EDUCACIÓN SOCIAL Y TRABAJO SOCIAL

El Educador/a social, desde su inicio como profesional de la acción socioeducativa, ha trabajado con niños en diferentes ámbitos y contextos. Podemos destacar su figura al inicio de la profesión como "educador de calle", llamado así por su versatilidad y conocimiento del territorio, en situaciones de conflictividad y vulnerabilidad. Es desde esta vertiente que ya a inicios de los años 80, el educador/a social trabaja para la prevención y la intervención en los conflictos que surgen entre el niño y su entorno más inmediato: familia, escuela y comunidad.

A lo largo de estos últimos casi 30 años la profesión se ha ido consolidando con una diplomatura y posteriormente con un Grado Universitario, una formación que con este recorrido garantiza las competencias necesarias para trabajar en ámbitos y recursos especializados de infancia. Por todas estas razones, en los últimos años se han puesto en marcha diversas actuaciones para incluir a este profesional en ámbitos que tradicionalmente no han sido los suyos. En el ámbito escolar, los educadores y educadoras sociales pueden diseñar, implementar y evaluar programas y proyectos educativos dentro del currículo escolar que aborden temas tan diversos como las habilidades sociales, programas de salud, educación ambiental, orientación laboral, el paso de la escuela al trabajo, educación en valores, educación cívica o programas de interculturalidad y prevención de la violencia. Son, por tanto, referentes integradores desde la escuela.
En esta línea, y específicamente en el terreno de la infancia vulnerable, desde la profesión queremos visualizar la necesidad urgente de un reconocimiento real de la tarea educativa y preventiva en situaciones de acoso escolar.
A finales de 2016 se puso en funcionamiento el teléfono para víctimas de acoso escolar (900018018). Este servicio, de carácter estatal, no contempla la figura profesional del educador/a social, mientras que sí incluye juristas, sociólogos, psicólogos y trabajadores sociales.
Es por este motivo que nos pusimos de acuerdo diferentes universidades que impartimos el Grado de Educación Social junto con el Colegio de Educadores y Educadoras Sociales de Cataluña (CEESC) para reivindicar mediante una carta la figura profesional del educador/a Social en la atención directa al teléfono de atención al acoso escolar.

Sabemos que esta situación de maltrato entre iguales se puede dar dentro de la escuela, pero también antes de entrar y en la salida, así como en situaciones de ocio, deporte y espacios comunitarios del entorno del niño. El acoso entre iguales es más que un problema escolar, es una situación que hay que abordar desde los diferentes agentes educativos.
Consideramos que la figura profesional del educador/a social permite abordar toda su casuística dado que participa de las comisiones sociales dentro de las escuelas, en los servicios sociales del territorio y en las acciones comunitarias que integran a las familias, así como en el desarrollo de actividades de tiempo libre y deporte.
En estos momentos estamos haciendo difusión de esta carta colectiva, tanto para visualizar la urgencia de atender esta problemática como para mostrar que la educación social es una profesión que puede hacer aportaciones muy positivas para su abordaje mediante su presencia en este teléfono de atención a las víctimas de acoso.

CARTA
El pasado 1 de noviembre de 2016, el Secretario de Estado de Educación, Formación Profesional y Universidades, Marcial Marín, presentó el nuevo número de teléfono para víctimas de acoso escolar (900018018).
En la presentación (así como en la web del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte), se indica que este servicio está atendido por juristas y por profesionales de la psicología, la sociología y el trabajo social.
Nos sorprende enormemente que la figura profesional del educador / a social no esté presente en este recurso, ya que se trata de un profesional acostumbrado a trabajar en red con los profesionales anteriormente citados, en situaciones y entornos de vulnerabilidad y riesgo, a Además de ser una pieza clave en la intervención en la infancia y la adolescencia en la época escolar.
Tal como se indica en los Documentos profesionalizadores (texto de referencia de la Educación Social donde se describe en qué consiste este profesión, se presenta el Código deontológico y se exponen las competencias y las funciones profesionales), se destaca que su actividad desarrolla funciones de tres tipos:
• Acogedoras, orientadas a incluir personas y / o colectivos con pleno reconocimiento como sujetos de la educación, para promover procesos de cambio que posibiliten su desarrollo cultural y / o educativo.
• delimitador, orientadas a establecer acuerdos, compromisos y límites con colectivos y / o personas que enmarquen la acción educativa en una finalidad socializadora.
• De mediación social, cultura y educativa, para facilitar las relaciones interpersonales, minimizar las situaciones de conflicto y propiciar nuevos itinerarios para el desarrollo personal, social y cultural.
Por otra parte, la formación que reciben estos profesionales los capacita desde el punto de vista científico, técnico y ético para atender personas, establecer procesos de acompañamiento, crear escenarios que permitan superar situaciones de vulnerabilidad y riesgo o estimular el desarrollo de habilidades personales de carácter resiliente.
Pero más allá de lo que indican los Documentos profesionalizadores, de lo que diga la academia y de la amplitud y diversidad de entornos en los que estos profesionales están presentes, en estos momento hay suficientes evidencias sobre las tareas que la Educación Social desarrolla con éxito en el abordaje del bullying en contextos escolar. Entre las diferentes experiencias consultadas (Castillo, Galán, Pellissa, 2012; Menacho, 2013; López, 2013; Castillo, 2013; March, Orte, 2014; Civis, Longás, Riera, 2007), destaca el hecho de que el educador / a social ya está desarrollando las siguientes tareas:
• Prevenir situaciones de acoso, bullying o cualquier otra forma de violencia que se pueda producir a la institución escolar.
• Desarrollar tareas de mediación entre iguales para la prevención del bullying.
• Fomentar relaciones afectivas saludables, esto como la igualdad entre personas y culturas, y prevenir la violencia de género.
• Construir espacios y estrategias de regulación de la convivencia en la institución escolar a través de la creación de escenarios saludables.
• Elaborar diagnósticos y dictámenes sociales en situaciones de vulnerabilidad dentro de la escuela.
Por todo ello, desde nuestro punto de vista, estas evidencias demuestran que la Educación Social debe estar incluida en el conjunto de profesionales que atienden el número de teléfono para víctimas del acoso escolar.
Es posible que la no inclusión en este servicio de estos profesionales haya sido fruto de un olvido y sería, por tanto, un error fácil de solucionar. Ahora bien, será más grave si se trata de desconocimiento por parte de las autoridades del Ministerio sobre la existencia de esta profesión, de sus funciones y de su trayectoria en, al menos, los 22 años que van desde la primera promoción oficial de educadores y educadoras sociales (Diplomatura universitaria, hasta el año 2008 y Grado universitario, desde el curso 2009-2010).
Así pues, pedimos a las personas responsables de esta área que incluyan los educadores y las educadoras sociales dentro del conjunto de profesionales que pueden atender este servicio y con los que habitualmente trabaja.

Barcelona, ​​a 18 de enero de 2018

Facultad de Educación y Psicología de la Universidad de Girona
Facultad de Ciencias de la Educación y Psicología de la Universidad Rovira i Virgili
Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés - URL
Facultad de Educación, Traducción y Ciencias Humanas de la Universidad de Vic
Colegio de Educadoras y Educadores Sociales de Cataluña - CEESC