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21.12.22

Este fin de semana, cientos de personas de diversos centros y grupos de esplai del Movimiento de Centros de Esplai Cristianos Catalanes de la Fundación Pere Tarrés, han llevado el nacimiento de Jesús a las cimas de Cataluña.

La subida del pesebre es una tradición que los centros de esplai del MCECC realizan cada mes de diciembre movilizando a niños, jóvenes y familias del centro y del entorno de las parroquias a las que están vinculados. Además de celebrar el nacimiento de Jesús también es una oportunidad para fortalecer vínculos y generar hermandad entre los miembros de la comunidad del centro de esplai.

Este domingo, varios centros del MCECC han organizado subidas a cimas. El Centro de Esplai Parroquial de Premià, por ejemplo, subió a Sant Mateu (Serralada de Marina), el Grupo de Colonias y Campamentos Casp al Puigsacalm, el Centro de Esplai La Teranyina y el Grupo de Esplai La Trepa a La Mola (Parque de San Lorenzo de Munt y Sierra del Obac) y el Esplai San Ignacio a Les Avellanes (Noguera). Una vez en la cima, se han celebrado eucaristías, leído plegarias y realizado actividades diversas.

En una de estas subidas, mosén Lluis Petit, párroco de Premià de Mar, explicó el sentido de esta iniciativa: durante la homilía de la Eucaristía, y mencionando a Juan Pablo II, afirmó que “la fe debe arraigarse en la cultura”. Según añadió, las tradiciones del pesebre, de recoger plantas -donde sea permitido-, y de subir el pesebre a una ermita o a una cima “ayudan a vivir la fe en comunidad”. “Así, el ocio educativo hace posible una acción pastoral de frontera. Muchas familias hubieran podido pasar el domingo haciendo compras y gracias a los monitores acompañaron a sus hijos en una de esas subidas del pesebre: una buena forma de acercar la Navidad”, concluyó.

El Movimiento de Centros de Esplai Cristianos Catalanes (MCECC) de la Fundación Pere Tarrés es una federación con un bagaje de más de 60 años que agrupa a más de 200 centros distribuidos entre las provincias de Barcelona, ​​Tarragona, Lleida y Girona , Castellón, las islas de Mallorca y Menorca y también el Principado de Andorra. Sus centros acogen a cerca de 25.000 niños, adolescentes y jóvenes, gracias a la labor educativa y voluntaria de unos 4.500 monitores y monitoras.