21.09.22
A la crisis económica y social generada por la pandemia este año se han sumado nuevas crisis como consecuencia de la guerra en Ucrania y del incremento disparado de los precios de la energía y de los productos básicos de la cesta de la compra. Esto ha hecho crecer más que nunca las dificultades de muchas familias, como demuestra el balance final de las becas otorgadas este verano por la Fundación Pere Tarrés. La entidad ha becado este verano a más niños que nunca y ha movilizado la mayor cifra de recursos de su historia para que niños, niñas y jóvenes de familias en situación de vulnerabilidad puedan disfrutar de actividades de ocio educativo de verano.
Los casales y colonias de verano de la Fundación Pere Tarrés en Cataluña y en las Islas Baleares han acogido este verano a un total de 5.669 niños de familias en situación de vulnerabilidad que han sido becados en el marco de la campaña “Ningún niño o niña sin colonias”. Esto supone un 8% más que el año pasado y en torno a un 18% del total de niños que han participado en las actividades de verano de la Fundación este año.
Para poder dar esta oportunidad a estos ninos y niñas, la Fundación Pere Tarrés ha destinado a la campaña un total de 1.633.972€, una suma de dinero que se ha logrado gracias al apoyo de la Generailtat de Cataluña, el Gobierno de las Islas Baleares , el Ayuntamiento de Barcelona, la Diputación de Barcelona, la Diputación de Tarragona, el 0,7% del IRPF por “otras finalidades sociales”, así como la colaboración de diversas organizaciones, empresas y de ciudadanos a título particular. Ésta es la mayor respuesta que ha otorgado la entidad en toda su historia, lo que constata que las dificultades de las familias no paran de aumentar por el agravamiento del contexto socioeconómico.
Con la campaña “Ningún niño sin colonias”, la Fundación Pere Tarrés quiere garantizar que todos los niños, niñas y jóvenes puedan disfrutar de actividades de tiempo libre educativo durante el verano, ya que para muchas familias con dificultades para cubrir algunas de sus necesidades más básicas, estas actividades suponen un lujo que no pueden permitirse. Sin embargo, desde la Fundación se considera que estas actividades son especialmente importantes para los niños de familias que se encuentran en situaciones de vulnerabilidad, debido a que suponen un oasis de disfrute que les hace romper momentáneamente con su realidad cotidiana. Además, son esenciales para su crecimiento como personas: en los casales y colonias de verano estos niños y jóvenes pueden aprender, jugar y compartir espacios con otras personas de su edad en un entorno educativo y convivir también con monitores y monitoras que a menudo se convierten en sus referentes.
De hecho, numerosos estudios remarcan la importancia de las actividades de educación en el tiempo libre, como los casals, las colonias, los centros de esplai o las actividades extraescolares, entre otros, en el desarrollo emocional, social y competencial de los niños y jóvenes. En concreto, estas investigaciones indican que los niños y niñas que participan de forma habitual en actividades de ocio educativo desarrollan y potencian las 7 competencias personales y profesionales clave que instituciones como la UNESCO o el Ministerio de Educación definen como las aptitudes básicas que los niños y jóvenes deben alcanzar en la etapa educativa para convertirse en personas íntegras y profesionales.
Justamente la Fundación Pere Tarrés ha dedicado su campaña anual -que cada curso se centra en sensibilizar en torno a una causa diferente- a poner en valor el ocio educativo como uno de los tres pilares básicos (junto con familias y escuelas) que acompañan a los niños y jóvenes en su proceso educativo y que debería garantizarse como aprendizajes universales más allá del nivel adquisitivo de cada hogar, como herramienta para generar una sociedad más inclusiva y favorecer la igualdad de oportunidades.