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Variadas, que combinen la parte física y la intelectual e integradas en la dinámica familiar: claves a la hora de elegir las extraescolares ideales

Variadas, que combinen la parte física y la intelectual e integradas en la dinámica familiar: claves a la hora de elegir las extraescolares ideales

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01.10.24

El curso hace días que ha arrancado y los niños ya se han acostumbrado a las nuevas rutinas escolares. Llega el momento de complementar el horario lectivo con actividades educativas y deportivas, que servirán para que el niño pueda ir conociéndose y averiguando qué aficiones le entusiasmarán de mayor y, al mismo tiempo, para encontrar la necesaria conciliación familiar. Pero hay muchos factores a tener en cuenta (la edad, los horarios, la motivación por una tipología determinada de actividades) y en ocasiones nos pueden surgir interrogantes a la hora de tomar la decisión de qué extraescolares y cuántas son las idóneas para nuestro hijo/hija. La Fundación Pere Tarrés, desde su experiencia como entidad dedicada desde hace décadas a gestionar actividades de ocio fuera del horario lectivo y que en concreto coordina actividades extraescolares en diversas escuelas catalanas, propone algunas recomendaciones y reflexiones que pueden ser útiles para las familias. ¿Cómo deben ser las actividades extraescolares ideales?

  1. Deben priorizar lo que le gusta al niño. Si una actividad le motiva y le ilusiona, es más probable que se sienta comprometido y apasionado y la quiera continuar con los años. La elección es un buen momento para acompañarles en la toma de decisiones que se irán prolongando a lo largo de su vida. Les podemos ayudar haciéndoles preguntas como "¿por qué quieres hacerlo?" o reflexiones en voz alta como "si siempre juegas a..." o "vemos que tienes mucha habilidad en esto..."
  2. Deben ser diversas. Es útil que el niño tenga la oportunidad de probar diferentes tipos de actividades (deportivas, artísticas, científicas) para descubrir lo que realmente le gusta. En la escuela se desarrollan determinadas habilidades en un entorno muy concreto y las actividades extraescolares pueden ayudar a descubrir otras capacidades que pueden ser muy útiles en la vida adulta.
  3. Deben procurar una alternancia entre la vertiente más física y la intelectual. Alternar actividades físicas con otras actividades educativas puede resultar muy beneficioso para el niño o niña. Las actividades físicas ayudan a canalizar la energía, mejoran la salud física y fomentan habilidades sociales, mientras que las artísticas, plásticas o lingüísticas estimulan la mente y el pensamiento crítico. Realizar actividades que impliquen una mayor concentración o creación artística pueden ofrecer momentos de reflexión y relajación después del desgaste de energía empleado en una actividad física.
  4. Deben permitir la conciliación familiar y ajustarse a la dinámica familiar. Las actividades deben adecuarse en parte a los horarios familiares, pero si un niño tiene demasiadas actividades y no queda tiempo para la familia o para momentos de relajación, esto puede acabar siendo contraproducente.
  5. Deben garantizar tiempo de calidad. Es importante equilibrar el tiempo dedicado a las actividades programadas con el destinado a la familia y momentos de ocio libre. Un calendario sobrecargado de actividades puede contribuir al estrés y a la frustración. Es importante que el niño tenga suficiente tiempo para relajarse y jugar libremente.
  6. Deben realizarse en un entorno adecuado y seguro. Hay que seleccionar bien las extraescolares para que se realicen en un entorno seguro adecuado a la edad de cada niño y sean dirigidas por profesionales de ocio educativo cualificados.
  7. Deben ayudar a dar respuesta a las necesidades emocionales del niño. Las actividades extraescolares, como el resto de programas de educación en el tiempo libre (el espacio mediodía, los casales o colonias o los centros de esplai), generan aprendizajes educativos pero también emocionales muy importantes que, además, al tener lugar en un entorno lúdico e informal, se adquieren de forma más directa. Por eso, otro elemento a tener en cuenta a la hora de seleccionar la extraescolar ideal será que responda a las necesidades emocionales del niño o niña: las actividades pueden ayudar a los niños a conocerse mejor, a descubrir sus fortalezas y limitaciones, a adquirir valores y a desarrollar su identidad. Hay algunas actividades que pueden potenciar más habilidades sociales concretas como trabajar en equipo, respetar a los demás o gestionar logros y fracasos.

 

En resumen, la clave está en encontrar un equilibrio entre las actividades que gustan al niño o niña y las necesidades familiares, un enfoque equilibrado que considere los intereses del niño, la conciliación familiar, la diversidad de actividades y un horario razonable. La cantidad idónea de actividades extraescolares para un niño puede variar mucho en función de diversos factores, como la edad y la etapa madurativa, los intereses y las necesidades familiares. No tengamos miedo, escuchemos al niño y busquemos una alternativa si un día nos dice que la etapa de una extraescolar ha terminado. Las actividades deben responder al crecimiento personal y a la motivación de cada niño/a y no deben imponerse.

Estos consejos han sido propuestos por Aina Espona y Helena Gregorio, del departamento de Escuela y ocio de la Fundación Pere Tarrés.