24.11.17
Los jóvenes inmigrantes de 15 a 29 años representan el 35% del total de la inmigración en Cataluña, cifra que representa el 5% de la población, con un total de 53.666 inmigrantes. En este contexto, Montse Soria, coordinadora de Programas de Acción Social de la Fundación Pere Tarrés, nos cuenta los aspectos a tener en cuenta cuando hablamos de jóvenes y el hecho migratorio.
¿Nos puedes describir los flujos migratorios que llegan a Europa?
Desde enero hasta septiembre de 2015, unas 470.000 personas han cruzado el Mediterráneo en dirección a Europa según datos de la International Organization for Migration (IOM). Parte importante de este flujo migratorio está conformado por personas que huyen de contextos de violencia extrema buscando asilo. En los últimos 5 años han estallado 15 conflictos, provocando el desplazamiento de 30 millones de personas. Destacan conflictos como el de Siria, Irak, República Democrática del Congo, Sudán del Sur o Pakistán, entre otros. Aunque este tipo de migración es la más numerosa, las migraciones por razones económicas no se han detenido y siguen llegando personas en España, bien por establecerse o bien para llegar a otras partes de Europa, con el objetivo de mejorar sus condiciones de vida.
¿De todos estos movimientos migratorios destaca algún colectivo?
La cara más visible para nuestra sociedad es la adulta, produciéndose a menudo una invisibilización de los niños y jóvenes que emigran. Hay dos colectivos que destacan y hay que tener en cuenta cuando se hace referencia a la población joven y las migraciones: los Menores Migrantes No Acompañados y los hijos e hijas de familias inmigradas. Los Menores Migrantes No Acompañados (MMNA) son aquellos niños y jóvenes, menores de edad, que hacen un viaje migratorio solos sin ningún referente adulto. Los hijos e hijas de familias inmigradas son los niños y jóvenes que emigran y que establecen con las familias, aunque se pueden dar situaciones diversas como un retorno del padre o de la madre o de los dos, en el país de origen. También somos hijos e hijas de familias inmigradas aquellos y aquellas que han nacido en Catalunya pero su familia hizo un proceso migratorio.
También habría que añadir que es importante tener en cuenta la variable género. Las mujeres a menudo sufren más situaciones de vulnerabilidad tanto en el viaje migratorio como las sociedades de acogida y es una variable a tener en cuenta, de manera diferente, en función de la procedencia, la edad, la clase social, entre otros.
¿Cuál es la situación de la población joven inmigrante en Cataluña?
En Cataluña, la población joven inmigrante de 15 a 29 años representa el 35% del total de la inmigración en el 2014. Este año, pues, se contabiliza 53.666 inmigrantes de 15 a 29 años (el 5% de la población total).
Las situaciones que afectan a la población joven inmigrante son diversas, pero a menudo situaciones de precariedad acompañan procesos migratorios, aunque hay que tener en cuenta muchas más variables que pueden intervenir.
¿Cuál es la principal dificultad de los Menores Migrantes No Acompañados (MMNA)?
Los MMNA conforman un fenómeno complejo con unas características concretas y requieren una atención especial tanto en cuanto a las situaciones de partida, como por los perfiles sociodemográficos, el viaje migratorio y la llegada y el establecimiento a la sociedad de acogida. Cabe destacar la alta vulnerabilidad que afecta a este colectivo que, se muestra diverso en cuanto a las procedencias, edades, sexo y pautas migratorias. Sin embargo, estos menores se encuentran afectados por una gran complejidad en relación a la legislación y por los sistemas de protección existentes en España. Destaca que estos menores son tratados como inmigrantes en primer término por las instituciones, y no como niños y jóvenes con derechos como menores de edad, tal como se recoge en la Declaración Universal de los Derechos del Niño de las Naciones Unidas (1959).
¿Cómo la intervención socioeducativa favorece su inclusión en nuestra sociedad?
Desde la intervención socioeducativa con jóvenes se requiere disponer de una perspectiva intercultural amplia que incorpore la realidad de estos colectivos para mejorar el acompañamiento y el trabajo socioeducativo, así como la inclusión real en nuestra sociedad. Para conseguirlo es necesario un conocimiento profundo de los colectivos y del contexto que les afecta, así como estrategias, metodologías y recursos que respondan a las necesidades existentes.
¿Qué aspectos hay que tener en cuenta cuando hablamos de jóvenes y el hecho migratorio?
Los colectivos de jóvenes inmigrados no son homogéneos, dado que existen múltiples situaciones que afectan a estos jóvenes, lo que pide una mirada amplia, transversal e integral en la intervención. Hay que tener en cuenta el proyecto migratorio, el duelo migratorio, el viaje en el tiempo y en el espacio, el duelo migratorio, la situación jurídico-administrativa, la procedencia, la relación con el grupo de iguales en la sociedad de acogida, la existencia o no de un reagrupamiento y su tipología, etc. Además, el hecho migratorio condiciona los itinerarios de los jóvenes, ya que se suman desigualdades sociales que afectan a sus relaciones, referencias y expectativas vitales y la construcción de la identidad. A menudo los inmigrantes, y también a los hijos de inmigrantes, se les pregunta de dónde son y si son extranjeros, y muchos se preguntas cuando serán considerados aquí.
¿Cómo trabaja desde la Fundación Pere Tarrés en la mejora de la convivencia y la tolerancia? En el marco de los proyectos de intervención socioeducativa con jóvenes, se intenta trabajar para generar igualdad de oportunidades como base de la convivencia y el respeto. Es muy importante acompañar a los jóvenes en relación a sus necesidades diversas y facilitar que adquieran herramientas y recursos propios para tener mejores condiciones de vida. Es, también, muy importante facilitar la ampliación de redes sociales de los propios jóvenes, así como fortalecerlas. El trabajo con la comunidad, estableciendo lugares comunes, compartidos y conocimientos construidos colectivamente, así como combatiendo prejuicios y estereotipos, es fundamental también. La pertenencia positiva a una comunidad o ciudad, sintiéndose parte de una manera sana y respetada, facilita mucho más la convivencia, la interrelación y el respeto. Todo ello se trabaja a través de proyectos concretos, con objetivos y acciones, donde se intenta que la relación con la comunidad tenga un peso relevante.
Montse Soria
Socióloga. Postgrado en Políticas Sociales y Comunitarias. Master en Investigación Sociológica Aplicada. Coordinadora de Programas de Acción Social de la Fundación Pere Tarrés. Miembro del Grupo de Investigación IFAM (Infancia y Familia en Ambientes Multiculturales) de la Universidad Ramon Llull entre el 2008-2013. Ha sido docente colaborador en la Universidad Autónoma de Barcelona y La Universidad Ramon Llull. Colaboradora de la Agencia Catalana de la Juventud de la Generalidad de Cataluña en el ámbito de la participación juvenil. Ha participado desde la intervención, la investigación o la coordinación en proyectos de intervención con jóvenes. También ha participado en publicaciones sobre juventud y migraciones.