21.11.18
Las diferentes tradiciones religiosas que conviven en nuestra sociedad desde una perspectiva antropológica y social centran el monográfico de Educación Social. Revista de Intervención Socioeducativa editada por la Facultad Pere Tarrés - URL.
Entrevistamos a Enric Benavent, profesor de antropología en la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés - URL y coordinador del número 69 del monográfico de Educación Social. Revista de Intervención Socioeducativa editada por la Facultad Pere Tarrés - URL, que nos explica las diferentes tradiciones religiosas que conviven en nuestra sociedad desde una perspectiva antropológica y social.
¿Cómo se podría garantizar la libertad de nuestra sociedad?
Las Libertades no se pueden garantizar de una vez por todas, estamos en un momento en qué podemos ver esto muy claro. Las libertades se ganan reivindicando, formando a la gente, debatiendo, en definitiva, se ganan desde el activismo. Por este motivo, creemos que es importante en el ámbito social dar un espacio de formación, es decir, que los profesionales sociales que lean esta revista tengan más criterios para poder actuar en favor de la libertad religiosa de los usuarios.
¿Cómo es la situación actual de la formación en competencias religiosas en el ámbito académico?
Desde hace varios años estamos creando una generación de analfabetos religiosos. El analfabetismo religioso que hay en la sociedad sobre todo en gente de 30 o 40 años hacia abajo es alarmante. Que el sistema educativo haya eliminado la cultura religiosa del espacio formativo, o la haya relegado a los mínimos, crea una generación de ciudadanos que les faltan elementos importantes para entender su sociedad. Yo creo que deberíamos ir a reclamar a las administraciones educativas que nos han escondido o nos han impedido formarnos en un espacio, en un aspecto de la cultura, del hecho de ser persona y sociedad, que es muy importante. El hecho religioso existe, aunque haya gente no creyente y, además, no parece que vaya a desaparecer. Los positivistas del siglo XIX y principios del siglo XX pronosticaban la desaparición de la religión, fue un fracaso este pronóstico. La religión no ha desaparecido y se ha diversificado, la espiritualidad, lo que mueve la religión, cada vez está más presente de maneras muy diversas.
Tenemos un desconocimiento absoluto y caemos en estereotipos engañosos. La libertad religiosa pasa por una buena formación y los profesionales deben estar bien formados en estos temas. En esta universidad tenemos una asignatura que se llama Diálogo Inter-religioso y Acción Social que la coge muy poca gente porque es optativa y, por tanto, sólo un 20% de los estudiantes pasa por esta asignatura. Algunos estudiantes al terminar la asignatura afirman que debería ser obligatoria y se reconocen como analfabetos religiosos, ven que han descubierto muchas cosas que les serán muy útiles a la hora de trabajar, porque trabajan con personas de diferentes religiones y se quedan absolutamente desamparados cuando hay una demanda relacionada con sus derechos religiosos.
¿Qué papel tienen los educadores y trabajadores sociales dentro de la diversificación religiosa y la espiritualidad?
Los educadores y trabajadores sociales trabajan con personas con mucha proximidad, estas personas normalmente están en una situación de dificultad, personal, familiar, de salud o económica y, por tanto, se acercan en momentos en que la intimidad y el espacio más personal están muy presentes. Cuando una persona lo pasa mal surgen sentimientos, emociones y creencias que quizás en otro momento no salen y, por tanto, los profesionales están atendiendo estas personas en un momento muy especial de sus vidas, momentos muy complicados en los que sale lo más esencial de cada uno. Creo que estos profesionales deben ser sensibles a las creencias religiosas que tienen muchas de las personas que atenderán. Para mucha gente la fe, su creencia religiosa, es un pilar en la vida, un espacio de resiliencia que les da apoyo para poder salir adelante.
Los trabajadores y educadores sociales deben ser sensibles a este hecho, también para las personas no creyentes, ya que también tienen la dimensión espiritual, definida como espacio de búsqueda de sentido, y cuando estamos en una situación difícil la pregunta por el sentido aparece con mucha fuerza. Es importantísimo que los profesionales tengan una buena formación que los haga sensibles a estos temas, aunque no sean religiosos.
¿Qué herramientas pueden tener los educadores y trabajadores sociales para trabajar y aplicar en su día a día?
Cada vez nos encontramos más instituciones y más centros que incorporan en sus dinámicas de trabajo desde espacios de meditación hasta yoga, espacios de silencio, etc. Vemos que hay más centros que quieren incorporar la dimensión espiritual. Los que lo han hecho dicen que da muy buen resultado.
Herramientas hay muchas, pero tenemos que ser sensibles a esta necesidad y formarse. Lo que también ocurre a menudo es que los educadores que personalmente viven su espiritualidad o religiosidad, más fácilmente se ven con corazón de aplicar estas cosas a su trabajo. Estamos en un punto en el que se empiezan a tener en cuenta estos aspectos porque las personas que llevan los centros lo viven y lo quieren transmitir. Con los años seguramente, se irán consolidando algunas experiencias más contrastadas, que hayan servido o hayan sido útiles.
¿Cómo se podría incrementar el interés por formarse en competencias religiosas?
No sé cuál sería la solución para incrementar el interés, pero sé que tenemos que continuar ofreciendo la asignatura Diversidad Inter-religiosa y Acción Social y plantearnos hasta qué punto una formación de este estilo, como algunos estudiantes sugieren, pueda ser transversal y no una asignatura optativa. Lo que más he notado es que los estudiantes que no han tenido nunca enseñanza de religión en la escuela, y que vienen de familias no creyentes y, por tanto, no han hecho catequesis, se dan cuenta que tienen un vacío.
Para concluir, ¿Qué incidencia quiere tener la Revista Educación Social?
Esta revista es la más importante en temas de educación social de España y tiene un alcance muy grande de lectores y seguidores. La revista ofrece un espacio de reflexión y de formación, falta que la gente la lea. El impacto que pueda tener dependerá de la lectura. Por otro lado, damos a conocer a los estudiantes la revista y los temas desarrollados para intentar generar debate. Sería muy interesante poder celebrar alguna jornada o formación a partir de los contenidos de la revista y seguir trabajando para generar nuevas herramientas y recursos en diversidad religiosa.