02.05.24
Olivia Mandle es activista medioambiental y autora del libro "Sí es cosa tuya". Además, es embajadora del Pacto Europeo por el Clima de la Comisión Europea y de la expedición La España Azul. La activista de 16 años de edad nació el 17 de abril del 2007 en Barcelona. Estudia primero de bachillerato de la modalidad internacional en el Colegio Montserrat de Barcelona. Su intención es formarse para ser bióloga marina.
Mandle es una de las protagonistas de la campaña anual de la Fundación Pere Tarrés InfantsActivistes, que cada mes da a conocer un/a niño/a o joven que ha sido o es motor de cambio social. La activista catalana es la cara visible del mes de mayo, que se centra temáticamente en la preservación de los animales y el planeta.
Empezaste a ser activista muy joven. ¿En qué momento empiezas a sentir inquietud por el cambio climático y como empieza tu tarea?
El activismo siempre lo he llevado dentro. Leía y veía documentales sobre Jane Goodall, Sylvia Earle o David Attenborough, y yo sabía que quería ser cómo ellas y ellos: quería ser una de estas personas que luchan por la natura, por los animales... en definitiva, por un mundo mejor.
Tenía doce años y, volviendo de ver una exposición que me impactó mucho y me dejó muy pensativa sobre el cambio climático, volví al Empordà, a mi pueblo. Como que allí tenía tiempo, iba detrás de los plásticos en el mar, y descubrí los microplásticos. En este momento, me puse a crear la Jelly Cleaner, una herramienta que todo el mundo puede hacer en casa. Así es como siento que pongo mi pequeña semilla por un Mediterráneo más limpio.
Poco tiempo después creé mi primera campaña en la plataforma change.org, pidiendo que trasladen los delfines que quedaban al zoo de Barcelona a un santuario marino. Conseguí muchas firmas, pero los acabaron trasladando a otro zoo, en Grecia, donde siguen actualmente. Me sentí frustrada, y de la reflexión empecé a estudiar cuál era la situación de los delfines y cetáceos en el Estado español. Con más de ciento cetáceos en cautividad, España es el estado con más ejemplares en cautividad de Europa y uno de los primeros lugares en cautividad de delfines en el mundo, solo por detrás de países como China, los Estados Unidos y Rusia. Este conocimiento me dio fuerzas para lanzar mi campaña actual, con el hashtag #NoEsPaísParaDelfines: pido al Gobierno español una ley para el cierre progresivo de estas instalaciones.
Siento profundamente que, si bien hace cuatro años que lucho por el fin del cautiverio, no me pararán. No es sostenible mantener animales que no están en peligro de extinción.
Tu primer libro publicado es "Sí es cosa tuya", con el propósito de promover acciones que contribuyen a la transformación social.
Esta primera publicación ha supuesto un reto para mí y la he disfrutado mucho. Me ha encantado escribir "Sí es cosa tuya". El título se debe al hecho que a mis compañeros y compañeras de la escuela les explicaba que hay que dejar de lado las botellas de plástico, por ejemplo, y los envoltorios de papel de aluminio, hasta unirnos a limpiezas de bosques y playas. Cuando les hablaba del cambio climático, siempre recibía la misma respuesta: «No va conmigo, esto es cosa de los gobiernos». Y yo respondía: «¡Sí es cosa tuya!», porque te juegas no solo el futuro, sino el presente, tal como lo estamos viendo. Lo que inicialmente tenían que ser cinco capítulos, acabaron siendo once.
Los episodios nos hacen viajar, desde el conocimiento básico de qué es el cambio climático, hasta los derechos de los animales, pasando por la biodiversidad, los plásticos, las energías renovables, la alimentación, la escuela, las costumbres en casa, la ropa que compramos... "Sí es cosa tuya" es una pequeña gran revolución interna. Explico anécdotas, propongo soluciones, recomiendo documentales y libros... y finalizo con lo que para mí es importante: la esperanza. No la tenemos que perder si entendemos que tenemos mucho que decir en esta situación. ¡Con nuestras decisiones vinculadas al consumo podemos cambiar el futuro!
¿Qué consideras que puede hacer la educación en esta lucha, entendida como motor de cambio social?
