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Reflexiones para celebrar el Dia de la No-Violencia y la Paz

 Reflexiones para celebrar el Dia de la No-Violencia y la Paz

28.01.22

Jugar con los amigos, pasar tiempo con la familia o ir a la escuela. A pesar de ser unas acciones que describen la infancia, la realidad es que muchos niños y niñas no tienen acceso a ellas. De hecho, según datos de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en 2020 se reclutaron un total de 8.600 menores en conflictos armados. Esto, explica el decano de la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés - Universidad Ramon Llull, Joan-Andreu Rocha, supone un incremento del 10% respecto al año anterior. Además, recuerda que el derecho internacional prohíbe que los menores de 15 años sean reclutados por las fuerzas armadas o participen en hostilidades.

Esta, sin embargo, no es en la única circunstancia en la que niños y niñas de todo el mundo ven interrumpida su infancia, sino que Rocha expone que también son víctimas del trabajo forzado, de la explotación sexual o deben desplazarse con sus familias a causa de conflictos en sus lugares de origen o por las catástrofes ambientales. Estas situaciones de violencia e inseguridad, defiende Rocha, “afectan directamente a los niños y niñas y marcan profundamente su desarrollo como adolescentes y como adultos”.

Precisamente, para concienciar de la problemática de que los niños vivan situaciones de conflicto e inseguridad, en 1964 el poeta y educador mallorquín Llorenç Vidal fundó el Día Escolar de la No-violencia y la Paz, que tiene lugar el 30 de enero. Con esto, se quiere promover la importancia de que los niños y niñas sean educados con valores del amor universal, la no violencia y la paz.

Este entorno y valores, según Rocha, deben propiciar que los niños y niñas tenga el derecho de desarrollar su personalidad en un ambiente pleno y armonioso. Esto, argumenta, significa que deben tener la posibilidad de crecer en un entorno que responda a sus “seguridades básicas para sobrevivir y relacionarse”, así como un contexto “tranquilo” y “pacífico” para que desarrollen sus capacidades sociales.

"Asegurar este entorno permite que los niños y niñas puedan ser educados con un espíritu de comprensión y tolerancia, que contribuyan a la amistad entre los habitantes del mundo ya la paz ya la fraternidad universal", defiende el decano de la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés – Universidad Ramon Llull.

 

¿Quién debe asegurar este contexto de no violencia y paz?

Para Rocha no solo es el Estado quien tiene la obligación de proteger a los niños y niñas contra cualquier tipo de maltrato o abuso físico, mental o sexual, sino que también requiere la implicación de la ciudadanía. “La sociedad debe velar por impedir que se produzcan las situaciones de violencia o de discordia en la que pueden derivar en abusos o malos tratos”, especifica Rocha.

Según el decano de la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés – Universidad Ramon Llull, esto debe ser así porque las situaciones de violencias, normalmente, se producen en la vida cotidiana y, por tanto, se dan en la forma en que se gestionan los espacios públicos y privados como pueden ser la vida en las calles, las escuelas, actividades de ocio o la esfera familiar.

Rocha advierte que asegurar un entorno de paz y seguro para los niños y niñas no es una tarea fácil, pero defiende que es un ideal que debe ir arraigándose y promoviendo en el ámbito local, internacional, así como en la vida cotidiana o durante los momentos más difíciles y críticos de una región o país. “Recordar que es un derecho universal de cada niño y niña nos ayuda a ir haciendo camino de cara a asegurar un futuro alejado de la violencia, los abusos o los conflictos”, concluye Rocha.

La Paz es uno de los valores presentes en el ideario de la Fundación Pere Tarrés. Entendemos la paz como una forma de articular, sin violencia, las relaciones humanas en los distintos niveles –duales, grupales, nacionales, estatales, internacionales–, y como una forma de resolver el conflicto, que es una realidad inherente a la diversidad y pluralidad de personas, ideas e intereses. Defendemos la paz como construcción progresiva de formas de relación y estructuración social que respeten la libertad de cada uno, promuevan la justicia para todos, estén abiertas a la verdad por encima de los intereses particulares y sean presididas por el amor.

Cada año la Fundación Pere Tarrés elabora un calendario pedagógico que, este año, tiene como eje temático los derechos de los niños. Precisamente, a raíz de que el 30 de diciembre es el Día Escolar de la No-Violencia y la Paz, este mes de enero lo dedicamos al Derecho a la Paz que tienen todos los niños y niñas para poder desarrollarse como persona.