EDUCACIÓN SOCIAL Y TRABAJO SOCIAL

BLOG DE LA FACULTAD PERE TARRÉS

El educador social como referente integrador de acciones socioeducativas en el ámbito escolar

El educador social como referente integrador de acciones socioeducativas en el ámbito escolar

Gisela Riberas Bargalló
Directora del Grado de Educación Social en la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés - URL
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29.11.16

Una de las funciones de la educación social, especialmente cuando trabaja con personas que se encuentran en las primeras etapas de la vida, es la prevención de situaciones de riesgo para garantizar el adecuado ejercicio de los derechos de la infancia que se recogen en la Convención de los Derechos del niño y en las legislaciones posteriores. Todo proceso educativo, ya sea social o escolar, ha de tener siempre presente esta idea de prevención.

El educador/a social es una persona acostumbrada a trabajar en situaciones de vulnerabilidad y riesgo en los diferentes escenarios donde interviene habitualmente (centros abiertos, centros residenciales de acción educativa, territorio, servicios sociales…). Consideramos que su presencia en la escuela como espacio donde asiste toda la población infantil puede ser muy relevante para detectar y tratar precozmente las posibles carencias de tipo sociocultural, económico y familiar que puedan afectar a los alumnos, sin tener que esperar a una derivación a los servicios sociales que certifique la existencia de una situación de vulnerabilidad.

El profesional de la educación social está especializado en el trabajo de casos desde la doble vertiente individual y familiar. Desde esta perspectiva, tiene un espacio bien definido en el desarrollo de planes de atención individualizada para abordar las posibles problemáticas específicas que se dan en el contexto familiar. Es un profesional acostumbrado a trabajar en equipo e interdisciplinarmente (trabajo social, sanidad, policía local, escuela, urgencias sociales….). Esta forma de trabajar lleva implícita la idea de red como forma más adecuada para dar respuesta a las necesidades desde una perspectiva poliédrica y sistémica.

El educador/a social en la escuela del s XXI

La escuela del siglo XXI, desde una concepción amplia de la idea de educación que va más allá de la escolarización, ha de estar abierta a la presencia normalizada y habitual de los educadores/as sociales desde esta perspectiva de complementariedad entre agentes que trabajan colaborativamente. Es necesario hacer pedagogía de la profesión para darla a conocer, de manera que su presencia contribuya a optimizar los recursos ya existentes en beneficio del bienestar de la infancia. Esto ha de revertir en una mayor eficacia en las intervenciones, una mejor eficiencia en la gestión de los recursos y prestaciones y una mayor efectividad de los procesos de acompañamiento de las personas atendidas.

El educador/a social puede convertirse en el referente único del caso en relación a todos los agentes que puedan estar interviniendo en el abordaje de una situación concreta.

Su posición privilegiada en el territorio y la flexibilidad y disponibilidad para trabajar con todos los agentes implicados, le permite ver con mucha más facilidad la globalidad del caso y puede hacer de puente entre todos ellos, en sus múltiples combinaciones: familia-escuela, escuela-territorio, familia-ocio, familia-escuela-centro abierto, escuela-sanidad-familia, policía-escuela-territorio, etc…. Puede elaborar itinerarios integrados y globales que eviten duplicidades en las intervenciones, contradicciones entre ellas como consecuencia de la fragmentación de sus diseños, la agilización de trámites diversos -becas de comedor, libros, colonias, visitas de tratamiento, etc….- así como asegurar una intervención conjunta y coherente.

Por otra parte, esta función de referente único dentro de una concepción amplia de equipo interdisciplinario y de trabajo en red permite superar las dificultades en la gestión de la información, como es la confidencialidad y el secreto profesional, al ser todos miembros de un mismo equipo.

En síntesis, consideramos que el educador/a social entendido como referente único puede ocuparse del seguimiento de itinerarios personales, de desarrollar intervenciones familiares en casos de vulnerabilidad que afectan la escuela pero trascienden la función de los maestros/as, coordinar y establecer puentes de cooperación entre técnicos diversos del territorio y participar activamente de las comisiones psicosociales de la escuela, así como desarrollar proyectos educativos de prevención dentro del ámbito escolar.

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