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¿Cuál es el impacto de los factores sociales en la atención en salud mental?

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30.11.17

Una de cada cuatro personas sufrirá un trastorno mental a lo largo de su vida y su evolución dependerá de los factores que inciden en su aparición. Identificar cuáles son estos factores sociales de riesgo y cómo influyen en la atención a las personas con problemas de salud mental es el objetivo del informe que la Fundación Sanitaria Sant Pere Claver y la Fundación Pere Tarrés presentaron ayer en Barcelona.

La investigación, que se ha realizado en los centros de salud mental infantojuvenil y de adultos del distrito de Sants-Montjuïc de la Fundación Sanitaria Sant Pere Claver, tenía como un de los objetivos analizar las dificultades y complejidades que tiene la atención en salud mental cuando la vulnerabilidad y el riesgo de exclusión social están presentes en la vida diaria de las personas que presentan trastornos mentales. Era necesario poder medir el impacto de esta relación, y “tenerla reflejada en un documento”, como afirmó Pilar Solanes, responsable del Departamento de Salud del Ayuntamiento de Barcelona. Solanes también agradeció el esfuerzo hecho por las dos entidades que han elaborado el informe y lo definió como “un instrumento que ponemos al alcance de la ciudad para mejorar la atención en salud mental” y que complementa otras iniciativas exitosas que también se están haciendo en otros distritos.

Entre los ítemes analizados se han tenido en cuenta diferentes características como la edad actual y de inicio del trastorno mental, la nacionalidad, el nivel de estudios, la situación laboral, el nivel socioeconómico del usuario y de su familia, las condiciones de salud general y de salud mental en concreto, si padece situaciones vitales críticas y factores de riesgo que condicionen su atención en salud mental. “Cuanto más complicada sea la situación de la persona, más factores de riesgo acumula y más compleja se hace su atención en los centros de salud mental” explica Montserrat Martínez Melo, responsable de Metodología y Estudios en Acción Social de la Fundación Pere Tarrés y directora de la investigación.

Lluis Mauri, director de Sant Pere Claver- Institut Docent Recerca, destacó que “incluir las dimensiones sociales en la historia clínica puede ayudar a los profesionales médicos a hacer un diagnóstico y tratamiento más completo”. Poder llegar a este nivel de exigencia implica mayor coordinación e información entre todos los profesionales que forman los equipos asistenciales pero también ayuda en la gestión de las expectativas de la persona atendida, de su familia y de su entorno. En algunos casos será necesario hablar con la escuela, el lugar de trabajo o con la comunidad en el caso de personas de origen inmigrante. Precisamente este fue uno de los puntos destacados de la presentación cuando Mauri hizo referencia a que menos del 10% de los casos atendidos son personas con nacionalidad extranjera. La dificultad del idioma y los estigmas contra las personas que tienen trastornos mentales en algunas comunidades extranjeras hacen que muchas de ellas no lleguen a los servicios sanitarios y no puedan recibir una correcta asistencia a su patología.

La alta complejidad de las situaciones que viven las personas con trastornos mentales también queda reflejada en el informe. Así, el 60% de las personas analizadas se encuentra en situación de riesgo social por la combinación de diferentes factores sociales, siendo 1 de cada 4 los casos de alto riesgo. El 71% han vivido situaciones vitales críticas como maltratos o acoso, diversos ingresos psiquiátricos, muertes significativas, abandono, problemas con la justicia o desahucios. Además, un 54% no tiene ningún factor protector que pueda mitigar la situación que vive.

El informe también incluye recomendaciones dirigidas tanto a los profesionales que atienden a estas personas como a las instituciones para fomentar los programas de apoyo comunitario coordinados en la atención en salud mental, luchar contra la cronificación, flexibilizar mentalidades, procesos y procedimientos, tener especial atención a la diversidad cultural, difundir los recursos asistenciales entre las personas atendidas y la comunidad, impulsar la formación especializada y crear mesas de trabajo especializadas en atención a los factores de riesgo.

Finalmente, Rafael Ruiz de Gauna, director de Formación, Consultoría y Estudios de la Fundación Pere Tarrés, recordó que “detrás de estas cifras hay personas que están sufriendo y todos tenemos el reto de acompañarlos”.