11.04.22
La etapa de 0 a 3 años es un momento clave en el desarrollo cognitivo, físico y socioemocional de los niños. Lo que se aprende en esta etapa tiene un impacto relevante en el futuro de niños y adultos. Por eso, es importante que el acompañamiento educativo, emocional y social de los niños y niñas menores de 3 años tenga la máxima calidad, rigor y dedicación. En este sentido, la Fundación Pere Tarrés promueve la aplicación de un modelo innovador en el Estado para mejorar la calidad de la educación en la pequeña infancia. Se trata de un enfoque de medida de la calidad que contribuirá a potenciar aspectos como la autonomía, el desarrollo del lenguaje, el pensamiento lógico-matemático de los niños y la participación de éstos en su proceso educativo. Este modelo de calidad trabaja, además, de forma participativa con la comunidad educativa de los diferentes centros para recoger las especificidades de cada territorio.
Con esta vocación de calidad, la voluntad de la Fundación Pere Tarrés es que los cerca de 2.000 niños de 0 a 3 años de las 30 guarderías municipales que gestiona actualmente en Cataluña y las Islas Baleares apliquen esta nueva metodología. Por eso, está trabajando actualmente con los ayuntamientos titulares de estas guarderías así como con los equipos educativos para poder extender este modelo de calidad el próximo curso (2022-23).
La metodología se basa en un instrumento diseñado por profesionales de la Universidad de Carolina del Norte, en Estados Unidos, que la Fundación Pere Tarrés ha adaptado a la realidad catalana, incorporando aspectos como la diversidad, la coeducación y el eje medioambiental. Este método evalúa fundamentalmente seis dimensiones (espacio, rutinas de cuidado personal, lenguaje, actividades, interacciones y la estructura de la jornada diaria) y marca el camino a seguir para convertir el aprendizaje de los niños en una experiencia enriquecedora desde un punto de vista 360: es decir, que todos los elementos del día a día de los niños y niñas sean significativos y permitan un aprendizaje cognitivo y psicoemocional permanente.
La iniciativa surge de la constatación que prácticamente no existen instrumentos específicos de evaluación del aprendizaje de esta dimensión en la etapa educativa entre 0 y 3 años. Cuando, en cambio, existe una amplia evidencia científica que se trata de un período básico en la activación de las conexiones neuronales de la persona que permitirán un correcto desarrollo cognitivo y socioemocional.
Según explica el responsable de Innovación del departamento de Programas educativos y sociales de la Fundación Pere Tarrés, Fabricio Busi, “varios estudios demuestran que una educación de calidad durante la pequeña infancia tiene un impacto positivo muy importante en el desarrollo de los vínculos sociales, la empatía o el respeto a la diversidad y en la reducción de comportamientos socialmente negativos; también en aspectos vitales para la persona como la construcción de género o en la adquisición de hábitos de alimentación saludable”. Este impacto positivo es aún más significativo en ninos y niñas de familias en situación de vulnerabilidad. Esto hace que introducir metodologías de calidad como la que propone la Fundación Pere Tarrés sea también una cuestión de equidad y pueda contribuir a reducir las desigualdades sociales y compensar las carencias emocionales ocasionadas por la pandemia.
La directora del departamento de Pequeña Infancia de la Fundación Pere Tarrés, Veronica Bautista, añade que la filosofía de fondo de la propuesta es “utilizar esta herramienta para poner en valor el papel pedagógico y dar reconocimiento científico al trabajo que hace el equipo profesional que trabaja en la etapa 0-3”.