte del planeta es fruto de varios procesos migratorios, más o menos intensos, según el caso, pero que hacen absurda cualquier visión de una comunidad atemporal y esencialista.
Al fin, los procesos migratorios nos ponen ante una disyuntiva fundamental: ¿qué tipo de sociedad queremos? Queremos una sociedad nostálgica, cerrada, fracturada o sociedad que mire al futuro y esté cohesionada. En esto nos va el futuro, nos va la democracia, nos va hacer compatibles libertad y derecho a la diferencia.
Si no lo hacemos así estamos condenados a la barbarie. ¿Es lo que quieres?
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