EDUCACIÓN SOCIAL Y TRABAJO SOCIAL

El Trabajo Social es una disciplina académica y una profesión con motivación de servicio, enfocada a promover el desarrollo de las potencialidades que toda persona, grupo o comunidad tiene. Por lo tanto, la labor del trabajador o trabajadora social va dirigida a cualquiera de nosotros, pero es especialmente relevante en momentos de crisis o en situaciones en las que hay desigualdades sociales y hay que garantizar que los derechos de las personas se respeten.

Podríamos decir que el Trabajo Social se orienta a luchar contra las desigualdades, a promover cambios para conseguir un mejor bienestar social y a proteger nuestros derechos.

Son muchos los ámbitos donde tiene cabida: en los servicios sociales, en la sanidad, en la justicia, en la empresa, en las administraciones públicas... E interviene en diferentes colectivos: infancia, familia, personas sin hogar, personas acabadas de llegar al territorio...

A modo de ejemplo, en el campo de la salud, el Trabajo Social recuerda lo importante que es tener en cuenta aspectos sociales en el abordaje de las enfermedades y romper con una visión de la salud marcada únicamente por aspectos biológicos. De hecho, la Organización Mundial de la Salud remarca que la salud es mucho más que la mera ausencia de enfermedad y tiene que ver con un estado general de bienestar de la persona. Y aquí es donde entra el Trabajo Social, pues cualquier enfermedad o disfuncionalidad, especialmente si es crónica, tiene un gran impacto en la vida de la persona. El Trabajo Social se encarga de valorar cómo afecta la situación de enfermedad a las relaciones interpersonales, a la vida laboral, a la accesibilidad a la vivienda, a los roles que desarrollamos en la sociedad... Es decir, analiza cómo los factores sociales afectan a nuestra salud. Algunas de las funciones que el trabajo social sanitario realiza, a menudo en coordinación con un equipo interdisciplinar, son:

• Elaborar planes de prevención y de mejora de la salud de la población.
• Dar atención sociosanitaria a las personas y a sus familias.
• Coordinar equipos profesionales y recursos en todo el territorio.

Para poner algunos ejemplos de la diversidad de tareas que se pueden desarrollar en el ámbito sanitario:

• Dentro de la función de prevención, la trabajadora social analiza los factores sociales que pueden ser una amenaza a la salud de la población o que pueden afectar a la evolución de la enfermedad o disfuncionalidad que presenta una persona.
• Presta atención directa a familiares de personas con trastornos mentales graves, a familias de pacientes oncológicos o con demencia... ya sea asesorando sobre recursos y prestaciones o conduciendo grupos de apoyo o sesiones de psicoeducación.
• La tarea de la trabajadora social también es esencial cuando el alta médica del hospital es posible pero la persona no puede volver todavía a su hogar y es necesario buscar un recurso donde pueda hacer bien su recuperación.

Otro ámbito en el que la presencia del Trabajo Social tiene una larga tradición es en el trabajo con familias, especialmente en aquellas situaciones de riesgo o de exclusión social. Por su formación, el trabajador social es un profesional altamente competente para detectar situaciones de riesgo o de negligencia en el desarrollo de la parentalidad y marentalidad.

Por ello, tiene un papel clave en los equipos técnicos que acompañan a las familias en la superación de dificultades y en el proceso de convertirse en más autónomas y atentas a las necesidades de sus miembros. Pero la trabajadora social también puede intervenir a requerimiento de los órganos judiciales aportando elementos psicosociales que ayuden en la toma de decisiones, por ejemplo, en situaciones de custodia de los hijos.

Así, el o la trabajadora social es un profesional con una formación universitaria rigurosa, acostumbrado a trabajar en equipos integrados por diferentes perfiles de profesionales y que encamina su labor a potenciar las capacidades de individuos y comunidades, dentro del marco legal que proporcionan los derechos universales de las personas.

En definitiva, un o una trabajadora social es una persona interesada en mejorar la sociedad, con curiosidad por los temas sociales y de derechos, y motivada por acompañar a personas y grupos -especialmente aquellas más vulnerables- en sus trayectorias vitales. Si te ves reconocido en estas inquietudes, no lo dudes: el Trabajo Social te está esperando.