06.11.23
Jesús Vilar Martín ha sido nombrado nuevo secretario general de la Universitat Ramon Llull (URL). Sustituye Anna Berga, quien ha ocupado el cargo desde 2012. Hasta septiembre, Vilar era el director académico de Grado en la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés – URL. Ahora se incorpora al Equipo Rector de la URL.
Vilar es doctor en Pedagogía por la Universitat de Barcelona (UB), antes se diplomó en Magisterio. Badalonés, su experiencia profesional va estrechamente vinculada a la educación social; trabajó en centros de justicia juvenil antes de ser docente en la Facultad Pere Tarrés. También ha sido director de publicaciones y miembro del Comité de Ética de la Investigación de la URL.
Actualmente, colabora con el Centro de Estudios Jurídicos y Formación Especializada, coordina el Comité de Ética del Colegio de Educadoras y Educadores Sociales de Cataluña (CEESC) y es miembro del Consejo Ejecutivo de la Sociedad Iberoamericana de Pedagogía Social.
- Durante la reunión del Patronato de la Universidad del pasado 20 de junio, lo nombraron secretario general de la Universitat Ramon Llull. ¿Cómo vivió ese momento?
El nombramiento ha supuesto una mezcla de sentimientos muy grande. Nunca me habría imaginado que acabaría teniendo responsabilidades en el equipo rector de nuestra universidad; siempre me he sentido docente e investigador, implicado en la gestión y la docencia en la Facultad Pere Tarrés – Universitat Ramon Llull (URL) y cerca de los equipos profesionales que tratan directamente con las personas destinatarias de los servicios. Pasado el vértigo de la sorpresa inicial, agradezco al director general de la Fundación Pere Tarrés, Josep Oriol Pujol, y a los órganos que validaron su propuesta, y la oportunidad de acceder a esta responsabilidad.
La Facultad Pere Tarrés nunca ha estado para mí únicamente un puesto de trabajo, sino que ha acontecido un espacio de crecimiento personal, de aprendizaje, de compromiso social y político. En consecuencia, después de 29 años de dedicación, también tengo cierto sentimiento de pérdida, tanto del contacto con el alumnado como, especialmente, de aquellas personas significativas con quienes a lo largo de todos estos años hemos estado construyendo juntos el proyecto de los estudios de Educación Social y Trabajo Social.
En todo caso, tengo que destacar la magnífica acogida que he tenido por parte del equipo rector, así como del equipo específico de secretaría general y del resto de equipos técnicos del rectorado.
- ¿Cuáles son las principales funciones de un secretario general en un Equipo Rector universitario?
Apenas ahora estoy empezando a conocer la diversidad de temáticas vinculadas al cargo. Se trata de una figura que aborda cuestiones muy diversas y transversales para el conjunto de las diferentes áreas y colectivos de la universidad; se vela por el cumplimiento de la legalidad vigente en los procesos administrativos vinculados tanto al alumnado como al profesorado.
En cuanto a los estudiantes, se establece y se hace el seguimiento de la correcta aplicación de los criterios de acceso, hasta la expedición de títulos y/o la tramitación de becas. En lo referente al profesorado, se hace la gestión de los procesos de habilitación a las diferentes categorías académicas o la emisión de la normativa de venia docendi (la autorización académica que se necesita para colaborar en la docencia de títulos) al profesorado de la Universitat Ramon Llull.
Otro bloque importante de tareas es la representación y contacto institucional de la Universidad mediante la participación en los diferentes organismos académicos y comisiones de trabajo, tanto de la Generalitat como del gobierno estatal.
La figura supone también el desarrollo de políticas de igualdad en la Universidad, el impulso a las normativas de convivencia y la gestión de temáticas sobrevenidas que afectan el conjunto de la universidad, como fue, por ejemplo, la gestión de la covid-19.
Es un trabajo que se hace de manera colegiada con el resto del equipo rector y con el apoyo de un equipo técnico muy especializado. En todo caso, estoy en proceso de acoger el conjunto de tareas vinculadas al rol de secretario general.
- A lo largo de su extensa trayectoria, usted ha desarrollado varios cargos. ¿Qué proyecta que le puede aportar esta nueva función?
Para mí es una forma de cerrar el círculo, si es que se puede decir así. A lo largo de los años he tenido la suerte de poder ocupar muchos roles diferentes: desde los más concretos y aplicados a la práctica educativa (monitor, maestro, educador social en la escuela, educador y pedagogo en justicia juvenil) hasta los que ya han implicado tareas de gestión o de construcción teórica y estratégica (investigador, docente universitario, director académico de grados y asesor en equipos profesionales), hecho que me ha permitido disponer de una perspectiva mucho más amplia y poliédrica sobre los procesos educativos.
