24.01.19
Bip-bip, bum!, catacrac, patim-patatam, polf, ring-ring, tic-tac, trip-trap, tris-tras, uá, chup-chup, zum-zum... Nuestro día a día, sobre todo en las ciudades, está lleno de ruidos y zumbidos que hemos interiorizado como algo cotidiano. "Somos víctimas de la civilización del ruido" decía Raimon Panikkar. El ruido continuo se ha convertido en la banda sonora de nuestras vidas, ahuyentando el silencio, entendido no como ausencia de palabra, sino como lo define Francesc Torralba "como un elemento necesario y fecundo en la vida humana, una puerta al acceso a la interioridad, al misterio del mundo y al misterio del otro".
Para reflexionar sobre lo que el silencio realiza en nosotros y ponerlo en práctica, la Fundación Pere Tarrés ofrece al personal de estructura un espacio de silencio guiado. La actividad se inicia con ejercicios de Chi Kung, para liberar tensiones a través de la coordinación entre respiración y ejercicios, seguidos por unos 20 minutos de práctica de silencio que finalizan con la puesta en común de lo que hemos oído durante los momentos de contemplación.
¿Podemos explicar el silencio con palabras?
Algunas de las personas que practican silencio nos han explicado con palabras como ven y viven este espacio.
"Es un rato donde poder encontrar la calma y la serenidad para continuar el día con más ilusión, después de haber podido conectar conmigo misma. Compartirlo con más personas me aporta, además, sentirme acompañada y amada desde el respeto y la libertad. "
Lisette Navarro.
"El espacio de silencio es un espacio de bienestar personal, que te permite relajarte, desconectar de las preocupaciones y del ritmo acelerado del día a día, disfrutando de un ambiente muy cercano, de paz y tranquilidad. Una oportunidad para detenernos un rato y escuchar, y compartir una experiencia enriquecedora de conocimiento personal". Mireia Foz.
"Parece incompatible, casi imposible, que en nuestro día a día de trabajo, con sus prisas, prioridades y urgencias, podamos encontrar un pequeño y muy valioso espacio para... sencillamente, detenernos. No sabemos detenernos. Yo siempre recuerdo la frase: "Incluso el mejor, más rápido y más fuerte leñador, se detiene para afilar su hacha." Tenemos la suerte y la oportunidad de acudir al "espacio de silencio", un día a la semana y sus beneficios son mayores. Con la guía de nuestra compañera Clara, aprendemos a detenernos, a detener la mente que suele ser como un caballo desbocado y vivir un "aquí y ahora" que a menudo dejamos escapar". María Llamas.
"En el día a día de la docencia y del trabajo académico se generan muchas tensiones. Muchas veces estamos pensando en varias cosas a la vez y no nos dedicamos un rato a nosotros mismos con el fin de calmar nuestra mente. Tener un espacio en el puesto de trabajo para poder relajarnos, meditar, aclarar la mente,... nos permite detener un momento la máquina para coger impulso. Me gusta mucho el estilo de Clara a la hora de conducir los espacios de silencio, facilita mucho que sea un momento enriquecedor y provechoso". Gess Deu.
"Para mí ha significado un momento agradable de desconexión y relajación". Mercedes Angueira.
"Espacio de Silencio: un espacio para detenerse en el día a día y reencontrarse uno mismo". Eli Donaire.
"Parar un momento e intentar estar en paz. Un rato de interiorización para pensar, orar,... y compartir. Me costó la verdad". Nuria Verdú.
¿Dónde y cuándo podemos practicar el silencio?
Sede de Numancia
Cada JUEVES de 14:30 a 15:15h.
Capilla de Numancia (Sótano)
Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés - URL
Cada MIÉRCOLES de las 11:00 a 11:30h.
Capilla (que hay en la quinta planta del edificio)
Sede de Carolinas
El último MARTES del mes de 14:10 a 14:40h
Aula 27 Xesco Boix