EDUCACIÓN SOCIAL Y TRABAJO SOCIAL

BLOG DE LA FACULTAD PERE TARRÉS

La atención a la infancia y la adolescencia:aspecto clave en una sociedad justa

La atención a la infancia y la adolescencia:aspecto clave en una sociedad justa

Dra. Isabel Torras
Profesora de la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés - URL
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28.09.15

Las emergencias sociales debidas a la crisis que llevamos años arrastrando han hecho que muchas entidades sociales hayan tenido que recurrir a la atención de las necesidades más básicas de la población: alimentos, alojamiento, ropa, electricidad, etc.

No ser capaz de satisfacer las necesidades más elementales siempre es difícil, pero es un escenario particularmente injusto y desgarrador cuando hablamos de la infancia, y es por eso que las iniciativas encaminadas a paliar estas deficiencias son tan loables: desde colecciones de alimentos, hasta becas para cenar, o colecciones de ropa para niños y bebés. A pesar de esto, me gustaría destacar hoy que cuando hablamos de atención a las necesidades básicas de la infancia y la adolescencia, son tan importantes las que acabamos de mencionar, como la calidad de las relaciones del niño y la niña con su entorno.

Poco servirá a un niño para poder comer, dormir y vestirse en condiciones, si la familia y el ambiente del barrio, no es adecuado (violento, no muy estimulante, negligente o agresivo): por lo que lo básico se convierte en un aspecto como el otro para su crecimiento y desarrollo armónico. Es por esta razón que quiero destacar la importancia de establecer relaciones de calidad y en entornos adecuados por parte de aquellos niños que los tienen menos garantizados a nivel familiar y/o social.

En esta misma línea, hace unos días la Fedaia (Federación de Entidades de Atención al Niño y Adolescente) denunció la violación del derecho a la igualdad de oportunidades cuando pocos recursos se destinan a proyectos para niños y adolescentes fuera del horario escolar, cuando se demuestra repetidamente que los niños en riesgo asisten a centros abiertos, centros cívicos, espacios familiares , etc. son más competentes a nivel personal y escolar, que los que no asisten. Espacios y proyectos realizados en todos los casos por profesionales de la educación social capaces de responder a las necesidades de afecto, tranquilidad, vinculación, contención, seguridad y estabilidad de niños y adolescentes. Tener adultos sensibles a las diferentes realidades de las criaturas, y al mismo tiempo bien entrenados profesionalmente, debe ser un derecho básico que debemos exigir como sociedad.

En situaciones desfavorecidas, ofrecer a los niños otros espacios de relación con adultos y colegas más allá de la familia y la escuela es clave para que el niño observe otras formas de relación, resolución de conflictos, trabajo o mediación con sus compañeros de clase.

Disponer de adultos sensibles a las diferentes realidades de la infancia y bien formados profesionalmente, tendria que ser un derecho básico que como sociedad tendríamos que exigir (Isabel Torras).

Los niños que viven en familias que desempeñan su papel de manera inapropiada, porque no quieren o no pueden ejercerlo: los padres que están más o menos ausentes, excesivamente jóvenes, con problemas de salud mental, toxicomanía o en situaciones de máximo estrés, necesitan que otros adultos los acompañen en su vida cotidiana.

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Y debemos ser conscientes de ello: la buena voluntad a menudo no es suficiente, se necesitan profesionales bien formados para responder adecuadamente a las necesidades de todos estos niños. Sentir aprecio por los niños es esencial, pero no suficiente, también es necesario una formación específica, rigurosa y continua.

Recordamos una vez más lo que muchos pensadores han destacado repetidamente: Sin duda, la mejor inversión social que podemos hacer es una dirigida a la infancia y la adolescencia.

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