Retos pendientes de la atención de los menores no acompañados
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Facilitar el acceso a la educación y la salud mental, dos retos pendientes de la atención de los menores no acompañados, según la coordinadora de Acción Social, Montse Sòria
El 18 de diciembre se celebra el Día Internacional del Migrante en conmemoración a la proclamación por parte de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2000. En este contexto, Montse Soria, coordinadora de Acción Social de la Fundación Pere Tarrés, pone de manifiesto que todavía faltan muchos retos pendientes para poder atender a estas personas, garantizar sus derechos, así como que tengan una ciudadanía plena.
Un ejemplo de ello, según Soria, son los y las jóvenes que emigran solos y solas. El pasado octubre, el Consejo de Ministros español aprobó una reforma de ley para facilitar el acceso al trabajo, así como los trámites burocráticos para obtener la residencia de los menores no acompañados que lleguen a la mayoría de edad.
Sin embargo, Soria considera que todavía hay muchos aspectos a trabajar para dar respuestas a las necesidades de estos jóvenes cuando aún no han cumplido los dieciocho años. Actualmente, según datos del Govern de la Generalitat, el sistema de protección catalán de la infancia y de la adolescencia atiende a 5.293 jóvenes que han llegado solos, de los que 3.837 son mayores de edad.
Uno de los principales retos que Soria pone en la palestra es la necesidad de que puedan acceder a la educación o a una formación reglada. Precisamente, un informe presentado por el Observatorio Social de la Fundación La Caixa constata que los alumnos migrantes representan a más de un tercio del abandono y fracaso escolar en Cataluña, aunque sólo constituyen una cuarta parte del total de los estudiantes.
Para afrontar esta situación, Soria considera que es necesario promover la elaboración de unos itinerarios formativos flexibles que "faciliten el acceso al mercado laboral, que tengan en cuenta las demandas y expectativas de estos jóvenes y sus proyectos migratorios". Además, remarca que el mercado laboral debería valorar sus potencialidades.
Ahora bien, todo esto, expone Soria, debe ir acompañado de otras políticas que tengan como finalidad evitar la elevada burocracia en trámites de gran relevancia para estos jóvenes como son los procesos administrativos para acceder a la residencia, homologar los títulos de los estudios o el permiso de trabajo.
También reivindica que "se necesitan recursos en el ámbito de la salud mental, desde una perspectiva transcultural y comunitaria".
Alrededor del 4% de los menores no acompañados que llegan a Cataluña son chicas, según la Secretaria de Infancia, Adolescencia y Juventud. En este caso, Soria argumenta que éstas tienen unas situaciones y casuísticas particulares que requieren una atención particular porque normalmente se encuentran en contextos de mayor vulnerabilidad y precariedad social.
"Sería importante tener una reflexión profunda en muchos ámbitos, como el político y social, para evitar la alta estigmatización que afecta a estos jóvenes y estas jóvenes", defiende Soria, que añade que no "son MENAS, son jóvenes" como a crítica de cómo estas siglas han servido para criminalizar a los menores que llegan solos al estado español.