EDUCACIÓN SOCIAL Y TRABAJO SOCIAL
BLOG DE LA FACULTAD PERE TARRÉS
BLOG DE LA FACULTAD PERE TARRÉS
Genoveva Rosa
27.11.17
Yo no enseño mis alumnos, solo les proporciono las condiciones en las que puedan aprender. Albert Einstein
La principal función de las instituciones educativas, en colaboración con los entornos familiares, es la de formar ciudadanos competentes, libres, autónomos, críticos, solidarios y responsables, de forma que se dé respuesta a las nuevas necesidades de la sociedad desde la innovación, la creatividad y el respeto a la diversidad. Este modelo de educación ofrece un desarrollo equilibrado del estudiante, pues fomenta la formación integral y la madurez de la persona. Es una formación centrada en el alumnado que incluye el desarrollo de sus capacidades partiendo del trabajo por competencias, de forma que abordamos todas sus necesidades en un ambiente inclusivo, donde será el protagonista de su proceso de desarrollo. Según la Agencia para la Calidad del Sistema Universitario de Catalunya, AQU, la competencia es la combinación de habilidades, actitudes y conocimientos necesarios para llevar a término una determinada tarea de forma eficaz. Las competencias son resultado del aprendizaje del alumnado y se adquieren a partir de actividades que permiten integrar habilidades, actitudes y conocimientos probablemente aprendidos anteriormente de forma separada. Para hacer un buen acompañamiento educativo es necesario llevar más allá la acción tutorial de manera que forme parte del proyecto educativo del centro. De acuerdo con autores como Álvarez y Bisquerra, la acción orientadora y tutorial se ejerce en todos los contextos educativos y en ella participan los agentes educativos implicados tanto del ámbito educativo: tutores, orientadores y profesores, como del social: familia, profesionales y paraprofesionales. Se trata de una orientación psicopedagógica como proceso de ayuda continuo y sistemático dirigido a todas las personas en su globalidad, donde se pone un especial énfasis en la prevención y el desarrollo personal, social y de la carrera.
Es necesario plantear un modelo educativo que forme a los alumnos para que, además de contar con excelentes conocimientos, tengan unas habilidades emocionales adecuadas y sepan trabajar en equipo; que sepan comunicarse y desarrollen un pensamiento crítico y reflexivo en espacios seguros donde se establezcan vínculos de confianza y motivación donde conozcan las propias emociones, la relación que guardan éstas con los pensamientos y comportamientos para así realizar una intervención más adecuada ante lo que ocurre en sus vidas. Esta dimensión emocional para autores como Bisquerra debería ser uno de los objetivos de la educación. Desde esta perspectiva y siguiendo la línea de anteriores trabajos realizados desde la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés de la Universidad Ramon Llull (Rosa 2014 y Rosa 2015), el coaching acontece una herramienta idónea cuando hablamos de acompañamiento educativo personalizado, ya que tratamos cada alumno como ser único, le ayudamos a que encuentre sus propias fortalezas y lo empoderamos para que desarrolle su capacidad en la toma de decisiones, ayudándolo a descubrir su propia vocación. A diferencia otras metodologías, el coaching plantea un proyecto personal e intransferible donde cada persona tiene sus objetivos y, en compañía de los demás, se plantea la hoja de ruta a seguir para lograrlos. En este sentido, vemos que no se trata de decir al otro lo que tiene que hacer sino que le facilitamos las herramientas para que tome decisiones y emprenda acciones desprendiéndose de actitudes de dependencia, desarrollando así la autonomía necesaria para su desarrollo e incorporación en la sociedad.
El coaching, pues, es un motor a la acción, al protagonismo y a la asunción de responsabilidad en la toma de decisiones; implica el descubrimiento de la motivación intrínseca optimizando la organización del tiempo y del rendimiento académico; teniendo en cuenta la diversidad y trabajando el pensamiento lateral y la gestión emocional partiendo de objetivos específicos y de planes de acción muy diseñados para el logro de nuevos retos. Es así como con el coaching, el alumno desarrolla su rol como persona comprometida con ella misma y con la sociedad. Como apuntan Sánchez y Boronat, los estudiantes-coachees formados con esta metodología serán capaces de asumir retos y solucionarlos a la vez que crearán otros nuevos que generarán posibilidades e iniciativas que les harán seguir adelante y aprendiendo durante toda su vida. Consideramos a su vez que serán capaces de aplicar esta metodología con los usuarios con los que tengan que trabajar para conseguir con ellos un mejor resultado, dado que contarán con una importante variedad de recursos que los llevarán a ser resolutivos y eficaces. Con ello reforzarán a su vez su autoestima y se protegerán minimizando las posibilidades de burnout como futuros profesionales.
