07.11.23
La salud mental de adolescentes y jóvenes se ha convertido en una creciente preocupación en los últimos años. En este contexto, la participación en actividades de ocio como los casales, las colonias, las extraescolares o los centros de esplai puede ser una herramienta clave para prevenir los trastornos mentales en niños y jóvenes. Así lo han asegurado hoy varios expertos en salud mental en el marco de una jornada en la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés - Universidad Ramon Llull (URL). La sesión, con el título "Beneficios del ocio educativo y la acción sociocultural para el bienestar emocional y la salud mental de adolescentes y jóvenes", ha sido seguida por unas 150 personas vinculadas a los estudios de profesiones socioeducativas (educación social y trabajo social) y a la psicología.
Datos recientes revelados hoy ponen de manifiesto que una de cada cuatro personas sufrirá un trastorno de salud mental a lo largo de su vida. Con la mirada puesta en la infancia y la adolescencia, el 70% de los problemas de salud mental comienza antes de los 18 años, y casi el 16% de los jóvenes declara haber sufrido problemas de salud mental. Desde 2012, se ha producido un incremento de trastornos mentales de más del 29%.
La jefa del Servicio de Salud Mental Infantil y Juvenil del Hospital de San Juan de Dios, Montserrat Dolz, ha querido poner una nota positiva y ha desvelado que hoy en día se detectan antes los problemas de salud mental “gracias a los programas de detección precoz”. Ante este escenario, Dolz ha añadido que el ocio educativo es facilitador de contextos que ayudan a mejorar la salud mental de los jóvenes. Los trastornos de salud mental que más se han incrementado últimamente son los que dependen de factores ambientales, que son modificables. Y es aquí donde la participación en actividades de ocio educativo y de acción sociocultural puede ayudar a construir sociedades resilientes (es decir, con capacidad para hacer frente a las dificultades sobrevenidas) y puede ser una potente herramienta que contribuya a la disminución y tratamiento de trastornos mentales.
Los trastornos de conducta alimentaria (TCA) y los trastornos adaptativos son las problemáticas que más han aumentado, así como el incremento de consultas en urgencias, que son casos evidentes vinculados a la psiquiatría: voluntades de suicidios no consumados y ataques de ansiedad. "Hay que poner en el centro de nuestra tarea el aprendizaje socioemocional, porque es clave para la salud mental de niños, niñas, adolescentes y jóvenes", ha asegurado la psiquiatra, quien ve en la educación en el ocio "una oportunidad para construir personalidades, detenernos y reflexionar, y proporcionar estrategias de afrontamiento propias”: es decir, para permitir que cada niño, adolescente y joven sea capaz de afrontar las situaciones difíciles de su camino vital.
Los profesionales de la salud mental también ven en la educación en el tiempo libre "una actividad donde los jóvenes se ponen a prueba, construyen relaciones y exploran intereses de forma sana, circunstancias que estimulan su desarrollo", según el psicólogo clínico y psicoanalista Jorge Tió. El referente del Área de Adolescencia y psicoterapeuta del Equipo de Atención al Menor de Pere Claver Grup considera que la educación más allá del entorno estrictamente académico "es una respuesta al trastorno que tiene capacidad de incidencia", como la puede tener la psiquiatría, y, en todo caso, son complementarias. "La educación en el ocio permite que generaciones de edades diferentes se aproximen y se acerquen con confianza", ha valorado Tió.
Los diferentes expertos que han participado en la jornada han coincidido en que el ocio educativo y la acción sociocultural "se convierten en contextos idóneos para la transformación social y para la integración de personas con problemas de salud mental", ha compartido la coordinadora del Área de Sostenibilidad Social, Ciclo de Vida y Comunidad de la Diputación de Barcelona, Estrella Argüelles, quien ha llamado a “atacar los trastornos con una mirada integral e integradora”.
Los ponentes también han convenido en la necesidad de un trabajo en red entre educadores sociales, trabajadores sociales, psicólogos y psiquiatras: “Cada una de estas disciplinas puede aportar beneficios a los destinatarios de nuestra acción y son perspectivas que de forma colaborativa pueden ayudar a quien tiene un trastorno”, ha compartido la educadora social y responsable de los programas de promoción de la salud de la Fundación Marianao, Mercè Hernàndez. La psicóloga Isabel Torras, profesora e investigadora de la Facultad Pere Tarrés, ha apuntado también hacia la trascendencia de que los adultos que acompañan a los niños y jóvenes "tengan una actitud de escucha" ante sus inquietudes.
Frente a todas estas consideraciones, el decano de la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés - URL, Joan-Andreu Rocha, ha cerrado la jornada apelando a la necesidad de que el análisis teórico se complemente con evidencias, y que la práctica profesional trabaje conjuntamente con los contenidos de la investigación.
La jornada la ha organizado la Cátedra de Ocio Educativo y Acción Sociocultural de la Facultad Pere Tarrés, que pretende reflexionar y generar conocimiento sobre los beneficios socioemocionales y educativos que las actividades de ocio educativo aportan a los adolescentes y jóvenes.