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El Trabajo Social mejora las condiciones de vida de las personas Carmen Fernández, directora del Grado en Trabajo Social de la Facultad Pere Tarrés - URL

 El Trabajo Social mejora las condiciones de vida de las personas  Carmen Fernández, directora del Grado en Trabajo Social de la Facultad Pere Tarrés - URL

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18.07.17

Carmen Fernández, directora del Grado en Trabajo Social de la Facultad de Educación Social y Trabajo Social Pere Tarrés - URL, finaliza una etapa de 25 años impartiendo y disfrutando de la docencia . Le deseamos lo mismo que ella dijo a los graduados de la promoción 2017 en la lección final y de despedida: Que el reloj de las emociones no se detenga nunca y que la fuerza le acompañe siempre en la aventura de la vida .

Desde la Fundación Pere Tarrés hemos querido conversar con la directora del Grado en Trabajo Social para analizar la evolución de los estudios, que desde el curso 2009 tienen categoría de Grado universitario, y también de la trayectoria de esta profesión.

¿Cuántos años llevas impartiendo docencia en el ámbito del Trabajo Social?

Desde 1992 he estado vinculada de forma continuada a la formación universitaria, primero cuando los estudios eran diplomatura y desde el año 2009 en los estudios de Grado. Mi vinculación en la formación de los futuros profesionales ha sido diversa, ya sea participando en el diseño del Plan de estudios, en la tarea docente o coordinando equipos. También he impartido cursos para profesionales en activo sobre temáticas específicas.

¿Cómo definirías el Trabajo Social?

El Trabajo Social es una profesión necesaria para mejorar las condiciones de vida de las personas. Utiliza el trato personal para potenciar sus capacidades, acompaña y apoya procesos de cambio y promueve la igualdad de oportunidades y la sensibilización social ante situaciones injustas. La defensa y el apoyo a los derechos humanos son el objeto y la justificación del Trabajo Social.

¿Cómo ha evolucionado la formación de los trabajadores sociales en estos 25 años?

La formación se ha adaptado a los cambios sociales y ha ampliado competencias más relacionadas con las habilidades sociales y de comunicación, con la investigación aplicada y con una cierta especialización. Nuestro plan de estudios recoge 4 itinerarios de especialización y busca un equilibrio de la ciencia y la técnica, con la ética y el trato humano, que son imprescindibles en las relaciones interpersonales de ayuda. La docencia ha incorporado el apoyo de las nuevas tecnologías como herramientas innovadoras para el aprendizaje. Por otro lado, la formación actualmente pasa por más procesos de calidad y de evaluación de los resultados académicos de los estudiantes.

¿Qué diferencias hay entre el día a día de un trabajador social de hoy y uno de hace 25 años?

El día a día de un trabajador social ha estado marcado por la atención a las personas y para acompañarlas en sus procesos vitales. Y lo digo también desde mi experiencia profesional hace bastantes años. Unas veces se actúa de forma más asistencial y otros promoviendo el empoderamiento personal y colectivo. Depende de las situaciones de crisis económica y de las prioridades políticas. Como diferencia significativa, actualmente está muy presente el trabajo en equipo interdisciplinar y con otros servicios del territorio para poder hacer una atención más integral e integrada de las situaciones. Es una profesión en evolución permanente en el que siempre se ha de innovar para conseguir sus objetivos. Y hay que seguir avanzando en este sentido.

¿Cuáles son los principales retos de la profesión de trabajador social?

En primer lugar, que se nos visualice más como una profesión que da soporte a procesos de cambio y de empoderamiento, que trabaja con personas desde el que sienten las personas, y no como gestores de prestaciones materiales. También que podamos incidir más en las medidas de política social y en la garantía de derechos haciendo más explícito lo que pasa a nuestro alrededor, publicar y hacer más investigación vinculada a nuestros ámbitos intervención. Otro reto es estar más presentes en acciones comunitarias que contribuyen a la cohesión social y la promoción de entornos de buena convivencia.

En alguno de tus escritos has afirmado que Las personas somos fruto en gran parte de las experiencias vividas en las relaciones con los demás . ¿Qué te han aportado estos 25 años de docencia en el ámbito profesional y personal?

Estos últimos 25 años han sido muy intensos, llenos de compromiso con la profesión, con los compañeros de trabajo y con los estudiantes. Hemos navegado juntos para llegar a buenos puertos y creo que lo hemos conseguido, aunque la navegación continúa, con viento favorable. En este largo proceso ha habido complicidades, vínculos, buenas sintonías y muchas emociones. Las relaciones mantenidas me han permitido estar al día, reflexionar, comprender otros puntos de vista, afrontar retos y sentir que lo que hacía tenía un sentido y un valor. A nivel personal me han aportado confianza en el trabajo bien hecho, ama y replantearme cuestiones vitales. El trabajo hecho con ganas y con ilusión da sus frutos, pero si es con otras te permite llegar más lejos, y en mi caso además me ha aportado grandes amistades.

¿Qué planes tienes una vez jubilada?

Tengo muchas ganas de hacer cosas sin estar tan pendiente del reloj del tiempo, disfrutando de la vida, con la mirada atenta a lo que pasa alrededor. Por eso seguiré colaborando con el Colegio de Trabajo Social de Catalunya, y compartiendo vivencias y experiencias con la familia, mi nieto, amistades y de todos aquellos con los que me siento vinculada y comprometida. Me siento con fuerza para vivir con plenitud esta nueva etapa, con el convencimiento de ir siempre adelante.