14.11.19
El empresario barcelonés Enric Crous es el nuevo presidente del Patronato de la Fundación Pere Tarrés, en sustitución del que había sido presidente desde el año 2003, Antoni Millet. Crous, una persona muy comprometida con el tejido empresarial y asociativo del país, es miembro del Patronato de la Fundación desde el 2011 y desde el 2015, ocupa el cargo de vicepresidente de la entidad.
¿Cómo es que siendo licenciado en ingeniería química siguió su trayectoria en el mundo del liderazgo de empresas e instituciones?
En un primer momento, mi ilusión era ser Catedrático de Química, pero finalmente cambié de planes y decidí dedicarme al mundo empresarial y para hacerlo, completé mi formación con un máster en el IESE, y a partir de aquí me inicié en el mundo empresarial. Sin embargo, mi formación de químico me ha sido útil porque algunas de las empresas que he dirigido están relacionadas con el mundo de la ciencia. Además, estoy convencido de que independientemente de los estudios que realices, el paso por la universidad te ordena las ideas y te aporta una visión más abierta y más amplia del mundo.
Haciendo un repaso a su extensa trayectoria, vemos que siempre ha mantenido un estrecho vínculo con la vida asociativa del país. ¿De dónde le viene esta inquietud?
Desde joven siempre he sido un apasionado de la solidaridad y de la cultura, de hecho pienso que un país que quiere ser próspero tiene que ser culto y solidario. Y es más, me atrevo a afirmar que si nuestro país tuviera más cultura nos iría mejor en muchos aspectos. Por lo tanto, la promoción de la cultura y la solidaridad está presente en mis genes.
De hecho, en el año 2012 le otorgaron la Creu de Sant Jordi por la promoción del mecenazgo y patrocinio empresarial. ¿Qué cree que reconoce, su persona o su trayectoria empresarial?
Sí, la Generalitat de Catalunya me entregó la Creu de Sant Jordi para la promoción del mecenazgo y el patrocinio empresarial, contribuyendo destacadamente al fomento de diversas manifestaciones culturales y deportivas, del hecho casteller y, muy especialmente, del mundo de la música. De hecho, creo que la Creu de Sant Jordi, que siempre llevo puesta, reconoce tanto mi aspecto personal como mi trayectoria empresarial. Al fin y al cabo, las instituciones y las empresas están formadas por personas. Ahora, también reconozco, que no hay ninguna persona que individualmente pueda hacer nada solo, los éxitos, siempre son fruto de un equipo.
¿Cuál fue su primer vínculo con la Fundación Pere Tarrés? ¿Cómo es que en el 2011 decide formar parte de su Patronato?
Siempre he sido un apasionado del tiempo libre educativo y de las actividades educativas que realiza. Tengo bien grabadas en la memoria las colonias a las que iba de pequeño, así como también, cuando de más mayor, llevaba a mis hijos. De hecho, conocía el compromiso educativo y social de la Fundación Pere Tarrés cuando un día, mi amigo, Antoni Sansalvador, que entonces formaba parte del Patronato, me propuso formar parte. Mi respuesta fue un sí rotundo, no me lo pensé nada. Y desde el 2011 he formado parte de ella como miembro del Patronato, desde el 2015 he sido vicepresidente y desde el 2019 soy el presidente. De hecho, a día de hoy, puedo decir muy alto, que nunca agradeceré lo suficiente que me ofrecieran entrar en el Patronato. Estoy muy orgulloso de formar parte de él.
¿Cuáles son sus retos como presidente del Patronato de la Fundación Pere Tarrés?
Para mí es todo un honor ser el presidente del Patronato y como reto para mi mandato me he propuesto hacer crecer las actividades sociales y educativas de la Fundación Pere Tarrés para llegar al máximo número de personas beneficiarias de todo el territorio catalán y español.
Como presidente del Patronato de la Fundación Pere Tarrés, ¿cuál cree que es el principal retorno social que la Fundació aporta?
El compromiso educativo y social de la Fundación Pere Tarrés permite que miles de niños, niñas y jóvenes puedan disfrutar del derecho a la educación en el tiempo libre educativo. Por ejemplo, este verano, gracias a la Fundación Pere Tarrés, unos 4.170 niños, niñas y jóvenes en situación vulnerable han podido disfrutar de casals y colonias. Además, toda esta acción social se basa en los valores del humanismo cristiano.
Estamos en el primer trimestre del curso escolar, ¿qué consejo daría a los monitores de tiempo libre educativo y educadores que acompañan a los niños, niñas y jóvenes?
Honestidad, respeto y dedicación son los tres valores que recomiendo que siempre cultiven los educadores. También quiero aprovechar para agradecer el trabajo que hacen las personas voluntarias que cada fin de semana acompañan a niños, niñas y jóvenes como a los monitores y directores de centros de esplai. Ellos y ellas son un verdadero patrimonio para la Fundación y por extensión, para el país.
La trayectoria de Enric Crous
Enric Crous (Barcelona, 1947), es un reconocido empresario catalán. Actualmente combina su nuevo cargo en la Fundación con la de presidente del consejo de gobierno del Hospital Clínic de Barcelona y de la Fundació Catalunya Cultura. Licenciado en ingeniería química en la Universitat de Barcelona, completó sus estudios con un Máster en Economía i dirección de empresas en el IESE. A lo largo de su extensa trayectoria profesional y asociativa, también ha sido vicepresidente y responsable de Relaciones Institucionales de la asociación Amics de la Rambla de Barcelona i directivo en empresas y organizaciones empresariales como Mercabarna, Cacaolat, Fira de Barcelona o el grupo Damm.