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Un informe evidencia cómo la ágil respuesta de los centros socioeducativos y de ocio fue clave para atender las necesidades de los niños en situación vulnerable durante la pandemia

Un informe evidencia cómo la ágil respuesta de los centros socioeducativos y de ocio fue clave para atender las necesidades de los niños en situación vulnerable durante la pandemia

10.10.22

El papel de las actividades de ocio educativo como generadoras de oportunidades y bienestar para las familias con menos recursos durante la pandemia puede servir como ejemplo a seguir en futuras crisis. Ésta es la principal conclusión de un estudio de la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés de la Universidad Ramon Llull y la School of Social Work del Boston College estadounidense. El informe analiza el trabajo que realizaron durante la pandemia y el confinamiento varios espacios de ocio educativo que acompañan específicamente a niños en situación de vulnerabilidad (como centros socioeducativos, centros abiertos o centros de atención diaria) y propone extrapolar el rol mediador que tuvieron estos espacios como aprendizajes que permitan rediseñar los mecanismos para atender mejor a familias vulnerables en períodos de crisis.

El informe “La función mediadora entre la familia y los sistemas de bienestar de los centros socioeducativos durante la situación generada por la Covid-19 en Cataluña” analiza el trabajo desarrollado durante la pandemia, en condiciones muy desfavorables, por 31 espacios de ocio educativo donde participan ninos, niñas y jóvenes de familias en situación de vulnerabilidad. A estos 31 centros asisten 1.900 niños, niñas, jóvenes y adolescentes, acompañados a diario por 238 educadores y educadoras. El trabajo investiga cómo estos espacios cubrieron las necesidades de los niños y jóvenes en el contexto del confinamiento y con qué acciones, estrategias y metodologías, y también con qué dificultades se encontraron. Los resultados de este informe se han publicado en la revista científica Child & Family Social Work.

 

Apoyo tecnológico y emocional

Actualmente, en Cataluña, más del 30% de los niños viven en hogares con ingresos por debajo del umbral de pobreza y la pandemia agravó esta situación de forma exponencial y condicionó los derechos de los niños, niñas y adolescentes. En este contexto, el papel de los espacios que promueven el ocio educativo, y de forma muy especial aquellos que trabajan con infancia vulnerable, fue clave. Según la narración de los propios responsables de los centros socioeducativos recogida en el informe, la obligada sustitución de la actividad presencial por la virtual derivada de los meses de confinamiento puso en evidencia las carencias de muchos hogares y supuso importantes dificultades en la tarea socioeducativa diaria.

Las principales dificultades indicadas fueron la tecnológica (señalada como muy frecuente por un 83,9% de los centros) y la carencia de material y espacios (indicada como muy habitual por un 70% de los centros). También las dificultades emocionales de los niños y las familias (54,8%), la desmotivación para el aprendizaje (67,7%) o la precaria situación económica de muchas familias, que complicó la cobertura de las necesidades básicas y la conciliación de la vida laboral y familiar (54,8%).

El relato de los educadores y educadoras recogido en el informe ejemplifica estas dificultades con casos como el de una familia de 7 personas conviviendo en un espacio de 25 metros cuadrados y sin conexión a Internet o el de un joven que, a causa de la falta de rutinas, invirtió su horario y empezó a dormir de día y a estar activo de noche. "Durante estos meses de complejidad sociosanitaria nos encontramos con multitud de situaciones críticas y de riesgo absoluto", relatan.

Como respuesta a estos retos, los centros socioeducativos activaron numerosas acciones para poder mantener la actividad habitual a pesar del contexto y evitar la desconexión, como: llamadas telefónicas semanales tanto con los niños y niñas (en un 51,6% de los centros) como con los referentes de sus familias (en el 48,3%); intercambio de mensajes diarios de audio o texto (en un 45%); videoconferencias grupales semanales (en un 45%); o vídeotutorías individuales semanales (en un 38,7%). Acciones que tuvieron como finalidad apoyar las tareas escolares, acompañar a niños y familias para entender adecuadamente la información referente a la pandemia y las medidas sanitarias y apoyar en los aspectos sociales de los procesos de aprendizaje, como pedir ayuda, cooperar con los demás o afrontar conflictos.

Otros aspectos que destacan la mayoría de los centros es el papel que tuvieron que desempeñar como mediadores entre las familias y la escuela y también con los servicios sociales por la tramitación de ayudas o prestaciones relacionadas con las necesidades básicas, así como el apoyo emocional tanto a los ninos/niñas como a los adultos de la familia. "Hemos hecho tareas de contención inicial y de contacto con los servicios sociales, y también hemos articulado respuestas psicológicas en casos de crisis emocionales", recogen los educadores y educadoras.

