EDUCACIÓN SOCIAL Y TRABAJO SOCIAL

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Acogida y adopción: ¿cómo explicarlo al niño?

Acogida y adopción: ¿cómo explicarlo al niño?

Elena Requena
Directora del Grado en Trabajo Social de la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés - URL
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08.05.19

Afortunadamente, la acogida y la adopción han dejado de ser temas tabúes. Expertos y familias saben de la importancia de hablar con los niños y los adolescentes; sin embargo, muchas veces, las familias no saben cómo hacerlo.

La acogida y la adopción son dos medidas de protección para cuando un niño no puede estar con su familia. En la acogida, el niño no rompe el vínculo con los progenitores y es posible que vuelva a vivir con ellos, a diferencia de la adopción, en el que la rotura del vínculo es definitiva. Sin embargo, tanto en la acogida como en la adopción es imprescindible hablar de sus orígenes al niño o al adolescente. Lo que pasa es que no siempre es fácil hacerlo. Ideas como "es demasiado pequeño," no lo entenderá o "si le cuento que no ha salido de mi barriga sufrirá ", impiden que se pueda hablar de manera clara.

Pero, ¿por qué hay que hablar de los orígenes?

En primer lugar, porque el niño lo necesita para crecer. Toda persona tiene derecho a conocer su historia, lo necesita para construir adecuadamente su identidad. La familia tiene que ir contando al niño los datos que conoce de su pasado según la edad y las demandas que vaya haciendo. Recuerdo una familia que guardaba en una caja objetos y ropa de su hija adoptiva, de cuando vivía en una institución. Era una caja que la niña tenía a su alcance, que de vez en cuando la cogía, y esto permitió a la familia poder trabajar con la pequeña aspectos de su pasado.

En segundo lugar, es importante hablar de los orígenes porque si no puede provocar desconfianza. Cuando el niño, de manera casual, se entera de información importante de su pasado, normalmente provoca en él reacciones de enojo y desconfianza. En cambio, si la información la facilita la familia, puede controlar en todo momento cuándo y cómo la mujer. Una adolescente de origen chino, a quien la familia había cambiado el nombre, volvió un día muy trastornada de la escuela para que otras compañeras, también adoptadas en China, le habían preguntado por su nombre chino. En ese momento, la familia le explicó que ella tenía otro nombre cuando la conocieron pero que no le habían mantenido; la chica se enfadó tanto que desde ese momento exigió que la llamaran por su nombre chino.

Y, en tercer lugar, hay que hablar de los orígenes, porque si no lo habla la familia, es posible que el niño no se atreva a preguntar. A medida en que la familia hable con naturalidad del tema de la adopción o del acogimiento, el niño se sentirá más seguro para poder hacer preguntas. Así si en nuestro discurso aparecen expresiones como "el día que te conocimos", "la casa donde vivías antes", "los padres que te dieron la vida" ... entonces estaremos creando un clima de confianza para que el niño o adolescente plantee sus inquietudes.

¿Cuándo hacerlo?

Desde el inicio de la convivencia, sino, cada vez será más difícil y el impacto emocional que puede provocar en el niño puede ser muy negativo. Cuentos, álbumes de fotografías, caja de recuerdos... son recursos que nos pueden ayudar. Por ejemplo, un bebé de 6 meses ya es capaz de mantener la atención para mirar un pequeño álbum con 3 o 4 fotografías de nuestro primer encuentro con él en el hospital o en la institución donde viva era hasta el momento. Mientras miramos este álbum, le podemos explicar que aquel fue el primer día que nos conocimos. Está claro que el bebé podrá entenderá poco de lo que nosotros le explicamos, pero ya es un inicio, y nosotros como familia, podremos ensayar un discurso. Recordad que un bebé o un niño muy pequeño es capaz de entender muchas más cosas de las que puede expresar. Después, a medida que vaya creciendo y de sus demandas, iremos ampliando esta información.

¿Cómo se debe hacer?

Siempre con cuidado, pero debemos transmitir la información de manera clara y constructiva. A veces se pueden decir frases como "tu madre te quería tanto que te dejó con nosotros porque sabía que te cuidaríamos mejor". Esta es una idea falsa que puede crear más inseguridad en el niño, pues puede pensar que si encuentra otra familia mejor podría de nuevo cambiar de familia. En cambio, es mucho más realista y da más seguridad explicar al niño que los primeros padres no podrían cuidarlo porque tenía muchos problemas a pesar de que se les intentó ayudar y que por eso él está con nosotros, porque necesita una familia que la ayude a crecer y le quiera.

También es importante dejar claro que las causas de la acogida o la adopción son externas al niño. A veces, desde su inmadurez psicológica, el niño puede pensar que la culpa de no estar con los progenitores es suya, ya que era un bebé que lloraba mucho o un niño malo que los hacía rabiar. Una niña de 8 años decía "mi primera mama me dejó porque quería una hija más bonita". Es importante, dejar claro al niño que los padres tenían dificultades y que no se podían hacer cargo de él por eso está con otras personas.

Como hemos dicho nos podemos ayudar de objetos de cuando el niño no vivía con nosotros, de las primeras fotografías que tenemos como familia, de una caja de recuerdos, del nacimiento de alguien en nuestro entorno ... Un buen recurso es construir un libro de nuestra familia, en una primera parte puede haber dibujos, fotografías y un relato de la historia del niño antes de vivir con nosotros, pero también tenemos que incluir una parte de la familia cuando estaba esperando la llegada del niño y de sus ganas por adoptar o acoger y podemos acabar este libro con una parte final del momento en que se encuentran niño y familia y de cómo es nuestra vida actual.

No siempre las preguntas llegan en el momento más idóneo. Puede ser en la cola del supermercado, cuando no nos sentimos bastante seguros... No pasa nada si las aplazamos, pero debemos tener presente que las preguntas siempre deben tener respuesta.

De lo contrario las familias tienen a un profesional que las acompaña en este viaje, normalmente un trabajador social o una psicóloga o un psicólogo, que les ayudará a abordar el tema de los orígenes.

Por lo tanto, hablar de los orígenes ayudará al niño y al adolescente a construir adecuadamente su identidad y a crecer emocionalmente sano. Como Guadalupe, de 10 años, que hoy ha salido muy contenta de escuela porque han hablado de Frida Kahlo, una artista muy importante, nacida en México, ¡como ella!