EDUCACIÓN SOCIAL Y TRABAJO SOCIAL
BLOG DE LA FACULTAD PERE TARRÉS
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Jesús Delgado Almendros
Director de expansión y proyectos estratégicos
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24.08.17
En este mes de colas en el aeropuerto, de asumir o no responsabilidades sobre este servicios; ahora que se abren debates en torno a como son los servicios, de los ahorros o no que generan realmente y cómo deberían ser estos en función de las personas a la que se les prestan, me ha hecho pensar en la Mesa Redonda que participé organizada por la Diputación de Tarragona en el marco de los actos de celebración de los 25 años del Consejo comarcal del Tarragonès. Con el tema "La gestión de los servicios a las personas" puso el foco, con mucho acierto, en el papel que las administraciones tienen a la hora de la contratación de los servicios, al que se contratan y qué repercusiones pueden tener en las personas, las supuestamente beneficiarias.
En este bloque escribía hace poco más de un año, en mayo de 2016, que tenemos en la contratación y la concertación social las herramientas para continuar definiendo modelos de colaboración público-social. Y tenemos en las actitudes entre administración y sector social la mejor manera de concretarlo, con control pero con confianza, acciones exigentes pero colaborativas.
La Comunidad Europea definió dentro de la estrategia europea 2020 que, como motor de cambio, la contratación pública debía tener un papel clave. Las directivas europeas de 2014 pidieron por primera vez a los órganos de contratación, es decir todas las administraciones, la estatal, pero también la local (y si hay la de barrio), que incorporaran en sus contratos criterios que incluyan aspectos cualitativos , medioambientales, sociales e innovadores para conseguir servicios de gran calidad. Sabe la Comunidad Europea que los poderes públicos pueden utilizar la contratación de servicios para alcanzar objetivos sociales comunes y por ello la directiva ha marcado la pauta en los estados.
La directiva europea de contratación puede debilitar la posición de las entidades sociales en la provisión de servicios públicos si sólo hablamos de precio, pero también pueden salir reforzadas si los criterios cualitativos, medioambientales, sociales e innovadores se valoran correctamente.
Casi sin hacer debate, ni ruido están redactando y publicando un conjunto de normas sobre contratación pública que afectan directamente a las personas y, a menudo, inciden en su ámbito más vulnerable. Y están afectando a toda la sociedad europea, y también en nuestras villas, ciudades y barrios.
Durante los próximos meses oiremos hablar de la "Ley de contratos de servicios a las personas" que se está tramitando en el Parlamento de Cataluña o de "la Ley de Contratos del sector publico" y su aprobación a las Cortes. Quisiéramos que hubiera un buen debate, ya que las entidades sociales hemos trabajado para aportar argumentos y mejoras, enmendar cuando ha sido posible la legislación, haciéndola más cercana al sector y al servicio que se presta a las personas.
En los últimos años el Tercer Sector ha ido elaborando un discurso bien argumentado, poniendo en el centro de su acción la persona y el servicio que se le presta. Un discurso basado sobre todo en criterios sociales, pero también económicos y jurídicos. Se trata ahora de ganar influencia no sólo a nivel político sino también a nivel técnico, de quienes son los responsables de la interpretación de las normas, y también a nivel de la opinión pública y social.
Ahora que la Comisión Europea está celebrando 60 años, como en todos los aniversarios, será el momento de reflexionar sobre el éxito o no de los últimos años, pero también el inicio de un proceso en el que la Europa de los Veintisiete -siete decidirá conjuntamente sobre el futuro de la Unión.
En este futuro el Tercer Sector debe tener un papel pro-activo a la hora de poder participar en los desarrollos normativos, y en su aplicación a nivel administrativo, implementación y seguimiento. El sector social debe poder defender los intereses de las personas a las que representan y sirven ante la administración y donde sea, y lo harán mediante alianzas y plataformas representativas locales y globales que refuercen su mensaje.
Y desde el Tercer Sector Social como conocedores de nuestros ámbitos de actuación debemos recordar a la sociedad de la que formamos parte que no hablamos sólo de contratos, externalizaciones o servicios, sino que en nuestro ámbito siempre estamos hablando de atención a las personas.
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