La secretaría general de la Universitat Ramon Llull me aportará una visión con más perspectiva de la realidad del sistema universitario catalán, estatal e internacional. Esto claramente ayuda a identificar los elementos más relevantes que hay que tener en cuenta para construir criterios sólidos sobre los procesos de formación básica y de formación permanente.
En todo caso, me sitúa en el reto de seguir contribuyendo desde una nueva posición al bienestar de las personas a quienes nos debemos desde el punto de vista ético y profesional. En el mundo actual, es imprescindible establecer un vínculo adecuado entre los marcos generales más abstractos y las realidades profesionales concretas porque, en definitiva, el cumplimiento de nuestra misión se logra en el momento que tenemos un impacto en la mejora de la calidad de vida de las personas, ya sea desde la gestión académica, la investigación, la formación de futuros profesionales, el asesoramiento a equipos o el trato directo con personas vulnerables.
- ¿Cómo emprende esta nueva etapa?
Con mucha ilusión, pero sobre todo con mucha prudencia. Cuanto más alta es la posición, más necesario es valorar bien las consecuencias que se asumen en cada decisión. En todo caso, principalmente la vivo como un nuevo proceso de aprendizaje y de crecimiento personal que tiene que servir para desarrollar mejor y con más calidad mi compromiso desde la educación hacia la construcción de una sociedad más acogedora y justa.
Esta etapa es también una oportunidad de utilizar el conocimiento y la experiencia acumulada a lo largo de los años en el desarrollo de las nuevas funciones y responsabilidades que comporta el encargo actual.
- El director general de la Fundación Pere Tarrés comentaba en un artículo que después de varios años seguidos de crisis económicas y sociales, las profesiones de acompañamiento a las personas vulnerables son cada vez más necesarias en nuestra sociedad. Este proceso, pero, ¿ha ido acompañado de un mayor reconocimiento social de la profesión?
La idea de crisis (económica, social, humanitaria, ambiental, relacional...) forma parte de nuestro mundo y no desaparecerá. Tenemos que asumir que viviremos siempre en una transformación permanente, en la incertidumbre, en la contradicción y en un claro aumento de las vulnerabilidades y las desigualdades.
Desde esta perspectiva, los modelos clásicos de la caridad y la ayuda al pobre son insuficientes. Ahora no se trata solo de socorrer a las personas necesitadas, sino de construir sociedades inclusoras desde una idea de justicia social y de promoción de los derechos fundamentales de las personas, especialmente de las más vulnerables. Esto implica aumentar la profesionalización para desarrollar acciones desde el rigor técnico que comporta trabajar en la complejidad y articularlo bien con el compromiso y el sentido ético y político de estas actividades. Ya no es suficiente la buena voluntad, sino que hace falta estrategia, conocimiento, investigación y sistemas de seguimiento del impacto. Requiere una formación de calidad y, a la vez, unas condiciones adecuadas que posibiliten la correcta profesionalización.
En cuanto a la formación, creo que ya tiene un nivel alto, a pesar de que tiene que continuar creciendo en rigor desde las evidencias basadas en la investigación aplicada. Ahora bien, la profesionalización requiere inversiones, no solo reconocimiento simbólico. Este es un punto crítico y a su misma vez contradictorio: hay un acuerdo claro por parte de todos los agentes implicados en el desarrollo del estado del bienestar sobre la necesidad de disponer de equipos profesionales altamente calificados, pero, a la vez, no se aportan los medios para poder ejercer las profesiones socioeducativas (Educación Social y Trabajo Social) con las condiciones técnicas y laborales necesarias.
En todo caso, y más allá de las condiciones externas, estas profesiones también tienen que continuar haciendo el esfuerzo de mostrar el rigor y la calidad técnica de su actividad dentro de los equipos interdisciplinarios con quienes trabajan.
Igualmente, hay que trabajar en su visibilización pública. Se da la paradoja que se trabaja con todo aquello que la sociedad no quiere ver, hecho que hace invisible los y las profesionales que se dedican.
- ¿Que alguien con su perfil se incorpore al equipo rector de la Universitat Ramon Llull puede contribuir a visibilizar más la profesión del educador/a y del trabajador/a social?
Inevitablemente, mi mirada en todos los asuntos que tenga que tratar y en las comisiones donde tenga que participar siempre tendrá implícitamente una perspectiva social. De manera indirecta, seguramente contribuiré a la visibilización de estas profesiones.
En todo caso, merece la pena destacar el compromiso social de la Universidad que se manifiesta a través de una amplia diversidad de acciones dentro de sus centros. Los estudios de Educación Social y de Trabajo Social representan una de las apuestas más claras y sistematizadas de este compromiso.