Por otro lado, el rol del docente-coach desarrolla habilidades como: respeto, empatía, gestión emocional, conocimiento de técnicas de comunicación y capacidad de liderazgo. Es así como se desarrolla una nueva manera de ver los procesos educativos, generando climas de confianza, de respeto y donde se puedan desaprender todas aquellas limitaciones que no les ayuden a sacar la mejor versión de ellos mismos. Desde esta perspectiva, se entienden los fracasos como fases necesarias para el aprendizaje, se fomenta el papel protagonista del alumno haciéndolo responsable en la toma de decisiones y ayudándolo en la detección de creencias limitantes, para cambiarlas por creencias que lo empoderen. Para ello es necesario utilizar herramientas creativas que le muevan de su zona de confort, buscando sus puntos fuertes y potenciándolos para compensar las carencias que en el proceso puedan surgir. Todo esto no podemos hacerlo sin tener en cuenta la inteligencia emocional desde sus dos vertientes: la interpersonal y la intrapersonal, de forma que se vayan desarrollando actividades donde se ponga en juego la empatía, la escucha activa, la gestión emocional, la responsabilidad y el compromiso con un mismo a partir de planes de acción específicos que lleven al alumno a subir al siguiente nivel en su escalera de excelencia. Para poder generar un modelo de acompañamiento educativo adecuado a estas necesidades, es necesario capacitar al profesorado en el autoconocimiento y en habilidades como la empatía, la capacidad de escucha, la habilidad para conocer a los demás y sus propias posibilidades de liderazgo.
Desde nuestra perspectiva, consideramos que esta capacitación ha de ir de la mano de personas que disfruten con la docencia, que muestren en entusiasmo, ganas de aprender y que entiendan la relación que hay entre el aprendizaje y la emoción, ya que son elementos indisolubles que tendrían que generarse de manera necesaria en las aulas. Cerramos nuestra aportación con una frase de Goleman que resume el enfoque aquí expuesto: “el 90% del liderazgo depende de la inteligencia emocional” por lo que reforzamos la dimensión emocional en cualquier proceso educativo así como la idea de que el trabajo ante los demás empieza por uno mismo.
Artículo vinculado al Experto Universitario en Coaching en el ámbito socioeducativo
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Álvarez, M. y Bisquerra, R. (coord.) (1996). Manual de orientación y tutoría. Barcelona: Praxis. AQU Catalunya (2009) Guía para la evaluación de competencias en Educación Social. Barcelona Bisquerra, R. (2003). Educación emocional y competencias básicas para la vida. En Revista de Investigación Educativa, Vol. 21, nº 1, pp. 7-43. Goleman, D. (1999). La pràctica de la inteligencia emocional. Kairós: Barcelona. Rosa, G.; Riberas, G. (2014). “Inteligencia emocional y coaching en la formación universitaria”. A Experiencias en docencia superior. A Del Valle Mejías, M.E. (Coord.). Madrid: ACCI Libros. Rosa, G.; Riberas, G.; Navarro-Segura, L; Vilar, J. (2015). El Coaching como Herramienta de Trabajo de la Competencia Emocional en la Formación de los Grados de Educación Social y Trabajo Social de la URL. En Revista Formación Universitaria, Vol. 8, nº 5. Chile. pp. 77-90 Sánchez, B. ; Boronat, J. (2014): Coaching Educativo: Modelo para el desarrollo de competencias intra e interpersonales. Educación XXI, 17 (1), 221-242.
La Fundación
Qué hacemos
Nuestra labor
A quién acompañamos
Nuestro impacto en la sociedad
Dónde actuamos
Posicionamiento y adhesiones
Cómo lo hacemos
Portal de transparencia
Sostenibilidad y medio ambiente
Calidad
Compromiso ético
Política de buen trato en la infancia y la adolescencia
Fomentando la igualdad
ODS
Trabajo en red
Reconocimiento y premios
Quien nos avala y apoya
Proyectos solidarios
Presentación
Proyectos
Colabora
Colaboradores
Transparencia y rendición de cuentas
Preguntas más frecuentes