Hace cuatro años que en cada ponencia pido educación medioambiental desde los dos años de edad. Así, los niños ya crecerían interiorizando los aprendizajes vinculados a la importancia de la naturaleza y de mantener la biodiversidad. Hay que concienciar que la persona es una invitada de nuestra natura, y hay que sentir la humildad necesaria para entender que somos un ser vivo más, entre muchos otros, y que la naturaleza es inmensa e inteligente. Con la educación medioambiental que reivindico, las nuevas generaciones subirían creando un impacto positivo en nuestra relación con el medio ambiente. La tolerancia está muy vinculada a las ganas de conocer.
Has presentado en el Congreso de los Diputados del Estado español tu campaña No es país para delfines, con más de 155.000 firmas que piden al Gobierno español que se eliminen los delfinarios, es decir, donde viven los delfines en cautividad.
La experiencia de ir al Congreso de los Diputados fue muy intensa y sentí mucha felicidad. Hasta ahora, solo había estado en el Senado, tres veces con mi campaña #NoEsPaísParaDelfines, y siempre acompañada de mi madre. Para la entrega de las firmas, conseguí que la organización World Animal Protection International me acompañara, así como un grupo de biólogas y biólogos jóvenes que apoyan mi campaña. Fue muy emocionante e histórico: diría que pocas veces se han obtenido tantas firmas para los derechos de los animales. Me sentí acompañada y, a pesar de que fue agotador, atendimos mucha prensa, así como televisiones. También hicimos una reunión con el partido que nos recibió. Fue realmente increíble.
Cómo avanzabas en el inicio, también trabajas para concienciar sobre los microplásticos en el mar. Has creado la Jelly Cleaner y lo has hecho de forma que todo el mundo puede hacer una Jelly Cleaner casera, basándote en la idea que todo el mundo puede corresponsabilizarse de esta lucha. Todavía más, facilitas un tutorial: https://youtu.be/nwulSIWm3yY?si=yUf25zhDOBtXji5u
En el Empordà, desde pequeña, observaba el fondo del mar con mis gafas y un tubo. Posteriormente, empecé a hacer submarinismo y continué observando como se iba deteriorando el mar. Empecé a aprender sobre microplásticos y tenía ganas de hacer algo para luchar.
Realmente, para mí, limpiar no es suficiente. Hay que ir a la raíz de la problemática: dejar de consumir plásticos desechables. Al menos, con la Jelly Cleaner limpiamos y concienciamos las personas que, cuando me ven con ella, me preguntan qué hago. ¡Es un momento ideal para explicar qué está pasando! Todo ello es un agradecimiento a la naturaleza por todo lo que la disfrutamos. El próximo paso es crear la Jelly Cleaner de manera sostenible; es uno de mis próximos retos.
¿Tu entorno más próximo (familia, amigos, amigas...) cómo vive la actividad a la que tú te dedicas últimamente?
Mi familia me apoya y me ayuda; mi madre especialmente, que viaja conmigo y me ayuda con mi activismo, además de seguir con su trabajo. Ella es emprendedora. A mi entorno le gusta a lo que me dedico: también están involucrados. Acompañarme es una manera de plantar la semilla para el cambio.
Has sido galardonada con dos reconocimientos: uno como Mini Heroína y el otro por parte del Instituto Jane Goodall Global, que premia tu trayectoria.
Exacto. Se trata de una entidad que se dedica a inspirar comunidades de todo el mundo a tomar medidas a favor de las personas, de los animales y del medio ambiente. Recibo los reconocimientos con tranquilidad; lo importante es seguir adelante con mi misión de vida, que es concienciar sobre la naturaleza y los seres vivos que habitan el planeta, nuestra única casa.
Seguro que tienes la agenda llena, ¿verdad?
Mi agenda es una locura: gestionar mis estudios y todo mi activismo y divulgación es muy complejo. Mi madre es quien gestiona todo esto y nos sabe mal a las dos no poder atender todas las peticiones que recibimos. Actualmente, recibo una media de 214 peticiones semanales. A mí, lo que me da más pena es no poder ir a todas las escuelas, porque me encantaría. Me gustaría trabajar más la línea de la concienciación de niños, niñas y jóvenes.
¿Cómo estás viviendo el momento de impacto mediático?
Mi actividad no se centra en estar muy pendiente de las redes sociales. Estoy muy focalizada en mis estudios y en el activismo en sí: hacer, actuar, divulgar... no tanto en la difusión. Mi objetivo es ser bióloga marina: quiero ser científica y continuar con mi misión. El máster que me gustaría cursar es, específicamente, de investigación de delfines, ballenas y cetáceos marinos. ¡Tenemos mucho para aprender, todavía, de estas especies!