EDUCACIÓN SOCIAL Y TRABAJO SOCIAL
BLOG DE LA FACULTAD PERE TARRÉS
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Jesús Vilar Martín
Director Académico de Grado y profesor de la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés-URL
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| Ficha de experto
07.09.23
Tradicionalmente, la escuela, junto con la familia, ha ocupado el rol como principal agente formador, pero actualmente, los niños y jóvenes tienen acceso a una gran diversidad de fuentes de información tanto o más potentes, y que modulan su construcción como personas.
Para asegurar un buen proceso dentro del sistema educativo, especialmente en entornos de vulnerabilidad social, es imprescindible que la escuela conecte con el mundo social de los niños, niñas y jóvenes a través de la educación social.
Los que tradicionalmente se habían considerado agentes informales o no formales de la educación, como es el caso del grupo de amigos, la publicidad, los recursos socioeducativos, el ocio, el deporte, las redes sociales... cada vez han ido cogiendo más fuerza, hasta el punto de ser tan o más determinantes que la familia o la escuela.
En consecuencia, la antigua clasificación entre recursos “formales” o reglados y “no formales” o no reglados actualmente ya no tiene sentido, especialmente cuando muchos de estos recursos son tan conscientes de su acción, intencionales y sobre todo sistemáticos como la propia escuela.
Dado que el éxito en la escuela determina en gran medida el proceso de incorporación social de los jóvenes, especialmente en entornos de vulnerabilidad social, es imprescindible construir relaciones de refuerzo entre el máximo número de agentes socioeducativos. La educación social es el elemento que puede hacer de catalizador entre estos agentes para armonizar la perspectiva social del mundo de los niños y adolescentes con la perspectiva del mundo adulto al que tendrán que incorporarse.
En líneas generales, existen cinco grandes ejes en los que la educación social puede hacer aportaciones significativas a la escuela.
Dentro de la escuela:
Fuera de la escuela:
Como ya se ha demostrado en múltiples experiencias que hace años que están en funcionamiento, la llegada de la educación social a la escuela supone una clara mejora en la atención de los niños, niñas y jóvenes, así como un apoyo fundamental para los y las maestras de escuelas e institutos. Se trata de incorporar esta figura como un profesional más en los claustros desde una perspectiva de trabajo interdisciplinario y no únicamente como una figura de refuerzo.
La escuela sigue siendo el espacio privilegiado para conseguir el mejor crecimiento personal de los niños, niñas y jóvenes, pero necesita una nueva figura profesional especializada que contribuya activamente a la construcción de nuevas propuestas educativas que den respuesta a los retos del mundo de hoy en día. Retos a los que la escuela, tal y como está pensada actualmente, no puede dar respuesta.
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