21.11.19
La necesidad de mejorar y modernizar la educación tradicional se sitúa actualmente en el centro del debate. El proyecto Escuela Nueva 21, una alianza de centros educativos y entidades para revolucionar el sistema educativo, prevé que cada vez más escuelas catalanas incorporen técnicas pedagógicas innovadoras, como el trabajo por competencias o por proyectos, los espacios educativos o el aprendizaje desde una vertiente experiencial. En este contexto, los agentes educativos fuera de la educación formal, como los centros socioeducativos, no pueden más que sumarse a esta corriente.
Con este punto de partida, el Centro Socioeducativo Poblenou ha decidido este curso hacer un cambio en su proyecto pedagógico incorporando nuevos espacios educativos más alineados con la propuesta que ya siguen muchas de las escuelas de este barrio barcelonés. De hecho, tiene mucho sentido: los centros como el de Poblenou trabajan para acompañar a los niños (especialmente los que se encuentran en situación de vulnerabilidad social) no sólo para que éstos puedan desarrollarse en el campo competencial y académico, sino de manera muy especial en los ámbitos humano y emocional, un aspecto que esta "nueva educación" tiene cada vez más en cuenta. "Somos un reflejo de lo que pasa en la sociedad; por ello, si las escuelas cambian, nosotros tenemos que cambiar", explica Cristina López, directora del Centro Socioeducativo Poblenou.
La nueva propuesta pedagógica del centro se centra por ahora en dos etapas: la que engloba los niños de 3 a 6 años (P3, P4 y P5) y la que va de los 7 a los 9 (1º, 2º y 3º). Cada miércoles por la tarde, durante una hora y media, el centro reconvierte sus aulas en ambientes de aprendizaje, espacios temáticos en que los niños de P3 a P5 se reparten según sus intereses. Ahora hay 4 ambientes, que irán cambiando cada trimestre: "Con lupa" (con una ambientación centrada en un supermercado), "Con sentido" (un espacio de luces y sombras donde se trabajan los sentidos), "Vamos a casa" (que representa la reproducción de diferentes espacios de una casa) y "De construcción" (un aula centrada en la psicomotricidad). En cada uno de estos espacios, los niños (como máximo 7 en cada espacio) desarrollan habilidades y competencias diferentes mientras las educadoras observan sin intervenir y anotan los progresos de cada niño o niña.
Estos espacios educativos suponen significativas mejoras en campos como la interrelación entre los niños que, como tienen edades diferentes, se enseñan mutuamente y de manera muy espontánea competencias y habilidades. También en su autonomía: "Se trata de que sean imaginativos y creativos; en resumen, que sean protagonistas de su aprendizaje ", lo define Cristina López.
La otra novedad de este curso es el trabajo por proyectos que siguen los niños de 1º, 2º y 3º. En este caso, los niños y niñas eligen asambleariamente los centros de interés que quieren desarrollar a lo largo del año, que se estructuran en proyectos transversales a partir de los cuales trabajan las competencias curriculares, y sobre todo, las competencias personales. Este año, por ejemplo, trabajarán tres áreas temáticas: las pociones mágicas, el circo (y más concretamente, todo lo que gira alrededor de los trapecistas) y los animales invertebrados. El objetivo del centro socioeducativo es que este trabajo por proyectos vaya "subiendo" en cada curso, y así abrace también, poco a poco, los cursos superiores, 4º, 5º y 6º, donde encontramos niños con una autoestima muy baja y nada acostumbrados a tomar decisiones sobre sus propias vidas.
Esta apuesta pedagógica, innovadora en el campo de los centros socioeducativos, se suma al espacio familiar (un espacio conjunto para madres e hijos entre los 0 y los 3 años) y al proyecto "Latidos", un plan de acompañamiento integral a mujeres jóvenes embarazadas del distrito de Sant Martí. Proyectos todos ellos que tienen en común la voluntad de contribuir al cumplimiento de los derechos de los niños y niñas y, en definitiva, de velar para que los niños tengan derecho a serlo.
El Centro Socioeducativo Poblenou forma parte de la Red de Centros Socioeducativos de la Fundación Pere Tarrés, que agrupa 27 Centros Socioeducativos que trabajan cada día para contribuir a que todos los niños, priorizando los que se encuentran en situación de vulnerabilidad social, puedan desarrollarse humanamente, emocional y competencial para que, en un futuro, puedan disfrutar de una vida plena. Entre todos estos centros atienden a más de 2.500 niños, adolescentes y sus familias a lo largo de todo el año.