EDUCACIÓN SOCIAL Y TRABAJO SOCIAL
BLOG DE LA FACULTAD PERE TARRÉS
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Maite Marzo Arpón
Profesora de los Grados en Educación Social y en Trabajo Social y de los Másteres universitarios en DISS y MEIA
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| Ficha de experta
17.12.18
Acompañar a los no acompañados, acompañar a los que acompañan, fue acompañado, acompañarnos, ..., el hecho de acompañar puede ser analizado desde diferentes ángulos. Estamos inmersos en un hablar continuo alrededor de quien acompaña y como a los MENA, pero se ha hablado menos de quién y cómo se acompaña a los que acompañan, los educadores sociales. Todo ello parece un juego de palabras, para qué si os fijáis bien, depende sólo de una N: el acompañante y el acompañado.
Hoy queremos reflexionar acerca de lo que supone una relación de acompañamiento desde el otro lado, desde el lado del educador / a social, figura de referencia que acompaña en los procesos de crecimiento y desarrollo de autonomía de las personas.
¿Quién y cómo se acompaña a los educadores? ¿A los profesionales que día a día conviven y comparten una parte de su vida con las vidas de los jóvenes carentes de referentes educativos estables?
El establecimiento de una relación educativa basada en la metodología del acompañamiento requiere del educador / a un ajuste constante a las necesidades de los jóvenes recién llegados y de una implicación personal, desde una conexión humana y profunda con la persona, donde no tiene cabida la distancia profesional o la no implicación. Este profesional parte de sus competencias y de su experiencia profesional para favorecer la construcción de itinerarios personales y sociales; pero no lo hace solo, sería imposible. El acompañamiento es un proceso que se desarrolla en equipo y es este hecho el que da sentido y apoyo en todo el proceso.
Me atrevo a decir que el educador / a social se caracteriza por ser una profesional comprometida, activa, implicada y motivada, con una mirada crítica ante las situaciones de injusticia y desigualdad y con un elevado nivel de resistencia a las presiones del entorno, pero no es una supe heroína. La fuerte intensidad con la que se está viviendo el fenómeno MENA está impactando de forma significativa en el colectivo de educadores / as que día a día los acompaña, por lo que considero también necesario establecer mecanismos de acompañamiento a los profesionales de atención directa.
Me remito a estrategias que sabemos necesarias para garantizar una buena salud profesional como por ejemplo los espacios de supervisión, entendidos como espacios de trabajo grupal donde poder revisar los casos y reconocer los errores y aciertos de los profesionales, donde poder compartir criterios comunes de actuación y donde poder expresar las emociones que se mueven y se generan fruto de la relación con los adolescentes, pero también con los compañeros y compañeras. La formación es otra estrategia clave para garantizar una adecuación y adaptación de los profesionales a las necesidades emergentes. Los educadores / as sociales deben mostrar una actitud de apertura, de autocrítica y de autoobservación, y de compromiso con una formación permanente que contribuya a su crecimiento personal y profesional en capacidades, habilidades y estrategias a la hora de acompañar, que también debe estar apoyada por sus cabezas. Para satisfacer esta actualización profesional es necesario que tanto la Administración como las Entidades contemplen en sus programaciones espacios formativos que partan de la praxis diaria y que formen parte de la práctica profesional.
Y también es hablar de acompañamiento a los profesionales si pensamos en las condiciones de trabajo y la gestión de los equipos (acogida, estabilidad de los profesionales, ratios correctos, ofertas de empleo dignas, proyectos educativos viables, empleo según la oferta, participación planificada .. .) para tener como marco de actuación las recomendaciones recogidas en la Guía de buenas prácticas para centros del Sistema de protección a la infancia y la adolescencia (2012) con respecto a la gestión del equipo como proceso estratégico , es la vía para garantizar una atención de calidad a los niños, niñas y adolescentes acogidos en el Sistema, pero también es la vía para cuidar, respetar y reconocer la tarea educativa diaria de los profesionales de atención directa.
Tanto la supervisión, como la formación permanente, las condiciones de trabajo y la gestión de los equipos, y una mirada crítica del Sistema son estrategias de acompañamiento que tanto la Administración como las Entidades que trabajan en este sector han de potenciar y apoyar a fin de dotar a los educadores / as sociales de herramientas, recursos, condiciones y perspectiva que les permita desarrollar su trabajo con la calidad con la que quieren y desean ejercer la profesión.
Así pues, invertimos y cuidamos también a los profesionales, como recurso escaso y material sensible que, como los MENA, también necesitan ser acompañados.
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