28.01.21
Establecer un pacto de país para la promoción y acompañamiento de la infancia en Cataluña que integre de manera transversal a todos los agentes políticos, sociales y económicos. Este es el objetivo del documento que la Fundación Pere Tarrés ha hecho llegar a los diferentes partidos que concurren a las elecciones al Parlamento de Cataluña del próximo 14 de febrero cuando faltan pocas horas para comenzar la campaña electoral.
Se trata de un listado de 10 propuestas para tratar de poner la infancia en primer plano de las prioridades políticas, de fortalecer el sector social, que ha sido el encargado de parar el golpe y de realizar la primera atención ante la crisis social generada por la pandemia, y de empezar a solucionar la grave vulneración de derechos que aún hoy en día sufren miles de niños y niñas en nuestro país.
Numerosas entidades sociales como la Fundación Pere Tarrés vienen denunciando año tras año esta situación, pero la llegada del Covid-19 ha empeorado esta situación y ha ocasionado efectos devastadores en la calidad de vida de los niños y niñas, que han sido los más afectados por las restricciones y el confinamiento.
10 propuestas de país
En este sentido, el documento propone a los partidos un gran acuerdo para que las políticas públicas contemplen de manera transversal una perspectiva de infancia. Al mismo tiempo, reclama ayudas para las entidades del tercer sector social, que como se ha dicho son el puntal de muchas familias en situación de vulnerabilidad y en algunos casos el único apoyo que han tenido durante los meses de confinamiento y restricciones, y que se encuentran en una situación cada vez más insostenible: sólo el 6% de estas asociaciones no han tenido pérdidas económicas en 2020. Las propuestas son las siguientes:
1. Ejecutar un plan eficaz y consensuado para la reducción de la pobreza infantil que contemple medidas económicas, laborales, familiares y educativas.
2. Aumentar el acompañamiento socioeducativo y las actividades extraescolares y de educación en el tiempo libre, también durante las vacaciones y en verano, y mejorar la coordinación entre educación, salud, servicios sociales y centros socioeducativos y centros de esplai.
3. Educar para favorecer el crecimiento integral de los niños y niñas desde una perspectiva comunitaria y facilitando la relación entre la educación formal y la no formal.
4. Implementar un plan de salud integral para la infancia que tenga como objetivos mejorar la salud mental, la salud bucodental y la oftalmológica, entre otros.
5. Garantizar el acceso a la escolarización en la etapa de 0 a 2 años.
6. Impulsar una ley del tercer sector social que dé reconocimiento, estabilidad y escenarios claros de trabajo.
7. Garantizar una financiación estable y suficiente para las entidades y servicios sociales y reconocer y dignificar a los y las profesionales del ámbito social.
8. Simplificar la eficiencia en el funcionamiento de la administración catalana para otorgar más facilidades en los trámites orientados a los servicios a las personas y a las entidades no lucrativas.
9. Fortalecer el tercer sector social, aprovechando los fondos europeos y los propios del país y mejorar los equipamientos, haciéndolos más sostenibles, más digitalizados y de más calidad.
10.Trabajar para la inserción sociolaboral de los colectivos en riesgo, garantizándoles empleo y vivienda para ayudarles a salir de situaciones de vulnerabilidad y alcanzar una vida digna.
Una emergencia social agravada por la pandemia
La crisis social generada por la pandemia ha provocado un colapso del sistema de los servicios sociales y muchas familias que ya se encontraban en una situación muy frágil han visto como la llegada del virus ha precarizado aún más sus condiciones de vida. Muchas de ellas han perdido sus fuentes de ingresos o han visto como empeoraban sus condiciones laborales y han sufrido problemas para cubrir necesidades tan básicas como la higiene, la alimentación o la falta de conectividad.
Situaciones que han redundado en la salud de los más vulnerables: factores como la incertidumbre ante el trabajo, el hecho de no tener una vivienda en condiciones, la falta de ingresos o de educación o la falta de redes familiares y de apoyo se ha traducido en problemas de salud mental como estrés, ansiedad o depresión, especialmente entre la población con condiciones de vida más precarias, con menos recursos y con un acceso limitado a los servicios sociales y de salud. Ni que decir tiene que los principales afectados por estas situaciones familiares han sido los niños y niñas.
Las cifras existentes avalan esta argumentación y hacen temblar: actualmente, se calcula que el 30% de la infancia de Cataluña se encuentra en situación de pobreza. En los últimos meses se han detectado un 200% más de problemas de salud entre los niños y niñas más desfavorecidos (enfermedades como obesidad, problemas de salud mental, asma, alergias, etc.). Además, en las familias procedentes de colectivos en situación de mayor vulnerabilidad hay un 40% menos de escolarización en la franja educativa entre los 0 y los 2 años, mientras se detecta también un 19% de abandono prematuro de los estudios .
Paralelamente, la mitad de niños y niñas no participan en extraescolares ni actividades de ocio, lo que hace más profunda aún la brecha educativa, ya que numerosos estudios constatan que las actividades de tiempo libre educativo (como los casals, las colonias, las actividades de los centros de esplai o las actividades extraescolares) crean oportunidades educativas y generan igualdad social para los niños y niñas y jóvenes en riesgo social.