 

Alfabetización digital y adaptación de actividades

Así, gracias a esta labor se lograron varios objetivos que acabaron siendo claves para la reducción del estrés y las dificultades de las familias más vulnerables. De hecho, en muchos casos se suplieron las dificultades tecnológicas gracias a una rápida reacción: el informe recoge que los centros socioeducativos lograron dar una respuesta más rápida a las necesidades de las familias que la propia administración y, por ejemplo, desde la Fundación Pere Tarrés se puso en marcha una campaña de donaciones que permitió repartir entre las familias de su red de centros 811 tabletas y 450 tarjetas SIM. De la misma forma, el apoyo de los profesionales permitió contribuir a resolver los problemas de alfabetización digital de las familias sin sobrecargar la administración, las escuelas o los servicios sociales.

También se consiguieron reconvertir a toda prisa las actividades educativas para adaptarlas virtualmente: los centros organizaron programas de radio, crearon vídeos con contenido lúdico y educativo y promovieron videoconferencias grupales e individuales, estrategias que permitieron mantener la actividad socioeducativa y generar espacios de descanso a los adultos.

El informe también destaca el papel de mediación y coordinación con los agentes educativos y sociales, que facilitó dar respuesta a las necesidades de las familias en relación a los centros educativos y con los servicios sociales de cada territorio. Por último, la actividad educativa de este período tuvo como resultado el fortalecimiento de los procesos de acompañamiento a las familias y la mejora de los vínculos con los niños y adolescentes, gracias a la personalización de la atención prestada. “Paradójicamente, la distancia física obligó a activar mecanismos de comunicación individual que incrementaron la calidad de los procesos de acompañamiento personal. (...) Las estrategias de apoyo emocional a las familias enriqueció el clima de relación y dio calidad y calidez al trabajo socioeducativo de los centros”, argumentan los equipos educativos de los centros.

Como conclusión a todo este análisis, el trabajo destaca que los centros socioeducativos, centros abiertos y centros de atención diaria actuaron como nexos, “convirtiéndose en una puerta de entrada a la atención sanitaria, la educación, la alimentación y otros servicios esenciales en un momento de gran necesidad”. Por eso, el estudio demuestra la importancia de las organizaciones sociales y del ocio educativo de base asociativa como herramienta clave para dar respuestas ágiles y eficaces a las necesidades de la población más vulnerable. Apunta también que los espacios educativos fuera del horario escolar pueden convertirse para los niños y familias con menos oportunidades "en espacios generadores de oportunidades y bienestar" y pueden tener un papel clave a la hora de diseñar cómo debe ser el acompañamiento a las familias vulnerables en futuros períodos de crisis, gracias a su “rol mediador”.

De ahí que el informe plantee la necesidad de proporcionar a estos espacios socioeducativos de ocio "una financiación equitativa y sostenible" para garantizar los recursos necesarios y la orientación técnica de cara al mantenimiento de su actividad. En el apartado de retos, el trabajo también sugiere la necesidad de que los profesionales de los centros socioeducativos puedan gozar de una formación especializada en técnicas psicoterapéuticas, sobre todo de cara a atender los problemas de salud mental de los niños y de sus familias derivados de la pandemia, que con toda probabilidad crecerán en los próximos años.

 

El ocio educativo como clave en la vertebración social, eje de un congreso internacional en Barcelona

Profundizar en este papel de la educación en el ocio como clave en la cohesión social y el bienestar de los colectivos en situación vulnerable que apunta el estudio es también uno de los ejes del I Congreso Internacional de Ocio Educativo y Acción Sociocultural que tendrá lugar los próximos días 3 y 4 de noviembre en Barcelona.

Numerosos estudios remarcan desde hace tiempo la importancia de las actividades de ocio educativo, como los casals, las colonias, los centros de esplai o las actividades extraescolares, entre otros, en el desarrollo emocional, social y competencial de los niños y jóvenes. En concreto, estas investigaciones indican que los niños y niñas que participan de forma habitual en actividades de educación en el tiempo libre desarrollan y potencian las 7 competencias personales y profesionales clave que instituciones como la UNESCO o el Ministerio de Educación definen como las aptitudes básicas que los niños y jóvenes deben alcanzar en la etapa educativa para convertirse en personas íntegras y profesionales.

Precisamente para generar conocimiento y compartir reflexiones, debates, buenas prácticas y retos sobre el ocio educativo, la Cátedra de Ocio Educativo y Acción Sociocultural de la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés-URL ha organizado este congreso, que reunirá a expertos internacionales que reflexionarán sobre aspectos como el papel de las actividades de ocio educativo como espacios para promover la cohesión social y el activismo social. Toda la información en https://www.peretarres.org/congres-lleure